La polémica por los afiches anónimos que aparecieron el día en que se desarrolló una marcha con alrededor de 50.000 concurrentes a favor de la aplicación de la Ley de Medios y que se preguntaban retóricamente si era posible ser un periodista independiente siguiendo la línea editorial de un Multimedio que está liderado por una persona acusada de apropiación de hijos de desaparecidos, agregó un elemento más a la discusión en torno a la libertad de prensa y el rol de los Medios.
Los sindicados en el afiche instalaron que se trataba de un escrache y en una suerte de feroz pendiente resbaladiza establecieron analogías y vínculos causales con hechos tan disímiles como la sanción de la Ley de Medios por amplia mayoría; la participación en una reunión de bloggeros K de Aníbal Fernández; la guerrilla comunicacional de Chávez; los informes de 678 y los exabruptos absurdos de un puñado de muchachos que esperan que se encienda la cámara para señalar con el dedo a actores irrelevantes de la política actual como Hilda Molina o Gustavo Noriega.
Entre tanta hojarasca bien vale desmenuzar analíticamente este fenómeno. La práctica del escrache es originaria de condiciones de injusticia. De aquí que no sea casual que esta forma de manifestación se encuentre vinculada con una suerte de condena social apoyada en el acto simbólico de señalar a los genocidas que se habían visto beneficiados por las leyes de impunidad. No es este el espacio para discutir qué entendemos por “justo” pero convengamos que esta modalidad luego se fue extendiendo a situaciones bastante menos comprensibles y muy poco justificables como ser el escrache realizado a Agustín Rossi en el contexto del intento de llevar adelante la ley de retenciones móviles. Esta sutil desviación de su origen ha “escrachado al escrache”, lo ha desvirtuado, pues cualquier grupo de energúmenos enarbolando disímiles consignas se siente con el derecho de irrumpir en actos o espacios públicos con la única intención de “señalar” o “marcar” a quien piensa distinto.
Ahora bien, cualquier señalamiento con nombre propio no es un escrache pues de ser así sólo podríamos referirnos a entidades abstractas platónicas y nunca a nombres propios. Así, cuando los diarios neutrales y objetivos deban referir a Ricardo Jaime, no podrán hacerlo y sólo alcanzarán la posibilidad de afirmar que “un representante del género humano ha vulnerado la moralidad y se ha enriquecido de manera ilícita”. Por suerte, la prensa sigue utilizando los nombres propios y no por eso consideramos que está “escrachando” a Jaime. En esta misma línea, hace unos meses, cuando el programa 678 cometía el pecado de “desenmascararse” oficialista, se “escrachó” con nombre propio a sus panelistas y se los acusó de recibir $90.000 en concepto de sueldo por mes. Seguidamente, la revista Noticias galardonó, a través de una votación en la que intervinieron personalidades prestigiosas como Joaquín Morales Solá y Victoria Donda entre otros, con el premio a peor periodista del año a Orlando Barone. Aquí una vez más, no se habló de escrache a pesar de que el resultado de la votación refirió a un nombre propio y no a un representante de los seres vivos, humano, participante de la “italianidad” y de la “petisidad”.
Por todo esto es que cabe preguntarse en qué sentido un afiche realizado por algún grupo de personas con intereses que reúne una colección de nombres propios a los que se acusa de faltar a la verdad cuando se denominan “independientes”, puede interpretarse como una escrache que atenta contra la libertad de expresión.
