Descendientes
de los Chagjin chinos, la mitología irlandesa nos habla de los Gerones rojos, criaturas
cuyo proceso de gestación es desproporcionadamente largo y en algunos casos
llega a 40 años. Esto hace que al nacer la mayoría ya posea barba y pelo
entrecano si bien, del mismo modo que los recién nacidos humanos, necesitan
ayuda hasta poder caminar solos. El Gerón rojo tiene una enorme ansiedad de
futuro pues desde los 9 meses está listo para nacer pero, por razones
desconocidas, no lo hace, lo cual obliga a todo el círculo cercano a ayudar a
la madre en este largo proceso. Según algunos psicoanalistas ésta sería la
razón por la que los gerones rojos tienen una memoria acotada a lo inmediato y
el pasado lejano es interpretado por ellos como un mal sueño en el que reina la
confusión típica de la constitución intrauterina.
A pesar de que
en un primer momento fue difícil su inserción social, hoy es casi
imposible distinguir un gerón rojo de
cualquier otro ser humano pues su apariencia es similar salvo por la
particularidad de que recién en la adultez un gerón rojo puede dar sombra. Esto
hizo que muchos los llamen metafóricamente “criaturas sin sol” aprovechando
que, además, no se trata de seres con demasiada lucidez.
En el ámbito
de la política se les llama gerones rojos a aquellos jóvenes que “nacen viejos”,
sujetos que a pesar de su corta edad buscan reinstaurar modelos del pasado
mientras se prosternan con avidez zonza ante cualquier propuesta que incluya la
palabra “futuro”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario