lunes, 30 de mayo de 2011

"Hay un proceso de demonización hacia La Cámpora", entrevista realizada por Agencia de Noticias CNA el 25/5/2011 www.agenciacna.com)

- La presidenta Cristina Fernández viene obteniendo un fuerte apoyo de la población y eso puede verse en todos los sondeos de opinión realizados a lo largo y ancho del país. ¿A qué cree que se debe este renacer en la relación entre la sociedad y la Jefa de Estado?, ¿puede esto llevar a un cambio en las formas de relacionarse entre la gente y los políticos a partir de ahora?.

Una serie de medidas que supusieron cambios estructurales que favorecieron a sectores de clase media y bajos, la salida eficiente de la crisis económica, una oposición errática y un "bombardeo" mediático que acabo siendo contraproducente para los intereses de quienes lo propugnaron, hicieron que cambie la relación entre una buena cantidad de ciudadanos y el gobierno. Si esto puede llevar a un cambio, sin duda, de hecho, algo que ha dejado este gobierno es la sensación de que la política es el espacio desde donde poder articulare cambios profundos y que hacer política no sólo no es mal visto sino que es un signo de compromiso

- La presidenta viene llevando adelante en las últimas semanas un fuerte enfrentamiento con el poder concentrado del sindicalismo, resumido básicamente en la figura del titular de la CGT, Hugo Moyano, que es visto como peligrosa por buena parte de la ortodoxia peronista que acompaña la gestión kirchnerista. ¿Podrá la Jefa de Estado dejar de lado la alianza estratégica que viene manteniendo el oficialismo con estos sectores desde el año 2003 y lograr enmarcar en las acciones del gobierno a aquellos que provienen del arco más progresista del pensamiento político local?, ¿por qué cree que el kirchnerismo se basó en esta alianza con lo más retrógrado y conservador de la política argentina para crecer en sus primeros años de gobierno y lo ha mantenido hasta hoy en día?.


Esa alianza estratégica no puede romperse al menos ahora no sólo por cuestiones electorales sino porque una pata del proyecto kirchnerista son los sindicatos, los que, claramente se vieron beneficiados por una política de crecimiento del mercado interno, industrialización e incentivos para el consumo. De hecho la propia CFK ha dicho que ella no es neutral en el conflicto entre empleadores y trabajadores. En cuanto a la segunda parte de la pregunta, si bien las demostraciones de corporativismo sindical están a la vista, tiendo a pensar que no es lo mismo aliarse con Moyano que aliarse con Barrionuevo. Los sindicatos de hoty, más allá de algunps nombres en común no es aquél que fue genuflexo ante la políticas de los 90. Igualmente, hace falta una renovación lo que puede generar esperanza es que se está dando un recambio generacional en las filas sindicalistas y quizás no falte demasiado tiempo para ver los frutos de esos cambios.

- No hay dudas de que la juventud ha tenido un renacer luego de la muerte del expresidente Néstor Kirchner, ocupando lugares de preponderancia en puestos claves de la administración pública. ¿Qué cambios cree que pueden llegar a producirse en la política nacional con la irrupción del factor juvenil, principalmente de La Cámpora, que ha cambiado un poco la fporma de hacer política por parte del peronismo en la actualidad?.


Adjudicarle bondad a una franja etaria en sí misma sería una tontería pero en el caso particular de la gran participación juvenil en política, creo que resulta difícil oponerse. ¿Hay algo más saludable que chicos comprometidos con la política? En cuanto al ingreso de La Cámpora a la administración habrá que ver los resultados pero uno no deja de esperanzarse con la posibilidad de que nuevas generaciones criadas en democracia y con una irada distinta empiecen a ocupar mayores espacios. El crédito está abierto me parece

- ¿Por qué piensa que ha levantada tanta oleada de protestas y quejas hacia la presidenta u otros actores del poder nacional la labor que viene llevando la juventud a lo largo y ancho del país?, ¿por qué piensa que una agrupación como La Cámpora despierta tantos amores como odios en buena parte dela población?.

