domingo, 3 de agosto de 2008

Conferencias

Tras la conferencia de prensa de CFK, aquellos que pensaron que iba a haber una repentina inoculación de calidad institucional en la Argentina se sintieron decepcionados. Esta misma decepción destacaron los principales editorialistas de los diarios del domingo. Pero lo interesante es señalar las razones aducidas para tal sentimiento.
Digamos que, para sintetizar un poco las posiciones, los editorialistas de Perfil, La Nación y Clarín resaltaron la tozudez de la Presidenta especialmente en los temas espinosos como Moreno/INDEC, Inflación, Cobos y resolución 125. El conjunto de los partidos del arco opositor, agregó a esta interpretación la idea de que, al fin de cuentas, CFK “no había dicho nada”.
Así, todos estos actores, aquellos que durante años hablaron de falta de calidad institucional por ausencia de conferencias de prensa, acaban desnudando con la crítica de hoy, la estupidez de la crítica de ayer. Dicho en otras palabras, pareció quedar en evidencia que la transparencia de un gobierno poco tiene que ver con las conferencias de prensa. Más bien parecería que vuelve a cometerse el error de confundir forma con contenido, como se hizo tras la resolución del senado. Allí, se había establecido la idea de que el Senado sólo tendría legitimidad en la medida en que se oponga a la resolución 125. En esto que llamé “Democracia de contenidos” el proceso, la forma, esto es, lo esencialmente democrático, no importaba. Importaba el contenido (la derogación de la resolución). Tras la conferencia de prensa y la idea de que “CFK no dijo nada” se vuelve a cometer el error de dejar de soslayo la importancia del formato “Conferencia de prensa” para hacer hincapié en el contenido de la misma. La conferencia de prensa, entonces, no importaba, lo que importaba era que “dijese algo”, eufemismo por el cual debe entenderse “decir lo que queremos oír”. Como CFK no dijo que Cobos es un traidor, no echó a Moreno, no dijo que los índices del INDEC son una barbaridad y no admitió un error al impulsar hasta las últimas consecuencias la resolución 125, se infiere de allí que CFK “no dijo nada”. Por cierto, ¿alguien verdaderamente creyó que era posible que CFK dijera algo así? (quizás el que lo creyó fue Massaccesi, el periodista de TN, al preguntarle a CFK si Cobos tenía un perfil de traidor. Ante este requerimiento seguramente esperaba que la presidenta trazara un perfil psicológico del vice y pidiera públicamente su linchamiento).
Yendo a lo realmente importante, las conferencias no aportan nada a la transparencia y a la calidad institucional simplemente porque no es eso lo que está en juego en ellas. Una conferencia de prensa, pone en juego las habilidades retóricas de quien las brinda y la inteligencia de quienes preguntan. Ni más ni menos que eso. Lo mismo sucede con los debates: se ha instalado la idea de que quien vence en un debate lo hace porque tiene la mejor opción. Como indiqué en otras notas, esta visión supone ingenuamente, que la verdad tiene una fuerza tal que puede prescindir de la persuasión. En el caso analizado tenemos una muy hábil oradora y unos muy poco inteligentes interrogadores a punto tal que quizás la pregunta más inteligente fue la que hizo Doman cuando con un gran poder de síntesis inquirió: “De lo hecho hasta aquí, ¿qué es lo que volvería hacer y qué es lo que no?”. Tanto en los debates como en las conferencias de prensa, el televidente no llega a allí como una tabula rasa: generalmente ya ha tomado partido por alguno de los contrincantes y salvo algún caso excepcional, no cambiará su posición. Por otra parte, el periodismo dista mucho de ser aquel representante de la sociedad civil que permite controlar las acciones de gobierno. Es muy triste que especialmente, las segundas líneas de periodistas, aquellos que ponen el cuerpo y que acatan devotamente la línea editorial del multimedio, crean ser los portavoces de la sociedad. Algunos hasta creen representar al pueblo en un sentido casi literal al considerar que observar un programa de televisión o leer un diario equivale a un voto en una jornada política electoral. No entienden el juego ni el poder. Se indignan como se indignan los chicos caprichosos, rezongan y no se suenan los mocos.
Pero volvamos al tema de las conferencias: el peor político o el más corrupto puede dar conferencias de prensa diarias y con ello no elimina los desastres de sus acciones de gobierno, ni brinda trasparencia o calidad institucional. Lo mismo pasaría a la inversa, el mejor político, el más honesto y capaz, podría no dar conferencias de prensa, o ser muy torpe para dar respuestas. Podría quizás ser muy solemne, aburrido y tener poco poder explicativo. Podría tener alguna disfunción que le trajera problemas para hablar o quizás tener un carácter inadecuado para ganar debates. Las habilidades de carácter y retóricas no son detalles menores en la carrea política por ocupar cargos pero no tienen una relación directa con la sustancia de la política que lleva adelante el candidato. Si así fuera y dado que la capacidad discursiva de la presidenta resulta incuestionable, no habría duda de que CFK estaría haciendo el mejor gobierno de la historia casi tanto como el de Alfonsín o Chacho Álvarez quienes ocupando cargos ejecutivos y aún en situaciones de crisis profundas pusieron casi siempre sobre la mesa una capacidad admirable para persuadir.
Por mi parte, considero que es mejor que haya conferencias a que no las haya pero lo digo por cierto placer estético por la retórica y no lo vinculo en ningún momento con la transparencia de las acciones de gobierno. Cuando me siento a ver una conferencia de prensa, me siento a ver un “show” y no lo digo en términos peyorativos. Me dispongo a observar el enfrentamiento de capacidades discursivas en contrapunto donde La Verdad es una invitada ocasional y casi secundaria.
Por otra parte, en este caso puntual, creo que la confianza en la solvencia de sus respuestas le jugó a CFK una mala pasada especialmente al afirmar que “volvería a hacer cada una de las cosas que hice” y al dar razones convincentes para ello. Particularmente me hubiera gustado que más allá de que sea verdad que todas las mediciones del mundo son cuestionadas, se reconociera que hace falta modificar los índices del INDEC para lograr credibilidad. También me gustaría que se desplace a Moreno por la razón estratégica de que mantenerlo genera más desgaste que beneficios. Incluso dejaría sin efecto la construcción del tren bala pues es una erogación innecesaria y será condenado como signo de sinrazón, de opulencia y desequilibrio. También hubiera deseado que se señalara algún error, no en el espíritu, pero sí en la forma en que se manejó todo lo que rodeó a la resolución 125. Es una tontera que este tipo de errores opaquen medidas progresistas como las de la última semana: regreso a las jubilaciones móviles, aumento del mínimo no imponible y primeros pasos en relación a la eliminación de las exenciones impositivas a la renta financiera. Por cierto, para tomar este tipo de medidas, más que conferencias de prensa, hicieron falta, simplemente, acciones de gobierno.

