1) Invito a todos los porteños a votar
en change.org qué gobierno merece Formosa y que promovamos una encuesta en
Twitter donde los usuarios opinen si Insfrán gana por los votos paraguayos, porque
los formoseños son zombies que trabajan para el Estado o una mezcla de ambas. ¿En
qué momento, y de una vez por todas, los porteños tomaremos la decisión
definitiva de elegirles a los formoseños el gobierno que se merecen? ¿Qué
esperamos para que Amnesty International
o Bill Gates intervengan la provincia? Pero algo bueno tuvo el hecho de que
desde hace semanas se busque esmerilar al gobierno provincial a pesar del evidente
éxito en el control de la pandemia: muchos periodistas y dirigentes de la
oposición pudieron visitar Formosa por primera vez antes de cruzar a Paraguay a
hacer compras.
2) Beatriz Sarlo mintiendo en lugares y
sobreactuando una ética que se le debe haber caído pero que no fue encontrada
ni siquiera debajo de la mesa; con la vacuna no, Beatriz. ¿Montar semejante
escándalo para desdecirse en la Justicia? En la tele es más fácil decir
“conmigo no” cuando se sabía que nadie iba a contestar porque el costo de
responder lo que correspondía era demasiado alto para el programa que invitaba.
En la justicia es otra cosa. Sarlo se equivoca bastante y se equivocó tal como
hace algunas semanas atrás lo hizo Verbitsky. Pero si te equivocás siempre para
el mismo lado no es un error. Por cierto ¿quién habrá instaurado que una
prestigiosa crítica literaria como Sarlo tenía que ser una buena analista
política y un faro moral de occidente? De maoísta a votante de Carrió. Lo único
que mantuvo incólume Beatriz a lo largo de los años fue su antiperonismo y su
petulancia.
3) Rodríguez Larreta es incapaz de
organizar una cola en el Luna Park. Pero con un blindaje mediático como el que
tiene cualquiera se anima a ser inepto. Mi madre me decía que cualquiera puede
ser incapaz pero que para serlo debía tener dinero. Estaba en lo cierto. Y
Larreta tiene tus impuestos. Cuando la incapacidad de organizar la cola en un
banco la evidenció el funcionario nacional Vanoli le costó el puesto. A los
funcionarios del gobierno de la ciudad solo les cuesta un pedido de disculpas.
Juan Domingo Perdón. No hace pero pide disculpas. Vivimos en una ficción que
fue creada años atrás por un demiurgo llamado Peter Capusotto. Y no descansa ni
en el séptimo día.
4) Del regreso a clases y de los
contagios no se habla más. Los hay y de a cientos, como evidencian los chats de
los papis y las mamis, pero a ningún lado de la grieta le conviene que se dé
marcha atrás con las clases. Todos están cómodos: los gobiernos, los gremios
que no podrían explicar por qué permitieron esto y los padres cuyo hartazgo
autopercibió performativamente el fin de la pandemia.
5) El ritmo de vacunación está
aumentando pero sigue lejos de las promesas. En la provincia presentan como un
éxito que de alrededor de 12 millones de personas capaces de recibir la vacuna se
hayan inscripto 4 millones. En CABA ni siquiera pudieron idear un sistema de
preinscripción así que no saben cuántos interesados hay de modo que tampoco se
entiende con qué criterio determinan cuándo se debe empezar a vacunar a un
nuevo grupo. En este caso ni pidieron perdón.
6) El caso Sarlo mostró que el
periodismo de guerra nunca fue abandonado pero ahora es expuesto
pornográficamente. Si la protagonista dice “no X” el diario titulará “X” porque
le place y porque sus lectores lo necesitan. Por suerte Google se asociará con
la prensa profesional que lanza fake news
profesionales. Sigue sin respuesta quién chequea a los chequeadores y quién le
va a poner un freno a los dueños de las redes sociales que determinan quién
puede y quién no puede hablar. En la TV Pública la batalla cultural contra la
desinformación la da Robertito porque no hay que politizar.
7) El gobierno nacional anuncia que se
va una ministra y que no tiene reemplazante (o que llegaría en un auto manejado
por el General Alais o en andas de Aquiles corriendo contra la paradoja de
Zenón). Caso pocas veces visto. Lo que también es pocas veces visto es que
todos los funcionarios que no funcionan sean premiados con embajadas. Parece
ser un buen negocio no funcionar.
8) Macri saca un libro llamado Primer tiempo. Naturalmente, lo que el
título nos quiere decir es que habrá un “segundo tiempo”. Fiel a su estilo, las
futboleras son las únicas metáforas a las que intelectualmente puede arribar y es
su forma de vincularse con lo que él cree que es el mundo de lo popular. Y
tiene razón en cuanto a que segundo tiempo puede haber. Lo que no sabemos es si
el técnico le va a pedir que se quede en el vestuario porque ya tiene un
reemplazante.
9) CFK hizo un fuerte alegato en la
justicia por la delirante causa del dólar futuro. Demostró una vez más que sus
intervenciones movilizan una fibra especial para los que la aman y sobre todo
para los que la odian y sueñan con ella. No es el único problema de la
Argentina pero el Poder Judicial va a poner límite a cualquier intento de cambio
estructural porque detrás de él y de la Constitución hay un sistema económico.
Por lo tanto, hay que avanzar sobre él pero hoy todo está mezclado. Algunos lo
quieren cambiar por el lawfare, otros
por la Corte, otros por Comodoro PY, otros para meter bala, otros para decir
que la culpa es de la sociedad, otros dicen que hay que hacer una reforma
judicial transfeminista ante la evidencia de casos aberrantes e indignantes
como el de una chica que hizo 18 denuncias antes de ser asesinada. Pero lo
cierto es que al ciudadano de a pie le importa poco cualquier reforma judicial
porque no ve cómo ello puede repercutir en su vida diaria. Más de la mitad de
los pibes son pobres y la sensación es que la política discute sus internas
completamente alejada de las preocupaciones de las mayorías. Para un gobierno
de derecha no sería problema pero sí para uno que pretende ser popular. Mucha
gente pide que se haga algo que sea más que discutir si el fiscal de casación
del ministro de la corte del secretario del jefe de la policía y los espías
mandaron un whatsapp o saludan con la o, la a o la e; a mucha gente le es
indiferente cómo se habla pero sí exige que alguien arme un proyecto de país
que acabe con el hecho de que más de la mitad de los pibes sean pobres. El
gobierno no está viendo eso y en las elecciones se puede pagar caro.
10)
Nuestras
vidas transitan por una mezcla de inercia y anomia que no es propiedad exclusiva
de la Argentina. La pandemia cumplió con el gran desafío que se propuso el
neoliberalismo del siglo XXI de acabar con cualquier estructura, con cualquier
base sólida para lanzarnos a un mundo donde nada se puede prever. Como dijera
el profeta Esteban Bullrich: “Debemos crear argentinos capaces de vivir en la
incertidumbre y disfrutarla”. En parte puede ser un consejo sabio frente a un
mundo hostil pero solo percibe la incertidumbre quien tiene resuelta
necesidades básicas. Hay incertidumbre sobre una base de certeza. Sin esa
contraposición sería imposible identificar qué corresponde al ámbito de la
incertidumbre. Por eso la incertidumbre es casi un lujo que nos damos algunos.
Paralelamente hay ya generaciones enteras que ni saben lo que es porque desde
que nacen nadie les está dando una puta certeza sobre nada, ni siquiera sobre
lo que van a comer mañana. Y no estoy hablando de Formosa. Hablo de la rica
Ciudad de Buenos Aires y de toda la Argentina.
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