Hay un proceso de demonización hacia La Cámpora que es el correlato de esa sorpresa de irrupción juvenil que fue el bicentenario y los días del funeral de Kirchner. El proceso de demonización tiene diferentes frentes pero por sobre todo se trata de apuntar al costado ético como forma de desincentivar a toda una generación. Se repiten así acusaciones que afirman que "sólo buscan cargos" y que "están lejos de los ideales de sus padres". Para una agrupación que está comenzando y para un fenómeno marcadamente nuevo, las acusaciones parecen ser más fruto del temor que la consecuencia de un análisis crítico.

- En el día de mañana se cumplen 201 años de la Revolución de Mayo, lo que ha llevado a muchas personas a tener un espíritu más nacionalista que en otras ocasiones. ¿Por qué cree que este tipo de sucesos despierta este sentimiento en los argentinos, olvidados casi en forma inmediata luego de sucedidos lo mismo?.

Calculo que eso es así en todos los países. Habría que rastrear las condiciones del a sociedad moderna y el modo en que los ciudadanos se vinculan con lo público y con su identidad nacional. Con todo, el kirchnerismo ha hecho mucho énfasis en la cuestión nacional reivindicando el revisionismo histórico y ofreciendo un relato latinoamericanista en franca oposición a la historia oficial liberal-mitrista y europeísta.

- Los hechos acaecidos en Libia y todo el mundo árabe con sus revueltas, y la irrupción por parte de los comandos estadounidenses en Pakistán para asesinar al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, han abierto nuevamente la polémica sobre los Estados Unidos y su papel en el mundo de hoy. ¿Cómo ve este nuevo factor de poder que nació luego de la caída de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría?, ¿por qué cree que los Estados Unidos se sienten los dueños del "mundo libre" y hacen y deshacen a su antojo en todos los lugares de la tierra?.


Hay muchas teorías al respecto pero sin duda lo que me lleva a pensar en dos libros que ideológicamente están en las antípodas. Por un lado El choque de civilizaciones de Huntington y, por el otro, Imperio de Hardt y Negri. El primero de los libros es la hora de ruta de la política norteamericana de los últimos 15 años más allá de gobiernos demócratas o republicanos. Allí se ve claramente cómo el autor encuentra que el choque de occidente en el plano económico será con china y en el plano político-cultural será con el islam. En cuanto a Imperio, allí se muestra con claridad las nuevas formas del Imperio como algo difernete al imperialismo entendido como emergente de la lógica de los Estados nacionales. El Imperio es la imposición de un orden legal mundial capaz de pasar por encima de la soberanías nacionales. Se trata de un régimen de poder global que acompaña la transnacionalización del capital que se sirve de organismos como la ONU o la corte Penal internacional para imponer sus condiciones. En este sentido, la lucha contra el enemigo "terrorista", es decir, un enemigo inasible que ya no respeta las fronteras de los estados nacionales ni tiene representantes oficiales es funcional a una lógica de control totalizante.

- La muerte de Ernesto Sábato hace unas semanas atrás, hizo que mucha gente reivindicara la labor literaria que muchos habían vapuleado por el prólogo del Nunca Más donde se dio origen a la teoría de los Dos demonios. ¿Qué sensación le trajo a usted la muerte de este gran escritor argentino?, ¿es posible rescatar la obra literaria de Sábato así como lo hizo usted de Borges en su libro "Borges.com. La ficción de la filosofía, la política y los medios", si caer en críticas a su actitud política mantenida durante las décadas más infames de nuestro país?.

Totalmente. al escribir sobre Borges me he encontrado con un montón de gente con grandes prejuicios por las opiniones políticas que Borges destilaba. Sinceramente me parece una tontería y hay muchos peronistas que se están perdiendo de una obra maravillosa sólo porque fue escrita por un "gorila". Con Sábato pasa lo mismo. ¿Acaso no vamos a leer a Heidegger porque era nazi?

