El último
domingo, en el programa de TV La Cornisa, se le consultó al diputado nacional
Martín Insaurralde si iba a ser candidato a gobernador de Buenos Aires por el
Frente para la Victoria o por el Frente Renovador. Dado que usted puede estar
distraído me detendré un momento más en la pregunta pues lo que se le estaba
consultando era si iba a ser candidato por el oficialismo o por el espacio
opositor que lidera Sergio Massa. Y la respuesta del diputado nacional por el
Frente para la Victoria elegido hace poco más de un año fue sorprendente pues
indicó que “hay tiempo para resolver eso”.
Es verdad que
uno se acostumbra a respuestas dilatorias o evasivas de muchos políticos pero
tomar con naturalidad que se le pregunte si será candidato por el oficialismo o
por la oposición es ya un dato que no se debe pasar por alto.
Ahora bien,
dado que esta actitud irresoluta y superficial de Insaurralde no es nueva, la
pregunta es por qué se tomó la decisión de ungirlo como el primer candidato a
diputado en una elección clave como la de la provincia de Buenos Aires en 2013,
elección que catapultó a Sergio Massa a ser uno de los candidatos a presidente
con mayores aspiraciones y que posicionó al propio Insaurralde como un
potencial candidato a gobernador.
No tengo
respuesta a esa pregunta. Solo elucubraciones. Y la principal es que lo que se
buscó fue un “candidato espejo”. En otras palabras, las encuestas ya mostraban
que Massa lideraría y las principales usinas de instalación de climas en la
opinión pública habían establecido que, frente a la presunta radicalidad del
kirchnerismo de paladar negro, llegaba el momento de la moderación. En ese
sentido, frente a un discurso tan vaciado como “encuestado” de Massa, se
interpretó que el mejor competidor debía ser alguien que se le pareciera. Había
que buscar alguien de la misma edad, que fuera intendente también, simpático,
canchero, “nuevo” y que no pareciera kirchnerista tanto como Massa jugó a la
ambigüedad de no parecer tan opositor.
Sin dudas el
resultado no fue el esperado pues Insaurralde perdió por 12 puntos y obtuvo el
piso de votos inherente al kirchnerismo cualquiera sea su candidato. En otras
palabras, cuando el kirchnerismo sale a competir en la provincia de Buenos
Aires sabe que tiene un 30% de piso sea su candidato Martín Insaurralde, Guillermo
Moreno u Homero Simpson. Asimismo, si se tiene en cuenta que tras la enorme cantidad
de votos perdidos en 2009 la estrategia kirchnerista fue profundizar el modelo
y salir a dar la disputa como nunca antes, acabando con las AFJP, impulsando la
ley de medios y estableciendo la Asignación Universal por hijo, llama la
atención el giro en la estrategia.
En cuanto al futuro, todo parece indicar
que Insaurralde abandonará la Cámara de diputados para volver a ser intendente
de Lomas de Zamora. La decisión, claro está, tiene que ver con evitar la
inconsistencia de presentarse como opositor mientras vota, en la Cámara baja,
cada una de las iniciativas que propone el bloque oficialista. Y Massa lo
recibiría con los brazos abiertos pues hoy por hoy no tiene un candidato que
mueva el amperímetro en un distrito clave como Provincia de Buenos Aires. Se
van a molestar Giustozzi, Solá, Posse y alguno más pero la política también es
así: los números mandan.
Con todo, esto no deja de ser una
elucubración más pues hay muchos escenarios posibles capaces de alterar esta
convergencia. Piénsese en qué pasaría si las encuestas siguen marcando un Massa
“planchado” y un acuerdo UNEN-PRO. En ese caso, no sería descabellado un armado
Pan-opositor que tomara como antecedente el experimento Capriles y se lo
conmine a Massa a “bajar” a la gobernación de Buenos Aires ante la dificultad
que también tiene el espacio UNEN-PRO para tener un candidato allí. Si esto
sucediese, la ambición de Insaurralde se difuminaría y podría aspirar, a duras
penas, a continuar como intendente de su localidad esperando que en algunos
años la ciudadanía olvide sus veleidades.
En segundo
lugar, nivel de conocimiento en el electorado no es, necesariamente, sinónimo
de votos. Es decir, Insaurralde es conocido especialmente por razones ajenas a
su actividad política (sus participaciones en Showmatch y su casamiento con la
modelo Jesica Cirio pesa más que su labor como intendente de Lomas de Zamora) y
si bien está lleno de casos en los que un famoso gana elecciones u obtiene
buenos resultados, habría que ser cauto. Especialmente porque a Insaurralde le
va a pasar algo similar a lo que le pasa a Scioli. Se trata de un efecto algo
paradójico. Pues en algún momento el kirchnerismo necesitaba electoralmente a
Scioli y éste podía especular con esa necesidad. Hoy la situación es inversa.