Más allá de que esta pregunta también es retórica, daría la sensación de que pueden darse dos explicaciones a la misma, una obvia y una algo menos trivial. En cuanto a la primera, está claro que los mencionados en ese afiche buscarán defender su reputación y su credibilidad como persona sea ésta opositora u oficialista. Para dar cuenta de la segunda, en cambio, debemos dirigir la mirada hacia un nuevo capítulo de la soberbia de buena parte de los sectores recalcitrantemente anti-oficialistas. Estos, dado que se declaran poseedores de la verdad y consideran que ésta se impone por sí misma, interpretan que los defensores del oficialismo, dejando de lado los ciegos fanáticos que hasta creen en el INDEC, no lo hacen por convicción sino por recibir beneficios a cambio. A riesgo de volverme autorreferencial, he escrito varias veces sobre este punto, aunque sucesos como éstos obligan a insistir en él. Así, los venales soldados atravesados por las dádivas estatales tienen el privilegio de ser señalados con nombre propio pero solo los independientes pueden gozar del beneficio de que a este nombrar se lo considere “un escrache”. Los oficialistas serán nombrados, sospechados y hasta denunciados pero nunca “escrachados”. Incluso quien les habla, un humilde servidor que escribe de vez en cuando notas de opinión, recibe frecuentemente comentarios por el que se lo acusa de ser “sofista”, “estar poseído por Aníbal Fernández” o, simplemente, ser un “boludo”. Si bien sólo puedo desmentir la segunda acusación, es necesario mostrar cómo de forma anónima, con seudónimos y diminutivos, gente preocupada por la libertad de expresión que va desde intelectuales ofuscados pasando por mujeres despechadas y críticos de cine con tiempo libre, no aceptan ni siquiera “el error” del que piensa distinto.
Por todo lo dicho, añoro que un día alguien me nombre y yo me sienta escrachado. Ese día, daré un salto cualitativo y dejaré mi pornográfico encolumnamiento crítico con algunas políticas del Gobierno. Ese día me convertiré en un intelectual independiente y se entenderá por qué, parafraseando al rey Ricardo III de la obra de Shakespeare, “Yo daría mi reino por un escrache”.
Los sindicados en el afiche instalaron que se trataba de un escrache y en una suerte de feroz pendiente resbaladiza establecieron analogías y vínculos causales con hechos tan disímiles como la sanción de la Ley de Medios por amplia mayoría; la participación en una reunión de bloggeros K de Aníbal Fernández; la guerrilla comunicacional de Chávez; los informes de 678 y los exabruptos absurdos de un puñado de muchachos que esperan que se encienda la cámara para señalar con el dedo a actores irrelevantes de la política actual como Hilda Molina o Gustavo Noriega.
Entre tanta hojarasca bien vale desmenuzar analíticamente este fenómeno. La práctica del escrache es originaria de condiciones de injusticia. De aquí que no sea casual que esta forma de manifestación se encuentre vinculada con una suerte de condena social apoyada en el acto simbólico de señalar a los genocidas que se habían visto beneficiados por las leyes de impunidad. No es este el espacio para discutir qué entendemos por “justo” pero convengamos que esta modalidad luego se fue extendiendo a situaciones bastante menos comprensibles y muy poco justificables como ser el escrache realizado a Agustín Rossi en el contexto del intento de llevar adelante la ley de retenciones móviles. Esta sutil desviación de su origen ha “escrachado al escrache”, lo ha desvirtuado, pues cualquier grupo de energúmenos enarbolando disímiles consignas se siente con el derecho de irrumpir en actos o espacios públicos con la única intención de “señalar” o “marcar” a quien piensa distinto.
Ahora bien, cualquier señalamiento con nombre propio no es un escrache pues de ser así sólo podríamos referirnos a entidades abstractas platónicas y nunca a nombres propios. Así, cuando los diarios neutrales y objetivos deban referir a Ricardo Jaime, no podrán hacerlo y sólo alcanzarán la posibilidad de afirmar que “un representante del género humano ha vulnerado la moralidad y se ha enriquecido de manera ilícita”. Por suerte, la prensa sigue utilizando los nombres propios y no por eso consideramos que está “escrachando” a Jaime. En esta misma línea, hace unos meses, cuando el programa 678 cometía el pecado de “desenmascararse” oficialista, se “escrachó” con nombre propio a sus panelistas y se los acusó de recibir $90.000 en concepto de sueldo por mes. Seguidamente, la revista Noticias galardonó, a través de una votación en la que intervinieron personalidades prestigiosas como Joaquín Morales Solá y Victoria Donda entre otros, con el premio a peor periodista del año a Orlando Barone. Aquí una vez más, no se habló de escrache a pesar de que el resultado de la votación refirió a un nombre propio y no a un representante de los seres vivos, humano, participante de la “italianidad” y de la “petisidad”.
