No solo nuestras hiperconectadas vidas sino, sobre todo, los
análisis de los procesos políticos y los cambios culturales, emulan cada vez
más la lógica televisiva del minuto a minuto, en la que todo instante es importantísimo
hasta que el próximo instante lo reemplaza. La lógica del minuto a minuto
prevalece incluso sobre la “panmemoria” de internet con su posibilidad de
archivarlo todo. En otras palabras, los archivos están, las contradicciones de
alguien diciendo una cosa ahora y una cosa distinta antes se encuentran documentadas
y a la mano, pero el ruido ensordecedor del vértigo lo transforma en insumo
obsoleto. Buenos ejemplos en este sentido se dieron la última semana. Así, de repente,
Florencio Randazzo, quien en 2015 era presentado como descendiente directo de los
combatientes cubanos de Sierra Maestra y era la encarnación inmaculada del
Proyecto nacional, es presentado como un traidor clarinista. Por su parte, Daniel
Scioli, quien en 2015 era el candidato de los buitres y los sectores duros del
kirchnerismo consideraban que daba más o menos lo mismo que ganara él o Macri, ahora
es presentado como ejemplo de perseverancia, valores y lealtad.
Por cierto, Scioli fue noticia en el periodismo de
espectáculos mucho más que en el periodismo político, si es que todavía tiene
sentido realizar tal diferenciación. Primero fue la publicación de chats
privados que denotaban una infidelidad; paso seguido, vaya a saber uno
asesorado por quién, el ex gobernador no tiene mejor idea que declarar públicamente
que va a ser padre junto a la mujer que días antes había publicado, en un
ataque de ira, aquellos chats. Naturalmente, lejos de traer sosiego, tal
declaración inconsulta hizo que la devenida ex pareja, manteniendo, razonablemente,
su nivel de ira, brindara notas afirmando que Scioli la había presionado para
que se haga un aborto. De allí una pendiente resbaladiza por la cual los
periodistas del establishment lanzaban su moralina para afirmar con gesto de
indignación que quien se manejaba con cierto desorden amoroso en su vida
privada, no podía estar al frente de un país. Así, más que evaluar su gestión
en la provincia, a Scioli había que evitar votarlo por mentirle a su pareja.
Fue tal el desgaste y la incineración que hasta los más temerarios pusieron en
duda la participación de Scioli en las PASO. Parece una exageración pero lo
cierto es que a la ya desgastada figura de quien fuera candidato del FPV en la
última elección, parecen, como se dice en la jerga, haberle entrado, en una
semana, todas las bolas que no le habían entrado en ocho años de gestión.
Por último, fue masivo el repudio a la aplicación del dos por
uno a los genocidas. Miles y miles de personas con su pañuelo blanco dijeron
“no” y con el correr de los días, distintas figuras del gobierno pasaron, de
hipócritas y redundantes declaraciones institucionalistas que resaltaban el
ejemplo de la división de poderes y el respeto por los fallos, a pronunciarse
en contra y dejar expuestos a los tres magistrados que serían acusados de
prevaricato. El Congreso, por su parte, sesionó de forma exprés, para evitar
que el dos por uno beneficiara a otros genocidas, en un gesto que debe
celebrarse pero que no deja de mostrar el modo en que las instituciones bailan
al ritmo de la cobertura y la histeria mediática.
Asimismo, el cambio en la posición del gobierno puede haberse
debido a una encuesta que señalaba que un 85% de los ciudadanos estaban en
contra de la aplicación del dos por uno. Si bien ninguna encuesta es de fiar,
es probable que ese número sea representativo del sentir de la sociedad pero
hay que hacer una salvedad: exceptuando la multitud más politizada que fue a la
plaza, es probable que buena parte de ese 85% esté compuesto por ciudadanos
cuya postura es punitivista. En otras palabras, no están en contra del dos por
uno contra los genocidas, sino que están en contra de cualquier dos por uno
porque consideran que esa ley es garantista. En este sentido, hubiera sido
interesante que a ese 85% se le preguntara también qué opina de la violencia de
los años 70, si hubo uno o dos demonios y si la Argentina necesita una
reconciliación que nos permita “mirar hacia adelante”. Estoy seguro que la
respuesta nos sorprendería pero a nadie le ha interesado tal desmenuzamiento,
menos aún a medios opositores que hasta llegaron a afirmar que el dos por uno
era “El indulto de Macri”. Como indicara aquí mismo la semana pasada, tal fallo
solo puede entenderse en un clima de época y no puede pasarse por alto que dos
de los tres magistrados fueron impulsados a través de sendos decretos por el
actual gobierno. Pero decir que esto es equivalente al indulto de Menem es un
despropósito que no le hace un favor ni al presente ni a la historia.
Los ejemplos aquí dados deberían servir para reconocer que si
el minuto a minuto nos deja, sería buena idea echar un vistazo al pasado
inmediato no tanto para señalar con el dedo las contradicciones en las que
todos incurrimos sino para cargar de matices y dudas todo análisis que hagamos hoy.
Porque en tiempo de polarizaciones y sobreactuaciones, de gritones y figuretis,
quizás sea más valiente el que plantee una duda o el que en una computadora,
mirando una cámara o detrás de un micrófono pueda incluir algún pensamiento
lateral o simplemente decir “quizás no sea tan así”.
1 comentario:
Muy bueno Dante tus aportes... Che no lo leen o no comentan ? No todo es imagen, lean lean jaja
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