Es Scioli el que necesita al kirchnerismo y cualquier intento de pegar un salto
hacia la oposición implicaría una licuación de su caudal electoral. En este
mismo sentido, a Insaurralde puede ocurrirle algo similar y una ambigüedad
filo-opositora puede derivar en el desprecio por parte del electorado
kirchnerista y la desconfianza por parte del electorado opositor.
Por último,
bien cabe aclarar un punto clave. El problema de Insaurralde no es Jesica Cirio;
el problema es su performance pública aceptando ser parte del decorado de un
programa de TV donde el leitmotiv son los culos y los escándalos; el problema
es exponerse a que un animador televisivo invite a los políticos a su
casamiento en vivo banalizando la político y jugando el peor juego de la telepolítica
(porque si se forma parte de un proyecto que tiene como principal bandera la
recuperación de la política y el compromiso con un determinado ideario que hace
énfasis en la construcción y la formación de dirigentes desde una perspectiva
nacional y popular hay gestos que uno no puede permitirse); el problema es que
no haya una definición política sustantiva y que en un escenario de profunda
división política, cultural y social, su discurso pueda ser oficialista u
opositor. Ese es el problema. Y el kirchnerismo no se puede dar el lujo de
equivocar sus candidatos ni puede someterse al riesgo de disolver su identidad
cuando ni siquiera hay certeza de que una figura “espejo” suponga algún rédito
electoral. Habrá que aprender la lección pues no está en juego solamente la
continuidad del kirchnerismo. Está en juego la reivindicación de la
política.
2 comentarios:
Estoy convencido que la partida de Martín Insaurralde del Frente para la Victoria al "Renovador" es una operación de prensa del Massimo... que altera los nervios del Giustosismo. Varios comunicadores sociales han intentado sacarle a MI un "SI ME VOY CON SERGIO" incluido Marcelo Tinelli, que se vio manifiestamente molesto cuando Jesica Cirio de Insaurralde apareció con un vestuario color Naranja "Scioli 2015" (particularmente prefiero a Florencio Randazzo)
Si bien evadió una respuesta directa, y muchos dentro del espacio político avalan la teoría que ya se fue, me parece una perdida de tiempo PREocuparse por algo que puede no suceder.
Si cierra el pase, se lo criticará oportunamente, pero analizando la situación NO VEO EL SENTIDO DE PASAR AL MASSISMO.
Sergio Massa acumuló una gran cantidad de votos porque SUPUESTAMENTE encarna un Kirchhnerismo corregido y mejorado "rescatando lo bueno y descartando lo malo", fomentando el diálogo y la filosofía de sobre de enduncorante de POLITIEVANGELISTA que sedujo a una parte del electorado de la Pcia. de Buenos Aires, en los hechos demuestra que tiene menos substancia que un banco de niebla.
Dilapidó el caudal electoral con su #NOALNUEVOCODIGOPENAL que lanzó esperando que sus votantes lo apoyaran masivamente con 1 millon de firmas "ME GUSTA" y no llego a 100.000 .... que magicamente de un dia para el otro el contador supero el millon 1/2. Lo dilapidó porque se negó a abrir un canal de diálogo para debatirlo, y lo hizo con mentiras. También perdió apoyo tras pedir policías municipales y negarse a debatir la ley en el parlamento provincial.
También está el KARMA DEL EX K, Hugo Moyano contaba con el poder de adelantar el Dia Internacional del Trabajador y convocar una multitud que llenó la 9 de Julio cuando apoyaba (a regañadientes) el modelo, a no poder llenar la vereda de media Plaza de Mayo cuando se pasó a la oposición.
Alberto Fernandez, Julio Cobos y otros Ex K son ejemplos también.
Por eso es que nadie con 2 dedos de frente puede considerar seriamente un pase del FPV al FR.... Y MARTIN INSAURRALDE TIENE VARIOS DEDOS (cuac).
Habiendo tantas cosas para discutir me parece una perdida de tiempo discutir el eventual pase a la oposición de un diputado que en los hechos ha demostrado ser oficialista.
Una opinión de un OPINOLOGO
Ojalà CFK tenga mucha participacion en el armado de listas. Yo particularmente confio en este proyecto y el discurso de Scioli a lo largo de estos años no ha sido el más comprometido. La aparición de Máximo me da esperanzas de que estos diez años no se vayan por el inodoro y de que la impronta K no se termine diluyendo en las estructuras tradicionales del PJ. Saludos.
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