Por todo esto es que cabe preguntarse en qué sentido un afiche realizado por algún grupo de personas con intereses que reúne una colección de nombres propios a los que se acusa de faltar a la verdad cuando se denominan “independientes”, puede interpretarse como una escrache que atenta contra la libertad de expresión.
Más allá de que esta pregunta también es retórica, daría la sensación de que pueden darse dos explicaciones a la misma, una obvia y una algo menos trivial. En cuanto a la primera, está claro que los mencionados en ese afiche buscarán defender su reputación y su credibilidad como persona sea ésta opositora u oficialista. Para dar cuenta de la segunda, en cambio, debemos dirigir la mirada hacia un nuevo capítulo de la soberbia de buena parte de los sectores recalcitrantemente anti-oficialistas. Estos, dado que se declaran poseedores de la verdad y consideran que ésta se impone por sí misma, interpretan que los defensores del oficialismo, dejando de lado los ciegos fanáticos que hasta creen en el INDEC, no lo hacen por convicción sino por recibir beneficios a cambio. A riesgo de volverme autorreferencial, he escrito varias veces sobre este punto, aunque sucesos como éstos obligan a insistir en él. Así, los venales soldados atravesados por las dádivas estatales tienen el privilegio de ser señalados con nombre propio pero solo los independientes pueden gozar del beneficio de que a este nombrar se lo considere “un escrache”. Los oficialistas serán nombrados, sospechados y hasta denunciados pero nunca “escrachados”. Incluso quien les habla, un humilde servidor que escribe de vez en cuando notas de opinión, recibe frecuentemente comentarios por el que se lo acusa de ser “sofista”, “estar poseído por Aníbal Fernández” o, simplemente, ser un “boludo”. Si bien sólo puedo desmentir la segunda acusación, es necesario mostrar cómo de forma anónima, con seudónimos y diminutivos, gente preocupada por la libertad de expresión que va desde intelectuales ofuscados pasando por mujeres despechadas y críticos de cine con tiempo libre, no aceptan ni siquiera “el error” del que piensa distinto.
Por todo lo dicho, añoro que un día alguien me nombre y yo me sienta escrachado. Ese día, daré un salto cualitativo y dejaré mi pornográfico encolumnamiento crítico con algunas políticas del Gobierno. Ese día me convertiré en un intelectual independiente y se entenderá por qué, parafraseando al rey Ricardo III de la obra de Shakespeare, “Yo daría mi reino por un escrache”.
18 comentarios:
quizás sea un chiste pero no es Carlos III. Carlos III sería el limitado que ahora se hace llamar Príncipe Carlos de Inglaterra. Shakespeare hace decir eso a Ricardo III en, justamente, Ricardo III.
PD: sofista!!!
Playmobil hipotético: no es un chiste querido!!! Es un error/fallido. Suerte que me avisás. Francamente no sé por qué puse "Carlos" en vez de "Ricardo".Ahora lo modifico. En fin, ¿te das cuenta que antes de sofista soy boludo? Gracias nene. Abrazo
Creo que hay una cuestión fundamental que pasás por alto y que deriva de la típica indistinción del gobierno de los Kirchner hace entre lo público y lo privado (es decir, manejarse con los recursos públicos como si fueran privados y viceversa).
De Vido despierta interés y es perfectamente legítimo que se hable de él en los términos en los que se habla dado que es una persona que posiblemente se enriqueció como FUNCIONARIO PUBLICO, es decir, con recursos públicos. Por eso señalarlo no es un "escrache", sino una denuncia que señala un hecho potencialmente grave y punible.