- En una entrevista de hace unos meses atrás con usted, nos contaba que en su último libro habla de la irrupción de las nuevas tecnologías en el lenguaje político de hoy y analiza los discursos de los medios de la clase dirigente desde la obra de Jorge Luis Borges. ¿Cómo cree que ha cambiado las nuevas tecnologías el discurso político de hoy, con la aparición del Twitter, el Facebook y otras formas de comunicación más directa entre los dirigentes y la sociedad?.


El cambio es constante y si bien la mayoría de los políticos entienden que es una herramienta indispensable, todavía no hay la suficiente conciencia de que aquello que se dice en una red social es algo público. Se da una de las grandes paradojas de la virtualidad y de las redes: creemos estar "entre amigos", es decir, dentro de un ámbito "privado" pero somos pura "publicidad".

- Hace poco tiempo atrás, se suscitó una fuerte polémica entre el escritor peruano y último Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, y los intelectuales que militan en Carta Abierta, por querer estos últimos que el primero no abriera la última edición de la Feria del Libro. ¿Cómo vio la polémica que originó este tema?, ¿no piensa que es un poco intolerante querer acallar las voces de aquellos que no piensan como uno?.

Creo que fue poco feliz la decisión de Horacio González y creo que él mismo se dio cuenta del error cuando la presidenta lo invitó a que revisara su posición. Fue darle a Vargas Llosa, un buen escritor, pero un hombre de ideas políticas anacrónicas y simples, un espacio, que no merecía. Además, la fundación El libro es una organización privada. Nos guste o no, debemos aceptar que inviten a quien quieran y, en todo caso, como finalmente se hizo, hacer una mesa de discusión sobre el pensamiento de Vargas Llosa. Eso hubiera evitado todo el escándalo.

- ¿Por qué cree que a mucha gente le cuesta dejar los prejuicios políticos de lado y no admirar a un gran escritor como Vargas Llosa que ha producido obras como "La Tía Julia y el escribidor", "La ciudad y los perros" o "Pantaleón y las visitadoras", entre otros?.

Porque es más fácil oír lo que alguien dice en una entrevista que leer un libro entero. Las ideas liberales de Vargas Llosa son de un primitivismo casi risueño pero eso no puede hacer que yo me pierda de leer La guerra del fin del mundo.

- ¿Por qué la intolerancia, ya sea desde el lado del conservadurismo, el liberalismo o del progresismo, hace que muchas de las mejoras cosas no se discutan y sólo se vea la parte de la violencia verbal que se sugiere con muchos de los pedidos de censura hacia uno ú otro sector?.

Siempre es más fácil reposar sobre trivialidades y entrar en la espectacularización de los debates, esto es, deslizarnos en las peleas personales jugando a ver quién comete más exabruptos. Las disputas profundas, de ideas, requieren otros tiempos y otras actitudes.

- Finalmente, ¿cómo ve a la oposición hoy en día en la Argentina?, ¿por qué cree que la misma se desune en varias partes y en vez de tratar de consensuar medidas con el gobierno nacional para mejorar la situación de los argentinos, sólo buscan diferenciarse rozando en muchas ocasiones lo grotesco?.

No veo en la oposición candidatos que tengan la capacidad y la predisposición para generar proyectos de largo plazo que los trascienda. El ejemplo más claro es el Macri y Solanas: ¿por qué no presentarse en las elecciones nacionales sabiendo que aún perdiendo lograrían un importante avance en cuanto a ocupar bancas para, eventualmente, en 2015 aguardar una mejor oportunidad? Además, el radicalismo no ha podido recomponerse aún de la crisis de La Alianza y el resto de las opciones parecen moverse más cómodos en set televisivos que en una esquina de un barrio.

jueves, 26 de mayo de 2011

Crítica de la indignación pura (publicado el 26/5/11 en Veintitrés)

Transitando un destino aparentemente imposible de torcer, casi como el de una tragedia griega, la crisis económica encarada con políticas de ajuste subsumidas al poder despótico de los centros financieros y la imposibilidad de manejar con autonomía la política monetaria, derivó en una masiva marcha en el centro de Madrid que luego se replicó a otras ciudades e incluso a varios países europeos.

