lunes, 27 de mayo de 2019

Los Fernández y el nuevo escenario político (editorial del 26/5/19 en no estoy solo)


La fórmula AF-CFK ha trastornado el escenario político y el debate público. Ni los propios ni los extraños saben qué hacer y parecen actuar más por la compulsión al Meme y el minuto a minuto que por los diagnósticos y las estrategias comunicacionales. Desconozco si la fórmula será vencedora pero el gobierno quedó grogui y obligado a dar un golpe de efecto en la decisión acerca de qué fórmula presentará. Por su parte Alternativa Federal sigue desdibujándose y al menos en estas horas no sabe si logrará que Massa y Lavagna jueguen allí, a tal punto que pareciera que la oposición se fragmentaría en tres pedazos: uno mayoritario, Unidad Ciudadana/PJ, y dos testimoniales que buscarán arañar los dos dígitos: Alternativa Federal con o sin Massa, y un espacio autodenominado “progresista” con radicales, socialistas y algún que otro emprendimiento personal que pueda captar algo del voto progre anti peronista de grandes centros urbanos. Quien no encuentre representación allí podrá ser parte del 2 o 3% que obtendrá la izquierda afirmando, como siempre, que todos son lo mismo.   
En algunos días todas estas hipótesis serán probablemente echadas por la borda pero aún así me permito jugar a anticipar algunas jugadas tal como hice en este mismo espacio a partir de la lectura de Sinceramente cuando de allí extraje la conclusión de que CFK interpretaba que AF podía ser el reemplazante de Néstor Kirchner en lo que a “pareja política” respecta, aunque claro, no pude prever que esa “pareja política” se traduciría literalmente en una fórmula presidencial.
Retomando lo dicho algunas líneas atrás, el gobierno tiene dos opciones: o armar una fórmula “pura” como en 2015 o abrir el juego ante la posibilidad de no alcanzar los 30 puntos en una primera vuelta y, con ello, enfrentarse al riesgo de perder allí mismo la elección. Dicho de otra manera, en Cambiemos saben que necesitan llegar, como sea, a la segunda vuelta para allí polarizar. La opción pura es Macri con alguien del riñón que, en el mejor de los casos, podría ser M. E. Vidal. Se supone que la gobernadora empujaría para arriba a Macri aunque el riesgo de esa jugada es dejar “vacía” la provincia de Buenos Aires. La opción “impura” implica dar un giro a la doctrina Peña/Durán Barba que siempre apuntó a consolidar el núcleo duro y a no compartir el poder con los aliados. Sería un gesto de debilidad pero también podría ser presentado como un gesto de apertura que le diera un halo de renovación a un gobierno que tiene poca novedad para ofrecer. Es que al fin de cuentas toda movida política puede presentarse de dos formas antagónicas tal como sucedió con la decisión de CFK de presentarse como Vice. ¿Fue una debilidad o un gesto de apertura producto del análisis del equilibrio de fuerzas? Para mí fue lo segundo pero muchos lo presentaron como lo primero. En el juego de nombres, el inasible Lousteau podría ser el candidato a Vice de esta variante. La posibilidad de un vice de Alternativa Federal, desde mi punto de vista, estaría descartada, justamente, porque generaría muchísima tensión en el acuerdo con los radicales y los seguidores de la figura de Carrió. También me resulta inverosímil la posibilidad de que Macri se baje porque eso generaría la ingobernabilidad inmediata y no garantizaría una mejor performance de su reemplazante que, en este caso, sería el “plan V”.
Al momento de analizar las posibilidades de Alternativa Federal y el espacio que lideraría Lavagna, resulta más interesante preguntarse, ya que su peso sería marginal, a quién perjudica su presencia. El sentido común me haría pensar que una oposición fragmentada beneficiaría al oficialismo pero ¿ustedes están seguros de ello? Los votos de Urtubey, Pichetto y el socialismo más el GEN son votos que pierde la fórmula AF-CFK o que pierde Macri? Incluso los votos de Massa, al menos en los antecedentes inmediatos, al momento de un balotaje, se inclinaron mayoritariamente hacia Cambiemos antes que hacia el kirchnerismo y ni que hablar si mencionamos el caso de la Córdoba de Schiaretti. Con todo, también es verdad que los tiempos han cambiado y que alguno de esos votantes podría acercarse a la fórmula en la que participa CFK porque la presencia de AF supone, a priori, un corrimiento hacia el centro y una apertura dialoguista con sectores que tenían interrumpida la comunicación con el núcleo duro del kirchhnerismo. Así, se podría concluir este párrafo indicando que, aunque suene paradójico, la fragmentación de la oposición podría acabar beneficiando a la oposición mayoritaria que, tal como arrojan algunas encuestas, tendría consolidado un piso de 35 puntos, número cercano a los 40 con los que podría alzarse con el triunfo.