En cuanto a los "escraches" a personas privadas, es decir a periodistas de medios privados, estos son los verdaderamente graves y no deberían tener lugar en una sociedad democrática -que cada vez lo somos menos-. La razón es muy simple: Clarín no te obliga a que lo compres, por más que el gobierno quiera hacernos creer que es así. Si no comprás el diario o no mirás TN, no vas preso ni pagás multa. De Vido, en cambio, sí te obliga a que lo "compres", dado que si no pagás tus impuestos vas preso.
Lo que está haciendo el kirchnerismo con los escraches a opositores -a quienes, de nuevo, no les pagás el sueldo vos, como a De Vido o a Moreno, sino que lo hace una empresa privada- y toda esta invasión a la esfera privada en general sigue acercando más y más al kirchnerismo al fascismo puro y duro, como en la Alemania de Hitler cuando los hijos denunciaban a sus padres y los amigos se denunciaban entre sí por no ser lo suficientemente "alemanes" o por un comentario inapropiado que denotaba algún nivel de criticismo con el gobierno.
Conclusión: unos "escraches" denuncian a periodistas lisa y llanamente porque lo que escriben no es acorde con lo que el gobierno quiere. Dejemos de lado el eufemismo de "trabajar para un medio cuya presidenta es sospechosa de haberse apropiado a dos bebés", porque en ese caso todo funcionario público o aspirante a serlo también podría ser descalificado por "trabajar para un gobierno cuya presidenta es sospechosa de haberse hecho rica durante la dictadura ejecutando hipotecas a desaparecidos".
Otros "escraches" denuncian a funcionarios PUBLICOS que presumiblemente se robaron el dinero de TODOS, recursos públicos. Personalmente creo que los del segundo tipo dan más a lugar que los primeros.
Aclaración: cuando dije De Vido quise decir Jaime, que era a quien hacías referencia en el artículo (aunque De Vido también es sospechoso de haberse afanado bastante)
Concuerdo con vos, la verdad que mas que risa me da tristeza todo el circo mediatico de victimizacion que se armo a raiz de los supuestos "escraches" a periodistas, no es mas que un intento de ilegitimar las otras expresiones democraticas de personas con nombre y apellido que se vienen dando.
pd: felicitaciones por las 50 mil visitas!
Juli
Comparar a nuestra situacion actual con el nazismo es, cuando menos, una lamentable falta de respeto a la historia y a las mas de un millon de victimas.
Por otro lado, no sabia lo de las hipotecas sobre bienes de desaparecidos: Gabo, me podes pasar las pruebas que validen tus acusaciones?
Gracias!
Como bien aclaras, Dante, el jueves habia alrededor de 50 mil personas proclamando la aplicacion de una ley votada por amplia mayoria en ambas camaras y suspendida por jueces que respondieron a petitorios de Clarin y Vila Manzano.
Es decir, el reclamo de dos empresas vale mas que el voto de la camara alta y la camara baja, cientos de foros, organizaciones sociales, estudiantes de periodismo, periodistas, intelectuales, partidos politicos, es decir, por una amplia mayoria de la sociedad.
Sin embargo, ni la cantidad de personas que se sumaron al reclamo, ni el motivo de la ley, ni a quienes respondes esos jueces fue mencionado en los medios del monopolio, que por mas que uno no compre clarin ni vea TN, se repiten en todos y cada uno de los medios masivos de comunicacion. Ese el sentido del monopolio, ese es el motivo por el cual se pide la aplicacion de la ley.
Ni me quisiera imaginar si la cosa fuera al revez. Si una ley "anti K", para seguir con el lexico monopolico, fuera suspendida por 4 jueces, 3 provinciales y uno nacional.
