lunes, 28 de julio de 2008

Dios, julio, y el pensamiento de los opuestos

Estoy escribiendo esta nota el 28 de julio de 2008 y debo reconocer que faltando 3 días para fin de mes, tengo la esperanza de que Dios obre nuevamente a través de Julio Cobos, quite a Moreno y haga parir la república. También espero que Dios obre y detenga el cada vez más cercano desastre profetizado por Piñeiro que la estatización de Aerolíneas Argentinas acelerará (Ojalá Dios obre durante los próximos 20 o 30 años porque cualquier accidente aéreo “confirmará” la, popperianamente infalsable, profecía de Piñeiro).
Ojalá Dios siga obrando en la Argentina y detenga el maniqueísmo y la estructura binaria del pensamiento occidental que se manifiesta con ingenuidad interesada en varios medios y que siempre piensa en términos de pares de opuestos, el primero de los cuales es "el bueno" como contraparte del segundo que es "el malo": Hombre/Mujer; Racional/Pasional; Activo/Pasivo; Hetero/Homo; Centro/Populista; Presidente/Presidenta; Campo/Zoológico; Verdad/falsedad; Sociedad civil/Política; Deberes ciudadanos/derechos humanos; Felicidad general/Secretario de Comercio Moreno; TVR/Programación Estatal; Alberto Fernández después de la renuncia/Alberto Fernández antes de la renuncia; Libertad de expresión/Nueva ley de radiodifusión; Políticos con convicciones/Políticos presionados; Políticos con convicciones/Políticos venales; Políticos con convicciones/Políticos que votan a favor de la 125; Riquelme/Gracián; Gente/beneficiarios de choripán; Cualquier arquero de Boca/Chilavert; Espontáneos/Obligados; Cortes blancos de ruta/Cortes negros de rutas; cualquier estimación privada/INDEC; Sensación térmica de unos/Sensación térmica de otros; un Feinmann/el otro Feinmann; Exabruptos de D angeli/exabruptos de D elía; Exabruptos de Biolcatti/Exabruptos de Kunkel; Diálogo/Confrontación; Dios cristiano/Alá; Pro-vida/Legalizadores del aborto; Memoria completa/Memoria; Perros/Gatos; Batman/El guasón; Activia/tránsito lento; Uribe/Chávez; Carlotto/De Bonafini; Ortega/Simeone; Sofovich/Celina Rucci; Celina Rucci/Sofovich; Brasil/Argentina; Lula/Kirchner; Rabino Bergman/Pérsico; Ringtones/”rin rin”; un Rozitchner/el otro Rozitchner; Sócrates/Nietzsche; Nietzsche/Sócrates; Macri/Gámez; Wikipedia/Enciclopedias clásicas; Política de derechos humanos por convicciones/Política de derechos humanos por oportunismo; Toro Alfredito/Carpas K; Un comando/doble comando; Conferencias de prensa/Ausencia de conferencias de prensa; Pedófilo Grassi/Pedófilo Corsi; Amigos/Novia; Control de gasto público/Aumento de sueldos; Disciplina fiscal/Aumento de sueldos; Seguridad jurídica/Aumento de sueldos; Inversión extranjera/Aumento de sueldos; “A dos voces”/Muchas voces; Carrió/Resto de los mortales; Películas comerciales del BAFICI/Películas comerciales que no van al BAFICI; Sarmiento/Alberdi; Estadistas/Ideólogos; Peludos/Pelados; Oportunidad histórica/Conflicto por la redistribución; Detalles estúpidos/Etcéteras.
Si la incontinencia oral y la hemorragia de simplificaciones de los idiotas útiles y operadores conocidos acabara en el mes de Julio, no habría ninguna duda: Dios existiría, obraría en julio y sería argentino.

