miércoles, 22 de octubre de 2008

La hora de Kirchner y la hora de Cobos*

Hubo un hecho este fin de semana que por su nivel de irracionalidad me llamó la atención: la mitad del país decidió no cambiar el horario y mantenerse en la hora “antigua”. De esta manera el país quedó dividido en 2 husos horarios. Existen buenas razones, especialmente de las provincias más cercanas a la cordillera para oponerse al cambio de horario sugerido por el gobierno. Sin embargo, en la mayoría de los casos, aunque no justificable públicamente, la decisión de mantener el horario tuvo que ver con un intento de diferenciarse políticamente de la Casa Rosada antes que buscar evitar las dificultades que acarrearía que en algunas regiones oscureciese a las 23:00hs.
Desde mi punto de vista, la medida de las provincias “rebeldes” resulta sintomática de una forma de hacer política que si bien no es nueva parece tener indicios de una profundización en los últimos años. Ser opositor en la Argentina significa oponerse sistemáticamente a toda acción de gobierno. En esta línea, salvo Binner, todo el arco político desde la extrema izquierda a la extrema derecha le dice que “no” a cualquier iniciativa que surja del Ejecutivo. Si le paga al club de París, le achacan que lo hace con reservas; si abre el canje con los holdouts le dicen que no es momento; si reestatiza Aerolíneas afirman que es cómplice de Marsans; si está relativamente mejor parado para enfrentar la monumental crisis financiera mundial, adjudican esta condición al “error” de estar “fuera del mundo”; si baja la inflación dicen que no es mérito del gobierno y que esto obedece a la variación de la demanda y los precios internacionales (algo que no decían cuando la inflación subía), etc, etc.
Mientras tanto, cuando los incisivos reporteros consultan a referentes opositores respecto a qué tipo de actitud tendrán frente al gobierno nacional, la respuesta es menos insólita que subestimadora: “acompañaremos al gobierno en las acciones correctas y criticaremos las incorrectas”. Resulta interesante observar cómo el simple hecho de ser no oficialista tramita nuestro acercamiento a la verdad sin escalas y nos permite discriminar lo correcto de lo incorrecto con meridiana precisión. Pero dado que el arco político no surge por generación espontánea como parecen suponer los que esputan el “que se vayan todos”, debemos notar que también el ciudadano común tiene una suerte de intrínseca desconfianza hacia todo lo oficialista sea del signo que fuere. En este sentido, me atrevo a decir que el argentino medio tiene una propensión de mediano plazo hacia el antioficialismo. Esta característica que puede justificarse por el desgaste propio del ejercicio del poder es acelerado por la ubicua presencia de canales de información y por la propia lógica de los Medios cuyo mecanismo de éxito asegurado no es el compromiso con algún contenido bueno o malo sino simplemente con la idea de que ese contenido pase rápido. Se conjuga paradójicamente repetición incesante de la notica y velocidad. Si bien los Medios no son neutrales, a la larga, por suerte, les toca a todos. Los De Angeli son incinerados en poco tiempo y los Cobos tienen fecha de vencimiento máxime si son timoratos en sus decisiones.
Al impulso del ciudadano común a oponerse a todo lo que sea oficial, debemos agregar unas condiciones estructurales de la historia argentina que apuntan a pensar la política en términos de opuestos. A su vez, si a esta forma binaria de pensar le sumamos que buena parte de los que toman posición lo hacen de manera pseudo fanática, (aunque es verdad que en estos tiempos ya no podemos hablar de “mi casa radical”, “mi casa peronista”), las divisiones, algo distorsionadas y complejizadas, siguen siendo variables explicativas a tener en cuenta. Lo vimos en la reacción de buena parte de la ciudadanía contra los Kirchner en el conflicto con el campo donde rápidamente quedó en claro que la discusión en torno a la 125 era una simple excusa para expresar viejos y nuevos rencores políticos, ideológicos y de clase. Y lo vemos también, por ejemplo, en las protestas de los docentes contra Macri en la Ciudad. Los docentes de la ciudad están mal pagos; el gobierno de Macri se ha mostrado torpe, lacónico e ineficaz; sus acciones son más representaciones grotescas para una clase media enamorada que otra cosa, pero da la sensación de que los progresistas opositores a Macri evaluarán toda acción del hijo de Franco como equivocada, fascista, de derecha, etc. En esta línea es que uno puede enmarcar el desatino del cántico “Macri basura, vos sos la dictadura”. Macri, nos guste o no, no es la dictadura y esa homologación, antes que demonizar al jefe de Gobierno, trivializa el proceso que comenzara en 1976.
Asimismo, de la vereda de Macri, la mayoría de sus votantes reproducen la pústula de sentido común que emana de Rodríguez Larreta y sus asesores y que responsabiliza al Gobierno nacional, a los “docentes que hacen política” y a los sindicalistas oficialistas, de todos los supinos problemas de coordinación que arrastra un gobierno sin cuadros ni sujetos capaces de hacer frente conceptual y empíricamente a los desafíos de la administración pública.
Ante este panorama de divisiones, profundización del vértigo informativo y tomas de partido intransigentes y fanáticas a priori, queda poco espacio para el indeciso y para el poder en las sombras. Lo sabe Kirchner quien parece entender que el 2011 se gana en el 2009 y lo sabe Cobos a pesar de haber cometido el gran error político de no haber renunciado al Ejecutivo tras el voto “no positivo”. Parece ser la hora de ellos mientras Carrió y Macri especulan y hacen lo que pueden al precio de, quizás, perder el futuro en el presente. No resultará casual, entonces que Kirchner y Cobos cierren filas en sus partidos de origen y se vean las caras, aunque sea indirectamente, el año que viene. Parece que 2009 será “la hora” de ellos.
*Esta nota fue publicada en www.artepolitica.com