Las voces de los "telespectadores independientes" repiten constantemente las tapas sensacionalistas del tipo nazi de NOticias, las editoriales de Morales Sola, los discursos eticos de Nelson Castro, los gritos de Magdalena Ruiz Guinazu, los insultos de Chiche G, las barbaridades de Susana Gimenez, todo sin siquiera darse cuenta de que lo hacen, inconcientemente, inclusive tratando de diferenciarse y resaltar que no consumen "los monopolios".
Estamos viviendo un retroceso tan elemental que volvimos, de golpe, a ser claros ejemplos de la aguja hipodermica.
Como dijo Jaureche: "El ciudadano tiene la ilusión que elige y sólo se limita a escoger entra la reducida lista que los financieros han decretado apta para el consumo popular".
Es interesante leer tu respuesta, Lore, porque permite desarmar el discurso 678, que al fin y al cabo es demasiado simple.
Creo que puedo arriesgar una definición: tenemos a un gobierno pretendidamente popular que (pidiéndole prestados los términos a Di Tella), supuestamente redistribuye la riqueza y que lucha contra sus enemigos que son por naturaleza anti-populares.
Esos enemigos son tres personajes fabulosos, a saber: el monopolio" (que controla y dirige las débiles mentes y los pensamientos de todos los que alguna vez posamos nuestros ojos sobre sus páginas, como la medusa que te convierte en piedra con solo mirarte), "los golpistas" (críticos del gobierno cuya crítica se fundamenta en que las valientes acciones del estadista Kirchner amenazan sus injustos privilegios; ellos quieren volver al neoliberalismo de los "noventas" a cualquier coste, por eso añoran al gobierno de la Junta militar y son destituyentes) y "los gorilas" (una mezcla de los otros, tienen el cerebro lavado por "el monopolio", por lo que desconocen la verdad -cuyos exponentes son, tautológicamente, los que dicen la verdad, es decir, El Argentino, Página/12, Crónica, los multimedios de Hadad, los medios de Electroingeniería y, como no, el inefable Canal 7- y detestan el avance social que significa el kirchnerismo, porque son oligarcas).
Me encanta.
Por otra parte, sí, me mantengo en que los linchamientos públicos (como el esperpento que quiere hacer Hebe Bonafini) son propios del fascismo, lisa y llanamente nazis.
"Marcar" a alguien públicamente por lo que piensa, lo que escribe o lo que dice a través de un "juicio popular" es una actitud propia del fascismo. Cuando digo fascismo no lo hago como Hugo Chávez, que llama fascista a todo el mundo sin saber lo que dice, me refiero a que eso ya se vió en el pasado en países que lo padecieron. Y vas más allá del motivo; si es porque se oponen a la ley de medios (con la cual, personalmente, te aclaro que estoy de acuerdo), porque les gusta comer churrasco con dulce de leche o porque ayer dijeron que el gobierno lo hace mal, no importa.
"Escrachar" a alguien por ser opositor es fascismo puro y duro, simplemente porque criminaliza a quien piensa distinto, introduce el crimen de pensamiento.
Por otro lado, llama la atención el obsesivo cuidado con que este gobierno se ocupa de instalar la idea de que quien se opone a Kirchner es porque en realidad "no piensa", repite como un loro consignas no razonadas, tiene el cerebro lavado por "el monopolio" y carece de sentido crítico. Es hasta gracioso, porque es una idea que repiten acríticamente los jóvenes kirchneristas con que me cruzo, como si fueran una secta que conoce "la verdad" y yo "estoy fuera" porque no lo hago, por lo tanto soy gorila y antipopular y merezco el repudio. Pobrecito de mí, yo no sé por mí mismo, no pienso por mí mismo, mi opinión es producto de un lavado de cerebro que me hizo Ernestina Herrera de Noble. Que venga Barone a llevarme de la manito y me muestre la verdad, como en la alegoría de Platón!