viernes, 18 de julio de 2008

El problema de la representación y la democracia de resultados

Cobos dijo “no” y el escenario de repente cambió. Lo que hace 3 días era una victoria oficialista segura en el Senado se transformó en derrota con una puesta que causaría envidia en el contexto hollywoodense. Hubo suspenso, falsos resultados, momentos en que ganaban los malos y todo parecía perdido, recuperación de la esperanza, expectativa creciente, el héroe que al final entra a escena, da un discurso durante 20 minutos sin dar a entender para dónde se inclinará, pide cuarto intermedio que le es negado, el rating sube a su pico y, luego, final feliz. La virgen en manos de LLambías sube a escena y en Palermo hacen abrazos de gol al ritmo del himno interpretado por el arquetipo del gaucho cantor. Los rezos de los militantes en la puerta del congreso no fueron oídos: la virgen y el himno viven en Palermo y ellos nunca se enteraron.
En ese instante, Carrió se recibe de Cassandra, se queja de que nadie le creyó y le otorga a la decisión de Cobos el status de prueba ontológica: “Ahora créanme. Dios existe. Hemos tenido una revolución en paz. Dios obró en la historia y también en Julio Cobos”. Gerardo Morales y Sanz, pasan a considerar que Cobos no era tan traidor como ellos habían afirmado al echarlo del partido. El nuevo frente peronista que aglutina a varios pretendientes de resucitación se anota un poroto. El Senado, o, más bien, el aguantadero generoso, el órgano ansiado de emisor de fueros que soporta a Menem, a Romero, a Saadi y a Rodríguez Saá, cambia la actualidad política y el gobierno mutis por el foro. Entre tanta hojarasca permitámonos algún análisis metacoyuntural.
Tomemos en cuenta el problema de la representación: fue muy interesante en ese sentido el discurso de Piccheto. Él habló de la democracia de partidos y de la defensa vertical de la plataforma; del otro lado se afirmaba la necesidad de la libertad de conciencia. En el medio todos dicen representar al pueblo. Al fin de cuentas, no es más que el problema de las democracias representativas: ¿cómo es posible garantizar que nuestros representantes representen de manera transparente los intereses de sus representados? Lo que en principio parece resolverse en sistemas de democracia directa donde son los propios interesados los que defienden sus intereses, en los sistemas representativos es un problema. En las democracias representativas de partidos, en principio, los representantes deberían encolumnarse detrás de la plataforma. Al fin de cuentas, teóricamente, la gente no ha elegido nombres y menos en los casos de listas sábanas: elige plataformas. Asimismo, esta defensa tan vertical parece simplificar los asuntos de la política pues las plataformas no dejan de tener un espacio de ambigüedad e incluso, sobre algunos temas, no se expiden. ¿Qué votamos entonces? ¿Un conjunto de ideas plasmadas de manera más o menos precisa en una plataforma o más bien, como muchos pensadores clásicos suponían, votamos la capacidad de los representantes? La respuesta es difícil pero cuando se apela a la idea de libertad de conciencia extremamos el costado aristocrático de todo sistema representativo: suponemos que hay un conjunto de hombres que son más capaces que el resto del pueblo y además creemos, paternalistamente hablando, que ellos sabrán mejor que el propio pueblo lo que el pueblo quiere. Por eso podemos darnos el lujo de descansar en su libertad de conciencia. La conciencia del representante capaz, no se transforma necesariamente en lo que el pueblo quiere. Más bien será lo que es mejor para el pueblo, aun si no es esto lo que el pueblo quiere.
