lunes, 17 de junio de 2013

Bestiario político argentino N° 4: Los Basiliscos (publicada el 15/6/13 en Diario Registrado)

Plinio, el viejo, fue el primero en describir a los basiliscos como un tipo de serpiente que mataba  con la mirada. Pero ya en los bestiarios medievales se demuestra que los basiliscos son una suerte de híbrido producto de una gestación compleja en la que un gallo de 7 años pone un huevo que es fecundado por una serpiente y luego incubado por un sapo. De allí, naturalmente, se obtiene esta criatura con cuerpo y cresta de gallo pero con cola de serpiente que en la modernidad se ha dedicado a la economía. Si bien se entiende que una disciplina que finalmente no tiene otro fundamento que la confianza de entidades ficcionales como los mercados, es un espacio casi natural para criaturas cuya principal arma está en la mirada, se desconocen las razones últimas por las que estos seres se interesaron particularmente en esta actividad humana con pretensiones científicas.
Con todo, se manejan tres hipótesis. La primera afirma que se trata de una venganza contra el poder político fundamentado en el hecho de que Alejandro Magno, formado en su adolescencia por el padre de la política, Aristóteles, mató al basilisco más importante de la época enfrentándolo a su propia mirada a través de un espejo.
La segunda se basa en la ambivalencia inherente al poder de la sangre del basilisco pues produce lo mismo que aquello que en la antigüedad era designado con el término griego pharmakón, esto es, una sustancia que, según su utilización, podía sanar pero también matar. Se cuenta que esta ambivalencia de la sangre de los basiliscos es la que explica tanto su pasión por brindar recetas económicas como el desenlace mortal de muchos de los políticos que las reciben suponiendo que es el remedio para todos sus males.
Por último, la tercera hipótesis tiene también algo de etimología pues “basilisco” tiene la misma raíz que “Basileos”, término que equivalía a “rey”, desde al menos el siglo XIII A.C., como atestiguan las excavaciones realizadas en Micenas. Se dice que los basiliscos nunca toleraron la posibilidad de un rey humano o un gobierno de la política. De aquí que, aunque sin pruebas fehacientes, se afirme que estas criaturas forman, desde hace siglos, una logia secreta encargada de ganarse la estima de los hombres elegidos por el pueblo para luego destruirlos a través de la implementación de sus políticas económicas.
Si bien su interacción constante con humanos los obligó a adaptarse y disminuir el potencial de su mirada mortal, no hay que subestimar el poderío de estas bestias pues puede que ya no maten pero son capaces de mantener hipnotizadas a generaciones enteras durante décadas.                



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