Eso sí, claro está, en una elección tan disputada, no se pueden cometer errores de diseño electoral tal como los que cometió el kirchnerismo siendo gobierno. ¿Qué hará, entonces, en la Provincia de Buenos Aires el espacio Unidad ciudadana/PJ? Las encuestas le dan los mejores números a Kicillof pero los intendentes presionan para poner a uno de ellos. ¿Kicillof y Magario podría ser una fórmula de consenso? Si ese fuese el caso, puede que no sea la mejor decisión que Máximo Kirchner encabece la lista de diputados porque si la lógica es abrir el juego hacia sectores más moderados no será fácil explicarle la moderación a un votante que se encuentra con una boleta en la que aparecerán, en grande, 3 letras K: CFK, Kicillof y Máximo Kirchner. ¿Se abriría la puerta a algún referente moderado que no haya sido del riñón k y que, sobre todo, sea un hombre que represente al interior de la provincia? ¿Acaso Felipe Solá? ¿Acaso Julián Domínguez?
Para finalizar, algunas reflexiones en torno a lo que mencionábamos en un principio. Me refiero a la particular reacción de todos los actores intervinientes después de que se hiciera pública la fórmula. Los medios oficialistas, los trolls y los referentes del gobierno en primer lugar salieron a buscar en el archivo pasajes en los que AF haya sido crítico de CFK y el kirchnerismo. Naturalmente encontraron porque no hay que olvidar que hubo allí un distanciamiento de 10 años. Sin embargo no entienden que las contradicciones podrían disuadir a un espacio con votantes volátiles pero el hecho de que esté la propia CFK en la lista anula completamente la posibilidad de que algún votante k decida no apoyar esa fórmula por las presuntas diferencias que tendría AF. Es más, si bien está claro que AF no tiene votos por sí mismo ni estructura territorial, exponer las críticas que él ha realizado a CFK y al kirchnerismo, algunas, por cierto, bastante razonables, lo único que va a lograr es que un porcentaje del electorado encuentre allí la posibilidad de un kirchnerismo “mejorado” o “autocrítico”. Dicho en buen criollo: AF no quita sino que suma votos. Si esos votos que suma son muchos o alcanzan para ganar la elección, no lo sé.
Y en cuanto al espacio de Unidad Ciudadana allí también se observa cierta confusión y falta de coordinación. Por un lado, CFK hace claramente un gesto para correrse del centro y evitar la polarización que pretendía el gobierno. Sin embargo, militantes hacen circular pintadas como “Alberto presidenta”, o dibujos en los que aparece la silueta de ella con los bigotes de AF, y dirigentes aparecen en los medios tratando todo el tiempo de aparecer como leales a CFK y a su centralidad. ¿Se dan cuenta que de esa manera abonan la tontera de los Lombardi de presentar esta estrategia electoral como una remake del “Cámpora al gobierno y Perón al poder”? ¿Alguien les pide tanto? ¿Se dan cuenta que en paralelo hay un intento, desde lo nominal, de deskirchnerizar la fórmula y que hacer énfasis en la figura de ella va en sentido contrario? ¿No les resulta curioso que, justamente, se intente hablar de “los Fernández” y que Cristina haya perdido, de repente, el apellido Kirchner? Parece que no se han dado cuenta. Pero eso sí, estoy seguro que en el oficialismo van a empezar a parafrasear a Néstor Kirchner para afirmar “No se olviden que Cristina Fernández es Kirchner”. 
El 22 de junio es la fecha límite para el cierre de las listas. Hasta hace una semana todos suponíamos que las novedades llegarían muy cerca de esa fecha. Sin embargo, una decisión política y electoral del principal espacio de la oposición ha acelerado los tiempos. Aunque no siempre sucede así, al menos hasta ahora, se cumple aquello de “golpea mejor, quien golpea primero”.

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