Esta movilización con acampe comenzado el 15 de mayo tiene algunas particularidades. Por lo pronto se autodenomina “de los indignados” en alusión a un libro de Stéphane Hessel, publicado en 2008 en Francia cuyo título original es “Indignez-vous” y que en España fue traducido como “Indignaos”. Al publicar el libro que ya fue traducido a 23 lenguas y en Francia vendió 1.700.000 ejemplares, el autor contaba con 93 años y entre sus antecedentes estaba el haber participado de la resistencia francesa contra el nazismo y ser uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos humanos en 1948.

Justamente, lo que Hessel reclama en las brevísimas 32 páginas que se consiguen a 3 euros, es el regreso al plan creado por el Consejo Nacional de la Resistencia que entró en vigor en 1944 y que le daba a la Francia liberada una serie de valores e instituciones que luego serían los cimientos del Estado de Bienestar que permitió reconstruir con dignidad a la Europa de pos-guerra. Se trata, ni más ni menos, de avanzar en un Estado que dé seguridad social a sus ciudadanos, esto es, cobertura médica, educativa, trabajo y techo digno y que, en síntesis, adopte medidas activas aun cuando esto vaya en contra de la lógica estricta del libre-mercado.

Frente a la pérdida de estas conquistas, este nonagenario le exige a la juventud que se indigne, que reaccione y que salga a la calle a ejercer una resistencia pacífica.

La movilización de los indignados no ha sido incentivada por ninguna estructura partidaria, sino que, más bien, se activó en función de la tarea de diversas organizaciones de la sociedad civil entre las cuales se destaca la Organización “Democracia Real Ya”. Esto, claro, fue acompañado por una gran masa de ciudadanos, principalmente jóvenes “inorgánicos” y a-partidarios que especialmente a través de la rapidez que ofrecen las redes sociales lograron que la expresión de protesta adquiera una fisonomía manifiestamente horizontal.

“Democracia Real Ya” tiene una suerte de plataforma de exigencias básicas que puede ayudar a entender el sentido de la protesta. Por mencionar sólo algunas: eliminación de los privilegios a la clase política entre los que se encuentra la reducción de los salarios y una ley de imprescriptibilidad de los delitos de corrupción; acciones contra el desempleo que supongan reducción de jornada laboral y jubilación a los 65 años; una política de vivienda que utilice las propiedades del Estado para someterla a un régimen de “alquiler protegido” y un sistema de créditos para la adquisición; servicios públicos de calidad, por ejemplo, transporte barato; reducción del gasto militar; control de las entidades bancarias y leyes que impidan el “salvataje” a costa del dinero de los contribuyentes y una serie de reformas políticas tendientes a generar la posibilidad de una mayor participación ciudadana en las decisiones.

Como se puede observar, no están proponiendo una revolución trotskista; tampoco la revancha republicana contra los franquistas ni una paella “a la Mao”. Para saber de qué se trata, entonces, caben algunas comparaciones. La primera: ¿tiene algo que ver este tipo de manifestaciones con las que se vienen dando en el norte de África? No, sólo una mirada simplificada, típica de la superficialidad con la que estos temas se tratan en diversos medios, podría afirmar eso. Así, se equivocan quienes creen que se trata de manifestaciones similares porque presuntamente la realizan unos chicos aburridos que detrás de su computadora, tras consumir páginas pornográficas, descargar juegos interactivos y dejar comentarios a la foto de una adolescente semidesnuda de la cual se creen amigos, aprietan un botón que dice “Me gusta” y automáticamente derrocan gobiernos. Banalización de las grandes transformaciones la que supone que la capacidad asociativa de las redes sociales redunda en la calidad de tal asociación y en la potencia política y simbólica capaz de proponer cambios sustentables; elogio ingenuo a una sobrevalorada sociedad civil.

