martes, 29 de agosto de 2017

El algoritmo de Yrigoyen (editorial del 27/8/17 en No estoy solo)

El aislamiento que producen los microclimas bien puede sintetizarse en aquella figura de un presidente siendo persuadido por las buenas noticias de un diario apócrifo ideado por sus hombres más cercanos. Tal descripción corresponde a la leyenda del “Diario de Yrigoyen” y más allá de que, hasta el día de hoy, no existe prueba de que tal diario haya existido alguna vez, lo cierto es que la figura del “Diario de Yrigoyen” funciona como metáfora de la desinformación y el alejamiento de la realidad que puede tener quien, desde la soledad del poder, debe tomar decisiones. Rodeados de asesores, ajenos a las obligaciones familiares por el desborde que insume la función pública y, en muchos casos, provenientes de clases sociales para las que subirse al transporte público resulta una aventura antropológica, es muy difícil codearse con las necesidades cotidianas de las mayorías. En este sentido, no hay timbreo ni utilización de redes sociales que ayude demasiado.      
¿Pero qué sucede con el ciudadano de a pie? Las elaboraciones en torno a los medios de comunicación, especialmente en los años 60 y 70, e incluso antes también, nos ofrecían la imagen de una audiencia completamente a merced de los mensajes explícitos e implícitos de los medios. Sin embargo, la teoría clásica de la comunicación como una aguja hipodérmica que determinaba la conducta de las audiencias fue cediendo lugar gracias a los estudios que mostraban que la recepción de los mensajes nunca es enteramente pasiva. Este brevísimo e inexacto resumen de las reflexiones en torno a la comunicación podría culminar con las variables que introduce la irrupción de internet, los portales de noticias y generaciones enteras que se informan a través de lo que sus amigos comparten en redes sociales. Y allí pareciera haber un regreso a concepciones perimidas pues incluso los más optimistas, aquellos que ven en internet un paso decisivo hacia una ciudadanía capaz de acceder a un conocimiento abierto, ahora descubren la posverdad y la posibilidad de las “Fake News”. Así, pasan a repetir las mismas elaboraciones que antes repudiaron pues de repente, la ciudadanía ilustrada y libre es capaz de votar a Trump, presuntamente, por la campaña de desinformación iniciada por una serie de portales de noticias. Vale aclarar que en, lo personal, no creo que Trump haya ganado por las Fake News pero el progresismo liberal así lo interpreta y con ello adquiere la dosis suficiente de consuelo e indignación.  
Dicho esto, enfrentamos un fenómeno paradójico: si un diario de Yrigoyen era posible solo en el aislamiento producido por la soledad del poder, en la actualidad es posible crear diarios de Yrigoyen en la completa interacción, no solo para los gobernantes sino para la gente común. Efectivamente, el diario con las noticias que vos quieras leer lo tendrás estando intercomunicado con todo el mundo y no te lo escribirán unos asesores sino unos algoritmos.
Como alguna vez comentamos aquí, el término “algoritmo” proviene de la matemática y refiere a una serie de pasos o reglas que permiten llevar a cabo una actividad y obtener un resultado. A su vez, los algoritmos son esenciales para comprender cómo accedemos a la información en internet pues estamos en un momento del desarrollo de la red en la que existe la posibilidad de individualizarla cada vez más en pos de la rapidez, nuestro interés y perfil de consumo. No es casual, entonces, que las publicidades que aparecen cuando navegas en un sitio refieran a lo que hace un ratito estabas buscando ni tampoco es casual qué sitios decide jerarquizar Google cuando realizas una búsqueda. Menos aún resultan casuales las publicaciones de amigos en las redes sociales que la red decide mostrarte. Esto significa que internet avanza hacia una red hecha a medida de cada uno de nosotros, lo cual no sería tan problemático si tuviéramos plena conciencia de ello. Pero, claro está, ese no es el caso. Creemos estar abiertos al mundo y tener referencias objetivas del funcionamiento del afuera, pero estamos cada vez más inmersos en el entorno. La situación llega a tal extremo que en breve leeremos noticias hechas solo para cada uno de nosotros. Así, gracias a los algoritmos, podremos gozar de nuestro personal “Diario de Yrigoyen”. Tal predicción la realiza Evgeny Morozov, en un libro muy interesante llamado La locura del solucionismo tecnológico y publicado en castellano en 2016. Les citaré un párrafo alusivo de la página 189: “Tal vez comienza con aparente inocencia: personalizar los títulos y por qué no los párrafos introductorios para reflejar lo que el sitio sabe (…) sobre el lector. Pero más temprano que tarde (…) es probable que este tipo de prácticas también se extiendan hasta personalizar el texto mismo de los artículos. Por ejemplo, el lenguaje podría reflejar lo que el sitio es capaz de deducir sobre el nivel educativo del lector (…) O tal vez un artículo sobre Angelina Jolie podría finalizar con una referencia a su película sobre Bosnia (si el lector se interesa por las noticias internacionales) o algún chisme sobre su vida con Brad Pitt (si al lector le interesan los asuntos de Hollywood). Muchas firmas (…) ya utilizan algoritmos para producir historias de manera automática. El siguiente paso lógico –y, posiblemente, muy lucrativo- será dirigir esas historias a lectores individuales, lo cual nos dará, en esencia, una nueva generación de granjas de contenido que pueden producir historias por pedido, adaptadas a usuarios particulares”.
Todos leyendo lo que queremos leer; todos leyendo para confirmar lo que ya sabemos suponiendo inocentemente que en una sociedad abierta y conectada los flujos de información circulan y pueden hacernos revisar nuestras posiciones; todos reforzando las convicciones pero también los errores y los prejuicios que nos permiten vivir confortablemente bajo la suposición de que mi entorno representa a las mayorías y a la realidad.          