9 comentarios:

Oscar Cuervo dijo...

Esta insistencia en la importancia de las conferencias de prensa forma parte de un intento de disolución de la politica y su reeplazo por la mediocracia: así los periodistas de TN creen que el televidente los vota todos los días, las opiniones particulares de movileros y locutores pasa a ser la voz de "la gente", los temas dominantes son si Kirchner está desbordado, si Cristina es una pobre mujer acorralada, si Moreno va a todas partes acompañado por un karateca, si D'elía es un gordo afeminado y violento, etc. Este tipo de cuestiones pasan a dominar el debate político, cuando en realidad son una especie de melodrama construido precisamente para desplazar los debates propiamente políticos.
En uno de los editoriales de este dopmingo, alguien decía que un gobierno está más conectado con el pueblo en una conferencia de prensa que si hiciera 10 movilizaciones, como si sentarse a ver el sábado a la tarde las preguntas que se les ocurren a movileros y corresponsales fuera una forma de compromiso político.
Lo único que ahí se evidencia ese el cualunquismo movilero, totalmente funcional a las empresas que los contratan. Hay una representación, sí, pero no es que los periodistas representen "la voz del pueblo", sino los intereses de sus respectivas empresas.
Otra cosa que queda en evidencia es que los medios son mucho más diestros en la manipulación por la que se construye la noticia que cuando tienen que hacer sus preguntas en tiempo real frente a una figura como Cristina. La polítca del medio se hace desde el control central, cuando se etiqueta la noticia con el videograph (Por ej, "Gobierno vs. Campo"), cuando se divide la pantalla en dos y, mientras la presidenta habla, en la otra mitad se pone la cara de De Angeli burlándose; o en el caso de los diarios, cuando se arma una tapa con frase y foto, como el clásico ejemplo de Clarín y Julio Blank al titular "La crisis causó dos nuevas muertes" con una fotografía borrosa, para narrar el asesinato de Kostecki y Santillán. Son los editores periodísticos los que imponen agendas de discusión día a día. (Si no, ¿qué trascendencia hubiera tenido en la agenda política argentina Luis D'elía?

Pero en las conferencias de prensa no van los editores periodísticos, sino los movileros. Entonces después se analiza si las respuestas de Cristina son demasiado largas, si los chistes que hizo son malos, si detrás del tono amable hay un dejo de soberbia, etc.