8 comentarios:

Ester Lina dijo...

Si creíamos que este momento histórico lo íbamos a vivir sin conflictos, es que estábamos equivocados.
Lo importante es no perder el sentido democrático de todas las acciones. Por ej., me parece que hay que respetar los reclamos, pero no se puede aceptar que el campo dijera que "la yegua se vaya" y lo mismo, la postura de algunos maestros de CABA. Como vos decís, Macri no es la dictadura... así que no se puede decirle que le queda poco, o que lo van a hacer renunciar, porque ese pensamiento es más reaccionario que la pretendida represión que el Jefe de gobierno porteño intentó realizar...
Tenemos un País difícil, donde todo el mundo desconfía de todos; no hay valores estables. La izquierda, la derecha y el centro, ambos son cuestionados. Los radicales les sacan mano a los peronistas, y éstos a los radicales y a la CC. Es muy difícil gobernar en estas circunstancias... difícil para la CFK y difícil para Macri...
En mi criterio, tenemos el mejor gobierno que hace muchos MUCHOS años... con sus defectos e imperfecciones, pero es el gobierno del Pueblo... y eso se nota.
Saludos!!! Muy buen post...

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Es muy cierto Dante tu análisis con respecto a la oposición e incluso a los medios de prensa con respecto a las decisiones del gobierno. Desde ayer que lo único que se dice es que en el caso de la estatización de las AFJP es que se pretende adueñarse de los fondos para otros fines. Es mas , en tiempo presente se afirma “ es para usar los fondos jubilatorios para la campaña política o electoral” y lo cierto es que el proyecto aún ni siquiera lo trató el Congreso que es quien va a decidir todo ese tema. Es francamente increíble y absurda la actitud si se la observa desde un lugar lúcido.
Con respecto a Macri y su gobierno, no creo que la acusación que mencionas se le hace sea inteligente y hasta es contraproducente porque permite omitir la visión de los verdaderos errores de la gestión del gobierno porteño los otros días escribí acerca del tema lo siguiente: creo que si con estas acciones, sobre todo a nivel educación piensa sostener su declaración de hace unos días donde aseguraba estar preparado para ser presidente en el 2011 me parece que se está equivocando. Como creo que también se equivoca quien lo aconseja a no escuchar los reclamos populares tanto de los estudiantes como de los docentes. Por mucho que se asfalten las aceras y se mejoren las veredas el grueso de los porteños ( incluso mucho de los que lo votaron) se dan cuenta hoy que en los temas fundamentales para el desarrollo y el crecimiento de nuestra ciudad como la educación y la falta de estructura para resolver los problemas edilicios, la quita de presupuestos para becas, el lamentable estado de los hospitales, la vergüenza que significa el negociado del Teatro Colon, los reclamos de Greenpeace por el no tratamiento de las leyes para la basura, y sigue la lista , las soluciones no aparecen, los equipos son ineficientes y en muchos lugares la trenza de la corrupción está intacta.
La sociedad toda debería en este caso pensar y apoyar a los docentes y a los alumnos como lo hicieron con el campo. Porque de la educación depende absolutamente todo, en ella empieza el camino del cambio para todos nuestros males. Sino, seguiremos transitando los mismos caminos pero con calles sin baches pero llenas de jóvenes sin futuro que vagan por ellas ante la indiferencia del resto.
Agazapado tras el conflicto que demandó la atención de los medios, el jefe de gobierno disimuló las falencias de sus primeros meses de gobierno, hoy empieza además a mostrar cuan afecto es a la intolerancia y a barrer la basura bajo la alfombra. Pero todos sabemos que no se puede esconder por mucho tiempo la realidad. No nos dejemos engañar mas, la ciudad de Buenos Aires no es un club de fútbol, y nuestros docentes no son jugadores que se venden y se compran en un mercado de pases. Hace falta mucho mas que una visión economicista y mercantil para gobernar a seres humanos. Habrá que ver si se dan cuenta a tiempo porque de lo contrario seremos victimas una vez mas de los intereses y ambiciones personales de los políticos de turno.
Y no comparto que la figura de Cobos este a la altura de disputar con Kirchner las elecciones del próximo año. En principio porque no va a ser fácil obtener todo el respaldo del radicalismo y por otro lado porque el peronismo a la hora de ganar una elección es más fácil de alinear filas. Y por otro lado me parece que a Cobos no le alcanza para tener un poco de onda ni el aparato publicitario que reinventara a de De la Rúa . Ojalá no me equivoque…;) Saludos para vos!