9 comentarios:

martin flaco dijo...

Hola Dante , te felicito por el gran artículo que a la vez me plantea una pregunta ¿ La idea del algoritmo que tiende a individualizarnos en el sentido de que recopila toda clase de información que usualmente vemos y leemos en la red ,para facilitarnos la busqueda a posteriores busquedas , forma parte o le es funcional al disposito cultural del neoliberalismo ?
Desde ya , gracias y espero otro librazo como el último .

Blackie dijo...

¡Hola Dante! Cada vez que me encuentro con un trabajo tuyo vuelven los buenos tiempos. Nosotros, como desde hace casi 2 años, aguantando los trapos y el gorilaje marplatense. ¿Tenés programa en radio? Si querés, decinos dónde y trataremos de encontrarte. ¡AGUANTE MI POLLO Y AGUANTE LA PATRIA! ABRAZO K ENORME. Marcelo y Blackie

gustavo piazza dijo...

si, ya lo previó a lo salvaje 1984. pero irigoyen sólo se juntaba, como decís al principio, con sus asesores, ministros, etc, los que se suponía que le hacían el diario. como decís, la leyenda del diario de irigoyen no es cierta. y la leyenda tipo 1984 de la información hoy puede ser cierta, si solamente nos fijamos en las apariencias.
pero hoy un misil norcoreano sobrepasó a japón y fue a caer un poco más allá. no está en todos los diarios, pero si te fijás encontrás la noticia. y el ejército de siria está cada vez más cerca de ocupar las alturas del golan. tampoco lo leés en todos lados, pero éso pasa en la realidad. como entre platón y aristóteles, entre lo ficticio y la realidad, siempre gana la realidad.
y el hecho definitorio es que los laburantes todos los días nos juntamos con otros laburantes, y si a todos nos va mal no importa qué diario nos quieran hacer leer. no somos irigoyen, somos laburantes, unidos podremos hacer lo que irigoyen no pudo.

Unknown dijo...

Bueno en realidad google tiene una aplicación que usaba mucho y está desde hace por lo menos 6 años en el cual podes seleccionar noticias en función de un cierto número de frases claves y te llegan a tu correo google news, además las busca con su habitual algoritmo personalizado de preferencias, yo por ejemplo soy programador, si busco en google un término, trae primero los referidos a lenguajes o técnicas de programación primero y muy al final los otros

Sin embargo, el gobierno no tiene un diario de Irigoyen, no este, que realiza encuestas y focus groups permanentemente, en eso no podemos ser inocentes, lo que es altamente llamativo es que dañando al 80% de la población logran una aceptación mayor al 30%.

A este singular fenómeno es el que hay que analizar cautelosamente, lo que tengo claro es que es multicausal, y como la individualización de la noticia, es que hay que afinar el mensaje para cada causa por la cual todavía el gobierno sigue teniendo un apoyo muy superior al resultado de su gobierno.

Para eso necesitamos gente que piense, estudie y analice científicamente, estamos conduciendo bastante ciegos en este camino los humildes militantes part time.

martin flaco dijo...

Hola Dante querido , por si no se acredito mi pregunta , la reitero. .¿ si los algoritmo tienden a creer microclimas , tienden a individualizar a los sujetos , se podría decir de que opera o le es funcional a las " ideologías" que produce ese dispositovo cultural que se llama neoliberalismo , que consiste en producir a los sujetos para moldearlos en la lógica de la individualidad , de la rivalidad , donde estos se auto-conciben como empresario de si mismo .Felicitaciones por el artículo. LA Pregunta fue pensada en el sentido de que cada noticia articulada por el algoritmo ,es como un saco que entra en nosotros a medida justa .Disculpa la molestia y mi inquietud. Saludos.

Dante Augusto Palma dijo...

Martín flaco querido: efectivamente el algoritmo que individualiza lo que produce es un perfil de consumidor y en ese sentido es completamente funcional al capitalismo financiero. Abrazo!

Dante Augusto Palma dijo...

Un lujo tu comentario, Oscar Kuchuk. Gracias por el dato. Abrazo

Dante Augusto Palma dijo...

Marcelo y Blackie! Les mando un beso grande y me pueden escuchar en Radio del Plata, los domingos tempranito, de 7 a 9. Allí hago No estoy solo. Los espero

Dante Augusto Palma dijo...

Abrazo grande, Gustavo Piazza. Gracias por tu comentario