lunes, 5 de marzo de 2007

Racionalidad e irracionalidad en el fútbol

Probablemente por la excesiva exposición mediática de sus protagonistas, el fútbol está lleno de lugares comunes. Pero entre todos estos hay uno que particularmente me interesa. Me refiero a la manera en que los hinchas piensan la relación con su club. Más específicamente, oímos asiduamente que “x es un sentimiento” o “x no se explica, se lleva en el corazón”, etc.
Esto pone de manifiesto la disyuntiva clásica entre racionalidad e irracionalidad, o la razón versus el sentimiento, tensión que en el fútbol, y más precisamente en el hincha, siempre se inclina hacia el lado del segundo término de la disyunción.
Reconozco que un poco a tono de broma, hace años que vengo esperando que alguna de esas cámaras que interpelan a los hinchas antes del partido se acerque a mí para decirle que mi decisión de elegir a Vélez (equipo del cual soy hincha) es racional y no estrictamente sentimental. Pensaba que mi intervención sería más o menos así: “todos los equipos dicen que su sentimiento no se explica. El mío sí. Yo elijo a Vélez racionalmente, esto es, he sopesado elementos y he decidido que, por varias razones, Vélez es superior al resto de los clubes”. Resulta claro que el fin de mi intervención sería o bien la risa o bien la perplejidad de los que me rodeaban. De aquí que este experimento mental que siempre pensé en tono de broma me haya llevado a reflexionar acerca de cuánto margen para una decisión racional tiene un hincha.
El punto resulta importante, porque el hecho de que el vínculo sea irracional parece tranquilizar al hincha: a diferencia de una solución racional en la que uno decide por una serie de candidatos, en el sentimiento no hay posibilidad de traición porque no hay posibilidad de elegir. Especialmente porque es un sentimiento vinculado a la tradición y por vaya a saber qué capricho de la irracionalidad, no cambia nunca. Se nace hincha y se muere hincha del mismo club.
Mi filiación a Vélez Sarsfield viene de prosapia de manera tal que no he tenido demasiado margen para elegir: soy de Vélez por mi papá, él lo es por el suyo y punto. Conozco al club desde chico y fui llevado compulsivamente a él, mucho antes de que pudiera tener a la mano las razones por las cuales elegir. Sin embargo, con los años me fui interiorizando y pude comparar con otros clubes.
Allí me di cuenta que dejando de la lado las razones exitistas vinculadas a logros deportivos de trascendencia mediática, el vínculo con Vélez es ideológico. En otras palabras, yo no hago política en el club pero debo reconocer que me siento identificado en lo que, a grandes rasgos, podríamos llamar “el proyecto Gámez”. Este proyecto puede resumirse en las siguientes sentencias: que los clubes deben seguir siendo sociedades sin fines de lucro y no ser sociedades anónimas; que el fútbol no puede ser la única actividad de los clubes dado que los mismos cumplen con una función social y cultural vinculada al barrio; que el negocio de la televisión no puede hacerse a costillas del empobrecimiento de los clubes; que la pauperización del fútbol argentino obedece en gran medida al presidente de la AFA y sus aliados; que los dirigentes de los clubes deben recibir un sueldo de manera tal que la directiva no esté compuesta solamente por sujetos de gran poderío económico; que el equipo de fútbol esté compuesto por las inferiores del club, esto es, chicos que, en su mayoría, asisten a la escuela primaria y secundaria del propio club, etc, etc., etc.
Los lectores sabrán que este proyecto tiene como contrapartida la versión encarnada por Mauricio Macri al frente de Boca. Esto ha hecho que en los últimos años exista una gran rivalidad que trasciende lo estrictamente deportivo. Y en este sentido, recurrí a un segundo experimento mental: ¿Qué pasaría si en mi club ganara las elecciones un proyecto como el de Macri? ¿Dejaría de ir a la cancha? ¿Me haría de otro club? ¿Rompería el carnet? En otras palabras, ¿debería darle prioridad a mi afinidad ideológico-racional? Yo no sé lo que debería pero de lo que estoy seguro es que ni me haría de otro club, ni dejaría de ir a la cancha ni rompería el carnet. Pero, ¿sería lo mismo? Es decir, ¿me resulta completamente indiferente la política, en un sentido amplio del término, de mi club? Debo responder que no. Mi relación con Vélez Sarsfield hoy (y pido por favor que no se entienda este artículo de manera partidaria. Esta idea se puede extrapolar a cada uno de los clubes) va mucho más allá de lo deportivo. De aquí que cuando el equipo de fútbol de Vélez pierde, siento que pierde el deporte pero más me apena por el proyecto que encarna Vélez (esto tiene que ver con que lamentablemente los proyectos de un club, como en el caso de Boca, parecen evaluarse estrictamente por si ha conseguido logros futbolísticos).
Por todo esto creo que la dimensión pasional e irracional vinculada al sentimiento y a la tradición estará siempre presente en el fútbol pero cuánto mejor si a esa elección se la puede acompañar con una decisión y una justificación racional.

