jueves, 12 de diciembre de 2013

Del nombrar y otros saqueos (publicado el 11/12/13 en Diario Registrado)

Una vez que asumimos que la realidad es constituida a través del lenguaje, entendemos que la tarea del nombrar es central pues el qué y el cómo se nombra genera las anteojeras desde las cuales la ciudadanía se vincula con su entorno y con el mundo. De este modo, ser capaz de instalar un nombre implica la imposición de la cosmovisión que ese nombre trae consigo. En las sociedades actuales, la tarea del nombrar está atravesada por, justamente, los medios, y lo que ha sucedido en la última semana no ha sido la excepción. Específicamente, los diarios Clarín y La Nación, pero también muchos otros periodistas y políticos, llaman “conflicto social” a los hechos que se vienen desencadenando desde el autoacuartelamiento de la policía en Córdoba. ¿Pero cómo se puede llamar conflicto social a una extorsión perpetrada por algunos grupos de diversas policías provinciales que actúan en connivencia con bandas narcos y delincuentes saqueadores? La idea, claramente, es instalar una analogía con 1989 y 2001 ¿Pero alguien en su sano juicio puede comparar esta situación con lo ocurrido en aquellos años en que hordas hambrientas, desocupadas y desclasadas decidían salir a vaciar supermercados? Como si esto fuera poco hay comunicadores que, incluso, se atreven a comparar la cantidad de muertos ocurrida el 19 y el 20 de diciembre de 2001 con la lamentable cifra creciente que viene rodeando a los hechos ocurridos en los últimos días. ¿Pero se puede comparar la decisión política de reprimir a los manifestantes que adoptó el gobierno de De la Rúa con, por ejemplo, un muerto por electrocución cuando intentaba ingresar a saquear un comercio? No hay muertos con más valor que otro. Lo que sí es distinto es la responsabilidad del Estado y del poder político. ¿Si un comerciante particular mata a un saqueador en el contexto de una zona liberada por la policía estamos ante una situación análoga a un Estado que da la orden de matar como sucedió en 2001?

Para finalizar, debe quedar claro que afirmar que esto no puede ser llamado “conflicto social” no significa omitir que en el país siga habiendo pobreza y desigualdad más allá de los enormes avances en la reducción de ambas. Mientras éstas existan siempre habrá un conflicto social latente pero lo sucedido en estos últimos días es otra cosa. Estemos bien atentos, entonces, a cómo nombramos pues puede que desde hace mucho tiempo lo que nos estén saqueando, sin que nos demos cuenta, sea, ni más ni menos, el lenguaje.         

2 comentarios:

Tano Bols dijo...

Antes de leer esta nota yo también me planteaba el tema de la cuestión semántica (robo/saqueo). Me preguntaba si está cuestión trascendía en algún punto. No encontré motivos para decir que sí.
Así tomé otro camino, el histórico: evoqué el 2001, diciembre. 2002, también. Las crisis que provocaron muertes que provocaron tapas de Clarín. La (des)información. Y 11 años después... los saqueos provocaron la aparición de Duhalde diciendo que el problema de la droga es grave: SOLIDEZ FACIAL. Teléfono para Eduardo, es Hernán López Echagüe.

Unknown dijo...

como ejemplo de tu escrito esta el lamentable tweet de tenenbaum https://twitter.com/ertenembaum/status/410490101710331904

como comunicador deja mucho que desear, pero es en el manejo de su lenguaje que establece comparaciones "incomparables".

@barbartica