Dante Augusto Palma dijo...

Gracias a mona y a lili, como siempre.
Pero debo aclarar que además de sus comentarios ha habido otros que tuve que suprimir porque no respetan las reglas de moderación del blog. Estas reglas son muy simples: lo único que no se puede hacer es insultar. Así que, muchachos, si quieren comentar haganlo con argumentos y así serán bienvenidos. Saludos.

Anónimo dijo...

sacaste la moderación?

Anónimo dijo...

ya veo q no

Santi dijo...

Querido Dante:

Excelente el post. Justamente ayer reflexionaba conmigo mismo, y luego con amigos, lo q mencionas en el.
la oposicion "se opone". Ese es el rol mediatico e institucional -menos q mediatico- q se han reservado.

Propuestas superadoras? Proyectos nacionales?
Nada de eso sres. Solo un "si es de kirchner (el o ella), me opongo. Y asi sucede con el argentino medio, como decis.

En fin, muy grato volver a leerte.
Abrazo!

purpurasangre (Mel) dijo...

Hola Dante y todos, muy bueno el comentario, y coincido. También a mi me preocupa este tema, porque no se vislumbra coherencia en la oposición, y este recambio lleva tiempo. Lo que planteás de Binner es un hecho, el socialismo santafesino (desarrollado especialmente en Rosario, ya que gobernó muchísimo tiempo en soledad) es un ejemplo en varios aspectos, no sé qué sucederá cuando deba cobrar mayor magnitud (espero que no se pervierta), pero si hay un concepto que los caracteriza es el de respetar un modelo orgánico (inclusive internacional) que esquiva el cholulaje marketinero del mandatario. Son un bloque muy definido en lo interno, con pautas ideológicas claras, así se organizan, y así lo plasman. Son profesionales del perfil bajo, y su trabajo es igual al de las hormigas cuando no están en el poder. Como ciudadana Rosarina me siento muy representada en sus formas de concebir la política, como lo hace la gran mayoría que cada elección no hace otra cosa que reafirmar esto con su voto, una y otra vez. Con lo cual tengo esa pequeña esperanza de que en este juego de ajedrez en el que se convierte la política Argentina a la hora de plantear posiciones a nivel nacional, sea este socialismo el que llegue a ocupar un espacio más relevante. No lo creo, al menos no ahora, pero créanme que están por ahí, por lo bajo, trabajando jajaja.... suena a amenaza, pero acaso realmente ese sea el modo de llegar. Todo lo rápido y ruidoso es dudoso.

Yo coincido con mona de que este gobierno actual es el mejor que tuvimos desde hace muchos años a esta parte y, si bien la oposición en este país siempre cumplió el rol de opositor crónico, es un hecho esto que plantea Dante de que hoy es más notorio y burdo que otras veces. Para mí tiene que ver con el poco desarrollo político que tiene la democracia en este pais, pero también, tiene que ver con el color político de los opositores de turno. Si a alguien le cave alguna duda de que este gobierno intenta plantearse como popular, sólo resta ver quiénes se oponen. En virtud de esto, considero que la derecha más conservadora, tiene el vicio de la intolerancia bastante más arraigado que cualquier otro, así como la izquierda puede tener la manía de la oposición por la oposición misma, sin un proyecto superador bajo el brazo. En el medio estarán aquellos indefinidos de los cuales no se puede esperar una forma clara de hacer política.

Yo fui una de las que no entendió cómo era posible que Macri ganara en la ciudad de Buenos Aires, tampoco nunca entendí cómo lo habían podido votar en Escobar a Luis Patti, ni a Bussi en Tucumán, salvando las distancias con estos dos últimos, lo que quiero decir es que, si voy a perseguir una lógica para analizar esto, debo decir que tanto en Escobar como en Tucumán, habría una mayoría ideológicamente propensa a estas figuras, que representan un marcado concepto político, aquel no muy respetuoso de las formas democráticas (hablo de constitucionalidad y Estado de derecho), y en el caso de Macri, sin alinearlo a estos últimos, digo, por favor, no se le culpe de nada, si hay algo que representa y representó toda la vida el apellido Macri es el terreno de los negocios y los intereses económicos. ¿Cómo es que se le pide políticas sociales?. En este aspecto, yo lo noto totalmente coherente con sus creencias. Nunca esperé otra cosa de él.

La oposición está cruda, pero convengamos que aún no terminamos de comprender que los que la cocinamos y la servimos en la mesa somos nosotros. Realmente espero no tener que comerme a Cobos y a De Angelis, igual si lo tengo que hacer lo haré, soy respetuosa de la mayoría (si todo va por vías constitucionales claro está).

Un saludo