4 comentarios:

Juan Gonzalez del Solar dijo...

Brillante.

Ahora, Macri no es la contrapartida absoluta de Gámez; si bien desde distintas ópticas, comparten puntos como el tema de las inferiores y con el tema de la televisión Macri ha tenido también diferencias fuertes con los medios. No es mi intención defenderlo pero tampoco estamos frente a las dos posturas maniqueas de la paupérrima película Luna de Avellaneda. El tema da para más pero a mí no, mas sí creo y sé que hay matices entre las diferencias de ambos.
Con respecto a lo anterior, he de decirte que, por lo menos en lo que a mí respecta, lo que más me apasiona del fútbol (y del deporte en general) es justamente la irracionalidad que provoca en mí, un sentimiento de impotencia que me relaja y descubre.

En fin, que la nota me gustó mucho, que te mando un fuerte abrazo y mucha suerte,

cuti dijo...

Creo que hay una diferencia (aunque no podría explicitarla) entre "acompañar con una decisión y una justificación racional" "la dimensión pasional e irracional vinculada al sentimiento y a la tradición", y simplemente intentar racionalizar esa dimensión pasional. Y me parece que lo suyo es más lo segundo que lo primero.

Tal vez eso pueda notarse más cuando la "justificación racional" que acompañaría a la dimensión pasional no es política (bien entendida, un ámbito de racionalidad por excelencia), sino de otro tipo. Por ejemplo "soy gallina de paladar negro y mi lema son las tres G", o "soy bostero huevo-huevo", Ud. me entiende. ¿Cuánto hay de racional en éso, que supuestamente justifica la simpatía por un club?

Saludos estimado Cosaco.

Anónimo dijo...

Well, well, well. Nunca reflexioné demasiado sobre mi identidad bostera. Ahora bien, llevada a ello por tu reflexión debo decir que el desagrado que me produce la presencia de Macri ( y su proyecto) en el club es de la misma índole que el que me producía Carlos I gobernando la Argentina en nombre de lo nacional y popular mientras nos hundía en el desastre. De todos modos "vamo boca, dale boca, te llevo siempre a todas partes no como rive que es vigilante"
Está bueno Dante

Anónimo dijo...

h dante.

es 1 buen punto d vista el q plantea, es interesante.

sin embargo, como dije la vez anterior, no creo honestamente q la esta politica se haga d modo politicamente correcto. no se si se entiende. lo q kiero dcir es q lo unico q interesa al fin de mes es todo akello q termine y empiece con $$$$$.

ya es muy lejano pensar q en 1 club asi se piense en el barrio o en los mismos miembros como parte de tal o cual asociacion.

nadie va a negar lo que ud sienta, dante, pero no creo q eso mismo q ud siente lo sientan los dirigentes/directivos de velez.

en cuanto a lo d boca, fijese q justamente ellos no piensan ni necesitan pensar en 1 club polideportivo, ya q con el negocio del futbol les va bastante bien, digamos, para ser sutiles... ->con eso se afirma mi teoria :)

creo q ese "proyecto" d velez es tan "serio" como el "proyecto" de mi san lorenzo. sin comillas, creo q todo presidente d 1 club kiere ser 1 mauricio macri y tener su propio boca.

ah, x cierto, pauperizacion no esta en el diccionario de la rae :) esa, dante!!