Se inauguró la campaña y habrá
que reconocer a los creativos de Unión por la Patria que en menos de un minuto
pudieron sintetizar tanto el clima electoral como el de época.
Para los que no lo vieron, el
spot muestra diferentes rostros con la pretensión de abarcar distintas
identidades (mujeres, varones, trabajadores rurales y de la construcción,
mujeres cosiendo, jóvenes, científicos, algún presunto trans, médicos,
maestras, niños, probablemente una mujer lesbiana, viejos, alguno un poco más
rubio, otro un poco más morocho, un estudiante de cine, uno que parece de clase
media, otro que parece de clase baja, etc.) y debajo de cada uno de sus rostros
aparece la palabra “Patria”. Hacia el final se observan tres candidatos, Wado
de Pedro, Agustín Rossi y Sergio Massa, y la voz en off indica: “La patria sos vos. Vamos a defenderla”.
La participación de De Pedro
sería inexplicable si no se tratara de un mensaje dirigido a los votantes K que
afectados por la culpa no quieren votar a Massa. El mensaje entonces es “Wado,
el candidato de CFK, apoya a Massa”.
Ese mensaje, a su vez,
incomodaría a Juan Grabois quien había prometido bajar su candidatura en caso
de que el candidato a presidente fuese De Pedro. Y ahora resulta que De Pedro
está con Massa aunque Grabois afirma que Massa es el círculo rojo y el FMI.
Pero Wado está con Massa…en fin…. creo que usted lo ha entendido todo.
A propósito, el experimento de la
candidatura de Grabois es inexplicable por donde se lo mire. Esto no va en
detrimento de su figura, por cierto. Lo que es inexplicable es que el
kirchnerismo le haya dado espacio a Grabois facilitándole el escenario con una
lista única. Es que para quien lo haya olvidado, allá, muy lejos en el tiempo,
esto es, unos 15 días atrás, Scioli era el traidor que osaba participar en las
PASO y dividir al oficialismo. Como consecuencia, el kirchnerismo utilizó todos
los mecanismos de presión formales e informales para que Scioli se bajara,
siendo el más artero el exigirle avales imposibles de conseguir y el armado de
listas propias, algo que, como les indicaba anteriormente, no fue un requisito
para Grabois.
¿Cuál es, entonces, el sentido de
haberle facilitado la candidatura a Grabois? ¿Los votos que pueda traer
Grabois? Vamos, hablemos en serio. ¿Acaso la idea de que había que seducir al
votante kirchnerista atribulado para que no termine votando al trotskismo?
Aceptemos ese argumento y preguntemos: ¿entonces se supone que ese votante K va
a votar a Grabois en las PASO afirmando que Massa es el diablo encarnado, la
derecha, el FMI, La Embajada, pero al momento de la primera vuelta lo va a
votar a Massa “para que no vuelva la derecha”? ¿Por qué haría eso? He escuchado
algunos argumentos: “es que se trata de darle un mensaje a Massa”. Sin embargo,
a juzgar por las encuestas, la interna estaría 9 a 1 de modo que seguramente el
mensaje que recibirá Massa es que los que lo corren por izquierda son una
minoría palermitana bastante pobre en el oficialismo.
“Lo que pasa es que Massa no es
kirchnerista”, dicen otros. Pues claro. El punto es que Grabois tampoco lo es
y, una vez más, esto no es contra Grabois, pero en todo caso, lo que parece es
que Grabois es, ante todo, Graboista.
Entonces, si Grabois pierde 9 a
1, se va a intentar instalar que el kirchnerismo está muerto porque el
candidato apoyado por los K de paladar negro perdió por paliza. Si a Grabois le
va bien, y por bien entiendo perder 7 a 3, se dirá igualmente que el
kirchnerismo está muerto pero, a su vez, el kirchnerismo le habrá dado vuelo a
un candidato que acumula para sí mismo y que, llegado el caso, se sentará en
una mesa diciendo “yo he sacado 10% de los votos en la general. Vengo a
negociar”.
Pero les decía que el hallazgo
del spot era haber captado, también, el clima de época al dejar de lado el “la
patria es el otro” por el “la patria sos vos”.
Podrá verse como un giro
individualista o “hacia la derecha”, pero lo cierto es que comprende a la
perfección que hay demasiada gente harta de vivir mal mientras la psicopatean
con que hay una “deuda” con “el otro”; gente que siempre la ve pasar, que nunca
es “el otro” y que tiene necesidades sin necesariamente ser pobre. ¿O es que
acaso no ser pobre te transforma en culpable de algo? Se trata de gente que
desde hace tiempo se viene preguntando cuándo le tocará algo en un país que
lleva más de 10 años sin un crecimiento sostenido y donde bajo la retórica de
“los derechos” se impulsa una carrera por la victimización en un supermercado
donde el principal comprador es el Estado.
Que alguien exija que alguna vez
le toque una y que se moleste cuando ve que, a su alrededor, los que dicen
pensar en el otro se benefician bastante sin ser el otro, parece más razonable
que de derecha.
De hecho, cabe preguntar a quién
se le habrá ocurrido que el peronismo plantea una patria para “los otros” y
nunca para uno, nunca para los “yoes”. Se trata de esos misterios que se
originan en alguna lectura sesgada que circula y se instala por ignorancia o
por manipulación.
Es que regalarle los “yoes” a la
derecha, esto es, el compromiso personal y autointeresado por una Argentina
mejor para cada uno de nosotros y para los que queremos, es un premio para una
derecha que, naturalmente, lo recibe con los brazos abiertos; algo parecido
sucede con la idea de “patria”, atravesada por todos los prejuicios habidos y
por haber impulsados por un progresismo que asocia las fronteras y la tierra de
los padres con una categoría “milicoide”.
Para finalizar, entonces, digamos
que se trata solamente de un spot, naturalmente. Pero si Massa avanza en esa
dirección durante su campaña y en un eventual gobierno, el oficialismo podrá
volver a interpelar a sectores que desde hace tiempo se sienten ajenos; será
una interpelación a esos “otros” que nunca eran “los otros” a los que apuntaba el
kirchnerismo mientras indicaba que vos no te merecías nada porque eras un
privilegiado.
Por cierto, ¿saben qué? Les voy a
decir algo: ya era hora.
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