El próximo paso sería que un jurado formado por Moria Casán, Marcelo Polino, Quintín y Diana Maffía califique con un puntaje de 0 a 10 las respuestas de la presidenta y que al final, el show sea coronado por un televoto: los que quieren que se vaya Moreno llamen al 13013 Moreno_Andate, etc.

Anónimo dijo...

A pesar de estar de acuerdo con Dante y en gran parte con el comentario de Oscar, me parece que igualmente son necesarias las conferencias de prensa. Porque a pesar de las editoriales del día despues, mientras Cristina habla uno discute desde la casa con ella, se enoja, se enorgullese por la capacidad de respuesta y de conocimiento de los temas, piensa en lo simbólico para las mujeres de la manera en que ella desempeña el rol de Presidenta. La conferencia de presnsa ayuda a la democracia, instala el debate polìtico en la sociedad, no nos olvidemos que venimos de años en los que en los medios solo se hablaba de Tinelli y de las compras en el shoping de Miami que había hecho Susana Gimenez. Me parece que es bueno cuando la polìtica se vuelve a mezclar en lo cotidiano de la gente

Laura de la RED MUJERES CON CRISTINA

Anónimo dijo...

De verdad la pregunta de Doman fue la más interesante? A mí me pareció la más rastrera. Pero son puntos de vista.

Dante Augusto Palma dijo...

Gracias Oscar y gracias Laura.
Irina: la pregunta de Doman me pareció inteligente en el sentido de que de manera sintética la obligaba a repensar críticamente todo su mandato y ponía a Cristina en una situación complicada. De hecho fue allí donde dijo "volvería a hacer todo lo que hice" y esa fue una afirmación muy fuerte. Quizás, como decís, haya sido rastrera, pero me pareció que fue una pregunta peridísticamente inteligente. Gracias por comentar. Beso grande

Santi dijo...

Excelente, Dante. Comparto absolutamente lo publicado sobre la utilidad (o no) de las conferencias de prensa y/o debates, y los miro por la misma razon q vos.
No comparto contigo tus deseos sobre Moreno, ni sobre que Crstina no admitiera la desconfianza en el INDEC. Me parecio bien que no lo haga -aunque exista-.
ah, y por favor, t pediria que no uses mas las siglas CFK para nombrarla. A mi tb me simpatizan, pero son invento de TN ya sabemos con que intenciones.

Oscar cuervo, brillante.

Saludos
santi

Anónimo dijo...

Que interesante análisis Dante. Tal vez las conferencias de prensa serían útiles si los periodistas que las encabezaran fueran realmente intermediarios de la información entre las acciones de gobierno y el pueblo. Pero lejos distan tales colegas representantes de los multimedios de poder realizar esa tarea con un mínimo de dignidad y sobre todo de independencia y espíritu crítico. Y el círculo vuelve a cerrarse en el mismo punto: La ley de radiodifusión.
Pero debo decir que leer tu nota me permitió pensar en que esta nueva etapa en el nuevo gobierno de Cristina es mas promisoria de los que algunos oportunistas y trasnochados personajes mediáticos pretenden hacernos creer.
Comparto mucho por no decir prácticamente todo lo que decís, a excepción de que no esperaba que cuestionara a Moreno, al Indec, etc en la conferencia. No me parece necesario que la Presidenta acceda a ese tipo de debates tan minuciosos de la gestión, es hacerle el juego del conventillo al que quieren llevarla y terminar haciendo de la rueda de prensa un programa de Intrusos. Aunque si espero que lo desplace de su cargo lo antes posible y no porque crea que ese es el fin de todos los males sino para no dar letra al circo de la oposición.
Y para quienes seguimos la carrera política de Cristina desde que era una senadora mas ( yo ni siquiera sabía en ese momento que su marido era Gobernador de una provincia) con agrado, en la conferencia de prensa me respondió algo que no dudo y debería ser una clara declaración a los medios que pretenden imponer la imagen contraria. Ella dijo: “No hay doble comando”. Suficiente para abrir el crédito que resta y ver si de una vez por todas la dejan ejercer su gobierno sin ponerle palos a la rueda, de lo contrario nunca sabremos si era capaz ( o no ) de estar a la altura de esa circunstancia. Un saludo para vos

Anónimo dijo...

Dante, me interesó el artículo. Incluso me parecio, hasta gracioso, cuando pones lo del show y la verdad como actriz invitada.
Te mando un abrazo, Fernando…

Anónimo dijo...

Una cagada el blog y tu articulo, sos antidemocrativo y medio xenofobo.

Dante Augusto Palma dijo...

Filósofo de pacotilla: apodo descriptivo el suyo. Pero le hago una pregunta ¿ser "medio xenófobo" es como estar "un poquito embarazado"? Abrazo