Vayamos a la cuestión de la particular manera de entender la democracia. Esta es otra discusión interesante que tampoco resolveré aquí. Pero digamos que interesada y peligrosamente se ha puesto un especial hincapié en el contenido de la decisión democrática y no en el proceso democrático. En otras palabras, se instaló la idea de que habría democracia si y sólo si, la decisión del poder legislativo era a favor de la derogación de la 125. El proceso, esto es, lo esencialmente democrático no importaba. La democracia argentina se transformó de repente en una democracia de resultados. A esto abonó una irresponsable oposición que en ningún momento exigió a los representantes de la mesa de enlace que se acepte el resultado sea cual fuere. Fue patético observar cómo varios representantes de lo oposición, suponiendo que iban a perder, llamaban al campo a seguir la vía judicial. La gran paradoja es que estos representantes que rezongan ante la ubicuidad del poder ejecutivo, desprestigian su propia labor legislativa afirmando que la decisión de este poder es legítima sólo si se da en un sentido.
Pero dejemos las abstracciones y volvamos a la coyuntura. Mi sensación es que la forma en que el gobierno perdió fue la mejor posible. De más está decir que el gobierno no buscó perder pero entre todas las posibilidades de derrota, ésta es aquella de la que se puede sacar provecho. Incluso hasta podría decirse que tal vez, la debilidad que manifiesta la derrota es preferible al desgaste que hubiera generado el triunfo. ¿Usted se imagina que estaría pasando si Cobos hubiera votado a favor del Gobierno? El gran problema es el propio Gobierno. ¿Tendrá la capacidad de poder sacar provecho de, quizás, la última oportunidad para poder sobrellevar los 3 años y medio que quedan? A juzgar por lo ocurrido ayer me permito ser escéptico. Que Cristina no haga mención directa a lo ocurrido y se maneje con ironía es más la actitud de un niño enojado que la de un adulto con responsabilidad. Parece más simple salir a decir un par de frases hechas que descompriman: “este es triunfo de la democracia; las instituciones funcionan: no hay vencedores ni vencidos, etc.” Al fin de cuenta, efectivamente, fue una gran demostración de institucionalidad y participación cívica. En cuanto al mediano plazo parece una incógnita saber cuál será el camino de alianzas del Gobierno. Parece claro que Kirchner interpretó que la manera de defenderse de lo que venía era refugiarse en las viejas estructuras del partido justicialista y renunciar a la transversalidad de la formación de un gran frente de centroizquierda. Es en esta línea que debemos entender que al dejar de lado la transversalidad por la concertación plural se hizo un viraje del plano ideológico al de la gobernabilidad. El punto es que ahora también se está rompiendo esta concertación y con el partido justicialista solo y resquebrajado no alcanza para gobernar. El futuro es pues una incógnita, especialmente si le sumamos un contexto nuevo en esta joven democracia: Sin riesgo de golpe militar, las crisis se canalizaron generalmente en el apoyo masivo a algún dirigente opositor. En este caso, ninguno de éstos parece emerger ni estar a la altura de esa responsabilidad. En este sentido, o el gobierno saca a relucir cintura política o al no haber oposición donde canalizar el malestar, el gobierno implosionará.