La palabra escrache es un lunfardo muy nuestro. Pero el escrache en sí, el acto de protesta contra una injusticia es un medio utilizado en muchos países. En los alrdedores de la Casa Blanca o en el Capitolio de Washington ocurre todos los días varias veces al día y de distintas organizaciones. Actualmente se lleva a cabo en Arizona un escrache multitudinario en contra de una ley estatal contra los inmigrantes ilegales. Para que se de un escrache legítimo tienen que darse tres condiciones fundamentales. Que exista una causa legítima, que la protesta no se violenta físicamente, que se haga en un Estado democrático con plena vigencia de los derechos individuales y colectivos así como los fundamentales del ser humano.
Desde el punto de vista ético es una actitud prístina e inmaculada, mucho más que los muchos escritos de opinadores con claros conflictos de interés y absoluta amoralidad periodística porque inducen al engaño y no pocas veces fomentan el odio entre argentinos de distinto pensamiento. VIVA EL ESCRACHE. ABAJO LA REPRESIÖN FÏSICA Y MENTAL. ABOLIR LA MENTIRA. FOMENTAR LA CONCORDIA Y LA RAZÓN.
Me encato tu respuesta Gabo, aunque todavia espero las pruebas para decir que hicieron su riqueza con propiedades de desaparecidos (Pruebas reales)
Sino, voy a pensar que tiras data que es falsa, al igual que los medios que, obviamente, no miras.
Muy buen artículo!!. Sabes Dante, tengo toda la impresión de que es necesario hablar, opinar, comentar, en fin.....decir algo respecto al fenómeno: 6 7 8.
Algo esta generando...es algo no del todo definido (por lo menos para mí), que creo que va a camino a conformarse como un hecho revolucionario en la comunicación. Más que por el producto en sí (que es excelente) por lo que esta generando y multiplicando. Lo percibo como algo casi inefable que, estoy seguro, vos podrás poder en una perspectiva interesante. Espero que tomes en cuenta esta sugerencia. sdos.
Pdta. te conocí en la marcha por la ley y nos enganchamos más que nada con el tema Velez, jaja. Estaba con mi hija que comparte la pasión fortinera y del fpv. Abrazo: Roberto
Excelente!!. Veamos un ejemplo de hoy: página 51 de Clarín. Tema: la compra de derechos de Radio Continental para el Mundial. Informan que los enviados serán "el locutor oficialista Víctor Hugo Morales" (sic) y nombra luego a los otros enviados. Obviamente la nota se enmarca en "La Ley de Medios K" .¿No sería un "escrache" según la particular vara del monopolio?
Dante:
Quiero mandarte un abrazo, te conocí por tus intervenciones en 6, 7, 8 y me llamó la atención la claridad que tenés para expresar tu pensamiento. Igual que en este blog (el artículo sobre el hijo de Antonio Grimau de muestra y ejemplo).
Ahora te mando un abrazo y te deseo lo mejor, porque como intelectual que sos y en el momento actual que vivimos, sería mucho más sencillo estar en contra del proyecto de país que lleva adelante el gobierno y sin embargo como tantos otros elementos valiosos ahí estás.
¿Le regalamos un argumento a los que critican? No se termina de armar un frente popular en el que voces como la tuya y la de tantos otros elementos de valía, prestaran un apoyo CRÍTICO y neutralizaran el discurso opositor, haciendo ver a las clases medias dónde debieran posicionarse para defender sus verdaderos intereses.
Saldunga.
Tres ejemplos tres de cuando los periodistas "independientes" escrachan a los "periodistas pagos":
Polémica por el presupuesto del programa "6, 7, 8" Perfil 16.01.2010
“…A ello, se suma la información que proporcionó la periodista Silvia Mercado, quien dinfudió los supuestos sueldos de los integrantes de 6,7,8. Las abultadas cifras, que reveló en su programa radial Esta lengua es mía (FM Identidad), indican que "María Julia Oliván tiene un contrato por el que cobra 90 mil pesos por mes y los columnistas tienen sueldos que oscilan entre los 40 mil pesos (para Carla Czudnowsky y Sandra Russo, por ejemplo), hasta80 mil pesos (en el caso de Orlando Barone)".