Pero además, cómo no tener en cuenta que, en general, las protestas en el norte de África se realizan a favor de la obtención de libertades civiles y políticas, esto es, derechos de los que goza hace tiempo el mundo occidental. Para decirlo en otras palabras, mientras el mundo árabe comienza a hacer reivindicaciones en pos de una democracia formal, la indignación europea pasa por el contenido de la democracia. Unos quieren votar, los otros, no le encuentran sentido a hacerlo.

Planteada así la comparación casi natural tiene que ver con lo ocurrido en 2001 en Argentina. Allí podemos encontrar más cosas en común: crisis de representación de la estructura bipartidaria especialmente tras el desencanto frente al PSOE, esto es, el socialismo que hace el ajuste que la derecha disfruta, tal como ocurrió aquí con el triste final de una alianza presuntamente progresista que venía a acabar con la política de tierra arrasada del menemismo; movilización de sectores medios, en Argentina, por la confiscación de los ahorros, en España, por un ajuste feroz que todavía está en la etapa de creer en los salvatajes de los organismos financieros. La lista de elementos en común para hablar de un supuesto “que se vayan todos” a la española puede seguir, pero parece más interesante repensar cuáles han sido las consecuencias de esa crisis en Argentina y si eso puede trasladarse a Europa.

En este sentido, hay algo que solemos pasar por alto aquí y es que contrariamente a lo que se podría suponer, la consecuencia del 2001 no fue social-democracia, activismo estatal y florecimientos de las libertades democráticas sino propuestas de centro y centro derecha, además del delirio de derrotar al capitalismo a través de una economía del trueque y la descentralización política del país para que sea gobernado por asambleas permanentes en las plazas de los barrios. Dicho de otro modo, si tenemos en cuenta que en 2003 nadie imaginaba que Kirchner podría transformarse en el líder de una política de centroizquierda como finalmente, desde mi punto de vista, lo fue, cabe recordar que las elecciones presidenciales repartieron casi la totalidad de los votos entre Menem, Duhalde (corporizado en Kirchner, un presunto “Chirolita”), López Murphy, Carrió y Adolfo Rodríguez Sáa.

En este sentido, la exigencia de mayor calidad democrática por parte de la sociedad civil no tuvo como correlato en las urnas el apoyo a propuestas progresistas de centroizquierda. En todo caso, el fenómeno interesante que se dio aquí es que no fue la sociedad civil la que impulsó a Kirchner a acabar contrariando la política de Duhalde, sino que fue el propio Kirchner el que le dio una nueva fisonomía a buena parte de la sociedad civil. Parafraseando a un general, “kirchneristas éramos todos (o más de la mitad), sólo que no lo sabíamos (hasta que llegó Kirchner)”.

Por esto es que debemos ser cautos con este tipo de acciones y la forma en que son ensalzadas aun por aquellos que desde los medios apoyan las políticas que los indignados rechazan. La cautela tiene que ver con que la pluralidad de reivindicaciones, la horizontalidad y la participación espontánea de la sociedad civil no garantizan ni un gobierno mejor ni un mundo más justo. A veces, diría yo, todo lo contrario. Más bien, suele ocurrir que es una acción desde arriba la que dirige y le da fisonomía y unidad a una serie de reivindicaciones sociales que, desperdigadas, no tenían la posibilidad de encauzarse. Por ello, quienes ven en las manifestaciones de los indignados y en los puntos que destaca Hessel una épica revolucionaria, se apresuran quizás por el deseo de ser testigos de momentos históricos y hechos paradigmáticos que marquen la historia y las generaciones. Pero esas cosas no suceden frecuentemente y quizás debamos contentarnos con vivir unas vidas mucho más monótonas de lo que desearíamos. Siempre es mejor que ocurran este tipo de manifestaciones pero a veces, para que las cosas cambien, hace falta mucho más que eso.