lunes, 14 de julio de 2008

Escenarios

El videograph de C5N de ayer que afirmaba que “se viene el supermartes” generó en mí tal expectativa que despertó mi costado lúdico: el de las predicciones. Éstas, como todos sabemos, una vez escritas deberían ser el basamento para futuras risotadas, indignaciones y desacreditaciones que serían muchos más abundantes si los periodistas de medios escritos o los autorreferenciales programas que se presentan como noticieros de la propia TV, dejaran de lado el sesgo editorial del multimedio al que pertenecen.
Jugando con la multivocidad del término, podría decirse que está asegurado que el martes habrá dos escenarios (el “K” en la plaza Congreso y el de “el campo” en el monumento a los españoles) pero que pasada esa fecha no sabremos cuántos escenarios pueden darse:
-¿Ganará el proyecto oficial y, en un ejercicio envidiable de democracia, la marcha de los dueños de los campos volverá a sus lares, derrotados pero respetuosos de las instituciones?
-¿Ganará el proyecto oficial y la marcha de los dueños de los campos generará estruendosas réplicas verbales de sus dirigentes agitando el fantasma de las Banelcos? Dado esto, ¿irán hasta la Corte Suprema y en caso de volver a perder ante el funcionamiento de las instituciones afirmarán que esta Corte independiente también está cooptada por el poder ejecutivo del doble comando?
-¿Perderá el proyecto oficial, con lo cual se elogiaría la supuesta integridad y decencia de los senadores, y el gobierno vencido y con la cabeza gacha quedará a merced de las más descabelladas presiones de todos los lobbys?
-¿Perderá el proyecto oficial y el gobierno saldrá a redoblar la apuesta sabiendo que este no es un país que se gobierne de forma timorata?
La lista de escenarios pos martes (y miércoles) puede ser interminable y quizás lo que finalmente suceda no responda linealmente a ninguna de las opciones aquí dadas. Más allá de eso me quiero detener en algunos elementos que se encuentran a la base de los escenarios mencionados.
No hace falta tener mucha capacidad para darse cuenta que en este conflicto el tema económico pasó a segundo plano: con todas las concesiones que el gobierno realizó, el dinero recaudado ya no parece ser tan importante como para mantener semejante situación. Este dato también le juega en contra a los argumentos del campo pues si no es tanta plata la que está en juego, se desnuda claramente una intencionalidad política. Si a esto le sumamos que la “batalla comunicacional” fue ganada por los intereses cercanos al campo podríamos decir que en la medida en que el gobierno no entienda que la verdad sin persuasión es estéril, los tiempos que vienen serán difíciles. Tanto el gobierno como “el campo” han quedado presos de su propia tozudez si bien en esta igualación el que más pierde es CFK pues los dirigentes de la Mesa de Enlace tienen destino de fusible (Incluso, a esta altura, es casi seguro que el triunfo del gobierno sea pírrico). El escenario resulta complejo porque el Gobierno no puede retroceder en la desvirtuada (pero simbólica) resolución 125. Se le harán todas las modificaciones pertinentes pero deberá seguir llamándose 125 para mantener la idea de triunfo. Y los dirigentes de “el campo” necesitan la derogación de la resolución pues la aceptación de cualquier otro resultado dejaría abierta la pregunta que nos haríamos en la esquina del barrio: ¿tanto lío para esto? El Gobierno tuvo la posibilidad de bajar la 125 ante la renuncia de Lousteau. Era el momento de cargarle al poco experimentado ministro el error y barajar y dar de nuevo. Los dirigentes del campo tienen la posibilidad de “bajarse” cuando pierdan en senadores, demostrar una altura que no tienen, reconocer las concesiones recibidas y afirmar que, aun en desacuerdo, respetan el poder legislativo, ese que era tan requerido por ellos en la medida en que representaba “todas las voces”. Ahí se resolvería el conflicto. Pero seguramente no lo harán: hablarán de cooptación y de presión K. Los multimedios “escracharán” a los supuestos traidores que se habrían “dado vuelta” y hablarán confusamente de la ausencia de libertad de conciencia de los legisladores. Es este un tema muy complejo pero uno tiende a pensar que hay ciertas contradicciones entre defender una democracia de partidos y a su vez exigir que los legisladores voten lo que desean sin respetar los elementos programáticos de la plataforma que la gente eligió. Si nos rasgamos la vestidura cuando decimos que “la gente” no vota proyectos sino individuos carismáticos, deberíamos hacerlo también cuando los legisladores se corren del núcleo programático que los llevó a su banca. Y espero que se entienda bien: no abogo por un funcionamiento monolítico de los partidos en la Cámara, simplemente, señalo algunas inconsistencias en los rezongos de los comunicadores.
Pero volvamos al juego de las predicciones, predicciones que no tendrán la precisión de las metáforas obstétricas de los partos republicanos ni la furia de los enloquecidos aviones que sin radar chocarían una y otra vez en el aire. Creo que hay una urgencia razonable por resolver este conflicto. La incertidumbre, esté basada o no en la realidad, es palpable y cuantificable. Y sin embargo, no es este el momento de los grandes desenlaces. No habrá ni súper martes ni súpermiércoles. Habrá triunfo del proyecto oficial en Senadores y comenzará un largo camino de desgaste, con amenazas latentes, a veces efectivizadas, de conflicto. Veremos a los sectores más impresentables del peronismo generar la nueva oposición y esperar que el desgaste de CFK y NK genere, por decantación, la irrupción de algún candidato que condense la heterogeneidad antiK.
Ojalá los actores de la democracia, al fin de cuentas, todos nosotros, estemos a la altura de las circunstancias y entendamos que nos guste o no este gobierno debe cumplir su mandato. Sobre este punto, más que predicción, realizo una expresión de deseo. En cuanto a lo que viene, deberíamos dejar de pensar en súper martes y pensar más bien en tediosos, desgastantes y corrosivos lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos.