“El club de la buena onda kirchnerista” Sylvina Walger La nación 27 01 2010:
“Grave equivocación, parecen no haberse enterado de las cadenas de rosarios, ruegos o promesas que circulan en invitaciones vía mail u otro tipo de correos, para que Poder Ejecutivo resista esas ganas de abandonar todo y deje de amenazar con su desaparición. La Argentina necesita a sus presidentes aunque todo sería más fácil si aceptaran una terapia tipo de pareja pero con Cobos, Redrado y Magnetto como contrincantes. El mayor padecimiento al cual se encuentra sometido esta peculiar y aislada pareja, es darse cuenta que sus compatriotas no les reconocen todo el bien que han hecho por el país. No lo pueden entender. No se les agradece nada, ni siquiera la batalla por los derechos humanos. A esta altura pocos son los que ignoran la instrumentación política que el matrimonio ha hecho de la tragedia.
“ El problema más grave de 6, 7, 8 es que sus integrantes son más "pseudoperiodistas" que periodistas. No leen el diario, tal vez ojeen El Argentino y se limitan a repetir lo que sus jefes les ordenan. Orlando Barone -que en su vida hizo política- fue cacheteado por la dirigente de Libres del Sur, Victoria Donda, porque el militante kirchnerista la acusó de haber votado con el campo. Había confundido proyecto Sur con Libres del Sur. Imperdonable error en un setentón al que nunca le importaron demasiado los desaparecidos.”
“Carla Czudnowsky es una experta en sexualidad, supuestamente puesta ahí para el toque de sentido común. Pero como le cuesta encadenar conceptos, María Julia Oliván se ve obligada sistemáticamente a cortarla. En cuando a Sandra Russo parece ser la comisaría política del Canal 7 ("canal público" según Oliván, canal K según el vulgo). Suele aplicarle sus sermones a Mirtha Legrand, a quien defenestró para siempre luego de que la escuchó decir que prefería hablar de la Argentina antes que de Honduras. Admito que estuve del lado de Legrand.”
Clarin, 31 de marzo: .El hombre que inventó un trabajo
Se trata de Alejandro Apo, periodista, narrador de cuentos y comentarista de fútbol que, en la nueva estructura de las transmisiones futbolísticas de Canal 7, inventó un nuevo trabajo. Que consiste en sentarse al lado del relator y, cuando la tele repite la jugada (cuando la repite), el tipo exclama: "¡Uhhh!", "¡Ohhh!" o "¡Aaay!". Fin del trabajo
Otro caso: Silvia Mercado El Aguijon on line:
El contrato del genial actor y humorista Diego Capusotto, conductor de Peter Capusotto y sus videos, es el más alto de los "denunciados", ya que llega a 200.000 pesos mensuales. Es probable que esta sea la razón por la que no volvió a repetir esa síntesis genial que realizó hace unos años, "el kirchnerismo es menemismo con derechos humanos", una imagen que fue letal en la construcción de capital simbólico K.
Los periodistas "buenos" se enojan cuando los chicos malos les ponen cartelitos. Pero ellos andan divulando por ahi cuanto les paga el estado a ciertos periodistas y actores por hablar bien de el.
Pero bueno, ellos sufren censura y temen por sus vidas. Ahora resulta que son las victimas.
Lore: gracias como siempre
Roberto: compañero fortinero! El fenómeno 678 generando reacciones insospechadas es interesantísimo y efectivamente merece una nota. PD: Saludos a tu hija fortinera
Gabo: tenés razón, Kirchner es igual a Hitler. Ya lo dijo la Revista Noticias. Abrazo
Enrique: un honor tenerlo por acá! Un abrazo grande. Ojalá lo vea más seguido
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