viernes, 1 de noviembre de 2013

Tres patas en busca de una fuente (publicado el 31/10/13 en Veintitrés)

Poco dato duro y mucha especulación blanda parece haber arrojado el análisis de los resultados de las elecciones legislativas en Argentina. Tal combinación no es casual pues cuanto más se intenta revestir de reflexión sesuda una expresión de deseo, más necesario es diluir la frialdad de los números en titulares concluyentes. De hecho, hasta ahora, no ha habido editorialista de medio hegemónico que se haya privado de asociar la palabra “derrota” y la sensación de “fin de ciclo” con el kirchnerismo. No aprendieron del cachetazo que les dio lo sucedido entre 2009 y 2011 cuando el gobierno que anunciaban en retirada terminó alcanzando el 54% de los votos; o quizás sí lo aprendieron pero el público se renueva, la memoria es frágil y el continuo estado de emoción los vuelve casi inimputables. Por mi parte, quiero brindar una cuota de especulación blanda e irresponsable pero también algún dato duro. Porque el dato duro dice cosas. Dice, por ejemplo, que el kirchnerismo es la primera minoría a nivel nacional tras 10 años de gobierno, que va a mantener el quórum propio en ambas cámaras, que pasó de un 26% en las PASO a un 33% en las elecciones del domingo último ganando en la mitad de las provincias, (revirtiendo resultados en San Juan, La Rioja y la ciudad de Formosa), y realizando performances dignas en Córdoba y Santa Fe, tanto en relación con lo sucedido en esas provincias en 2009 como en las últimas internas abiertas y simultáneas. Sin embargo, los datos duros también muestran que el kirchnerismo perdió en los 5 distritos más numerosos del país. Al menos 4 de ellos (CABA, Mendoza, Córdoba y Santa Fe) generalmente le resultaron hostiles pero el resultado de la Provincia de Buenos Aires ha sido el más sorprendente más allá de que la diferencia de casi 12 puntos era previsible tras las PASO, y que el propio Néstor Kirchner había perdido allí una elección de medio término frente a De Narváez. 
Expresados ya los datos duros, permítame la especulación, aquella de la que tanto vivimos los que tenemos la posibilidad de brindar una opinión en un medio masivo. Porque no hay nada mejor que hacer futurología en el contexto en el que un oficialismo pierde en los 5 distritos cuyo peso electoral alcanza, sumado, casi el 70% del padrón y que, en tanto tal, conlleva que cada uno de los triunfadores se transforme naturalmente en potencial candidato a presidente. Pero es ahí donde el optimismo opositor debiera ser algo más cauteloso porque si el gobierno la tiene difícil con una base del 33%, imagínese cómo la tiene el resto. Con esto quiero decir que frente a un kirchnerismo más o menos abroquelado que resistió la fuga masiva hacia el massismo tras las PASO, hay una enorme atomización de candidatos: Cobos en Mendoza por la UCR; De la Sota en Córdoba por el Peronismo residual (con un candidato que obtuvo apenas el 26% de los votos); Binner en Santa Fe por el socialismo; Macri en CABA por el PRO, y Massa en la Provincia de Buenos Aires por el todavía gelatinoso Frente Renovador. A ninguno de ellos le alcanzaría por sí mismo para ganar en 2015, de lo cual se sigue la necesidad de alianzas que nunca están exentas de dificultades. Quizás la relación más natural se pueda dar entre Cobos, Binner y un UNEN con Carrió a la cabeza, para intentar transformarse en un polo que pudiera atraer al menos a un 25% o 30% del electorado;  a su vez, por el lado de la derecha peronista, un De la Sota que deberá dar un paso al costado tendrá que elegir entre el apoyo a Massa o a Macri, candidatos que representan un mismo sector del electorado y que ayer se lanzaron abiertamente a la carrera presidencial.
 Pero aquí empiezan los problemas: ¿acaso la UCR, el socialismo y UNEN se animarán a dirimir su interna en las PASO del 2015? ¿Binner y la UCR aceptarían, eventualmente, apoyar a Carrió como candidata a presidenta? ¿Carrió aceptaría apoyar a alguien que no sea ella misma, o, al menos, a algunas de las múltiples personalidades que conviven en ella misma? Por otra parte: ¿Macri se bajará de la carrera presidencial una vez comprendido que el candidato del establishment que ha picado en punta ya no es él? ¿Un Massa envalentonado y nueva esperanza blanca de las corporaciones le cederá en bandeja el liderazgo a Macri para dedicarse al “premio consuelo” de intentar ser gobernador de la provincia de Buenos Aires? La situación es difícil porque Macri no tiene otra alternativa que presentarse como candidato a presidente pues, de no hacerlo, será el fin de su intentona en la política y la inmediata disolución del PRO; asimismo Massa están en condiciones óptimas para intentar pegar el gran salto y esas oportunidades no pueden desaprovecharse. Pero ser favorito durante dos años es demasiado desgaste y la sobre-expectación puede generar un efecto contrario especialmente en muchos de los votantes que a juzgar por los titulares de los diarios creen que Massa asumirá como presidente la semana que viene. 
Ahora bien, si sucediera que ninguno diese el brazo a torcer y Carrió, Cobos, Binner, Massa y Macri se presentaran como candidatos con fuerzas propias, el principal beneficiado sería el kirchnerismo. De aquí que los años venideros serán de un claro intento por liderar la carrera no tanto para ganar adhesión entre la ciudadanía sino para ser los ungidos en el ámbito donde se resuelven las candidaturas, esto es, aquel manejado por lo que algunos llaman “círculo rojo”. Serán, entonces, los poderes fácticos los que intentarán que estas potenciales ofertas se reduzcan a una o, en su defecto, a no más de dos. Si esta reducción no sucede no será por diferencias ideológicas con aquellos poderes sino por ambiciones personales de los candidatos.
Del lado del kirchnerismo, el dilema que parece plantearse es el de “entregarse” a Scioli o el de erigir un candidato “del riñón” aun cuando esto conlleve un riesgo alto de salir perdidoso. El gobernador de la Provincia de Buenos Aires especula con que CFK no tenga otra alternativa que depositar la sucesión en él pero todos sabemos que hay grandes sectores del kirchnerismo que verían en esa acción un gesto desesperado que podría generar una victoria pírrica a cambio de una desfiguración identitaria irrecuperable cuyo costo se pagará en los años venideros.          
Pero independientemente de cuál sea el elegido para disputar el 2015 bajo el espacio kirchnerista, lo cierto es que quedan dos años de gobierno en el que se pueden generar grandes transformaciones como ya quedó demostrado tras el resultado de 2009. La clave, en este sentido, parece ser la generación de un cordón de protección hasta el fin del mandato de la presidenta en el que intervengan los diputados y senadores que aseguran, al menos formalmente, el quórum propio, los gobernadores afines y el partido justicialista. Esas tres patas institucionales buscando una fuente, son las que, juntas, deberán tolerar la andanada furiosa que se avecina por obra, boca y pluma de los que han visto tocados sus intereses con las políticas desarrolladas en los últimos diez años e interpretan que están ante la gran oportunidad de regresar a un tiempo en los que las disputas se daban entre candidaturas pero nunca entre modelos de país.                   