domingo, 6 de julio de 2008

La otra batalla

A la tediosa e insistente repetición de los latiguillos de los moderados que buscan migrar hacia ideologías de centro y exhortan al diálogo, a la paz, a que no haya ni vencedores ni vencidos, se la debe contrastar con la retórica discursiva que los protagonistas y los editorialistas de turno expusieron tras la aprobación de la propuesta oficialista en diputados. Por mencionar sólo algunos títulos aparecidos el domingo 6/7/08: “El oficialismo gana el primer round”, (Portal de MSN en Latinoamerica); “Se perdió sólo la primera batalla” (Declaraciones de De Angeli), “El gobierno ganó y el campo apunta al senado” (Clarín), “El kirchnerismo cedió más y logró un ajustado triunfo en diputados” (Clarín), “La tropa de Rossi acaba de sortear el desafío más serio” (Clarín); “Hace muy poco nadie imaginaba esta pelea mano a mano que todavía no está definida” (declaraciones de Biolcatti), “Fue casi un empate” (Buzzi), etc.
Seguramente un lector poco embebido de la actualidad argentina consideraría que estos títulos y declaraciones describen una gesta deportiva o el desarrollo de un conflicto bélico, pero nunca imaginaría que se trata de las palabras y las manifestaciones inconscientes que se develaron una vez desbrozado el camino entre la hojarasca de la corrección política.
Finalmente no hubo fracturas gigantes ni disolución del poder K (aunque sí debilitamiento) y tampoco se votó “a sobre cerrado” la 125. La oposición se unió para decir que no pero no planteó un proyecto alternativo razonable que pudiera encolumnarlos. Pero se abrió el juego y el gobierno cedió aun más de lo imaginable. Tanto que resulta sorprendente comprender el por qué de la insatisfacción de la Mesa de Enlace: a los pequeños productores que no llegan a 300 toneladas se les impondrá un arancel del 30%; a los que van de 300 a 750, el 35% y a los que van de 750 a 1500 se les descontará el 35% de las primeras 750 toneladas; si a esto se le suma el pago del flete, el avance en la ley de arrendamiento, las facilidades para dinamizar la burocrática cadena estatal, el 10% de lo recaudado por las retenciones móviles como fondo contra desastres naturales que afecten a los pequeños productores, etc., etc. caeríamos en la cuenta que para el 85% de los productores el número final del arancel es menor al que regía el 10 de marzo y que la situación mejora considerablemente respecto a esa fecha en la medida en que a todo lo dicho se debe agregar que el precio de la soja ha superado hoy los 600 dólares.
Todos los bandos se adjudicaron el triunfo pero llamaba la atención ciertas contradicciones en el diagnóstico de los opositores pues algunos decían al mismo tiempo que Kirchner había demostrado todo su autoritarismo y su lógica venal y prepotente para imponer con tozudez su plan aunque, algunas líneas después, o algunos minutos después, también decían que el gobierno había cedido en casi todo y que lo aprobado era casi una caricatura del proyecto original. Particularmente, estoy más cerca de aceptar esta última afirmación si bien la profundidad que adquirió el conflicto tras la impericia del gobierno, lo obligó a ceder y lo que en principio fue una norma injusta por la forma indiferenciada con que se trataba a todos los sectores, acabó siendo un instrumento que privilegia a los sectores castigados del campo.
Donde el gobierno no se equivocó fue en mandar el proyecto al Congreso (si bien lo hizo bastante tarde). Evidentemente la aprobación del proyecto por esa vía le quitaría resto a la Mesa de Enlace para mantener el conflicto con cortes de rutas y amenazas de falta de abastecimiento. Fue un gesto democrático sin duda movido por las circunstancias y las presiones. Donde también se respiró democracia fue en la idea de no reprimir los cortes de ruta aun cuando se ponía en riesgo la llegada de comida a los grandes centros urbanos.
Hasta podría decirse que también resultó un atisbo de madurez democrática el comportamiento de las circenses carpas de militantes K, de los militantes de “el campo”, de los evangelistas, los Castellistas y el minúsculo grupo que seguía a Vilma Ripoll y acompañaba el espectáculo con performance que incluían largar fuego por la boca, hacer malabares con pelotitas y ejercitar la destreza en el manejo de las clavas. Entre todos estos grupos que fueron el hazmerreír de los anónimos periodistas rotativos de los multimedios, no hubo ni un solo conflicto a pesar de compartir todos la misma Plaza.
Donde sí hubo gestos de mayor agresividad fue en los cruces entre seguidores kirchneristas y militantes de “el campo” adentro del recinto, y en la exposición de Aldo Ferrer que fue acallada por un grupo de ruralistas y sacada del aire por varios medios. Pero en un país de tradición intolerante como el nuestro, todo esto es un juego de niños.
En este sentido si es que de verdad hemos aprendido las lecciones de nuestro pasado sangriento y estamos madurando como sociedad de la mano de los 25 años de democracia, estamos en un buen momento para que se libre la “otra batalla”, la de la ley de radiodifusión. Seguramente, acostumbrados a la retórica de los últimos 4 meses, la sociedad, los medios y los políticos que aborrecen las imposiciones autoritarias apoyarán la idea de que es necesario que el horizonte de los medios se amplíe fomentando el diálogo constructivo y la pluralidad de voces; también abogarán por un sistema desconcentrado que no esté a merced de aquellos que buscan monopolizar el poder. De este modo, no nos extrañará ver que los mismos que afirman que el poder legislativo representa todas las voces del pueblo si y sólo si se opone a lo que dice el ejecutivo, escriban en sus columnas que la mejor manera de proteger la libertad de prensa es diversificando las voces y rompiendo con las hegemonías discursivas y la imposición de agendas tan naturales en sistemas retrógrados como aquellos que permiten que una misma persona o grupo sea propietario de radios, canales de televisión, servicios de internet, de telefonía y diarios. Coherentemente aquellos que beben del manantial de las ideas republicanas y consideran que, como ya lo habían visto los Padres Fundadores, el problema de la organización política es cómo equilibrar el poder, aplicarán esos principios a los desafíos inéditos que plantean los avances de la comunicación y el problema de la concentración de los medios en Argentina. Seguramente viviremos momentos en que los periodistas, estos guardianes recelosos de la libertad, paladines de la verdad, demostrarán toda su valentía y promoverán una ley que tenga en cuenta a los pequeños y medianos medios y que acabe con las consecuencias de la desregulación de los 90 (y la ratificación de todos los gobiernos posteriores). Lo harán aun cuando ello implique ir en contra de los intereses de los que pagan sus sueldos, esto es, sueldos que se alejan bastante de unos choripanes y unas cocas.