        

    

3 comentarios:

Marcelo Spinelli dijo...

Coincido con tu realista y equilibrado analisis.
La oposicion la tiene mucho mas dificil,ya que no solo alberga apetencias tan legitimas como miserables,a la presidencia ,si no que carece de proyecto politico que no sea el de las corporaciones mediaticas.
El kirchnerismo dara la discusion,a riesgo como vos bien señalas de que le cueste la derrota,en ningun anlisis entra que el tibio de Scioli sea el candidato! Y digo que esta bien que asi sea,no se pueden entrgar 10 años de conquistas!
Saludos Cordiales Dante!!

Spinelli Marcelo dijo...

Coincido con vos en el analisis brillante que haces,la oposicion la tiene mas dificil,no tiene proyecto politico que no sea el de las corporaciones mediaticas,ha entregado todas sus banderas y no da ninguna discusion,ademas tiene que lidiar con apetencias personales miserables que se ven dificl de negociar.
El Kirchnerismo dara su discusion y debera elegir fuera de Scioli,el sucesor,a riesgo como bien señalas de perder.Pero tambien perder significaria elegir a Scioli,que no dudaria en pactar al otro dia con las corporaciones.
Un saludo cordial Dante!!

Anónimo dijo...

¿Cuándo en la historia un ex gobernador de Bs As fue elegido luego presidente. El resto de la Argentina les desconfía. Cristina siendo de La Plata está porque es la señora de Néstor.