El desconcierto pareciera ser
total y a todo nivel. El gobierno está siempre detrás de los acontecimientos o
directamente se dispara tiros en los pies. El objetivo padecimiento de la
herencia macrista, la pandemia y la guerra en Ucrania no alcanza para
justificar la impotencia con la que avanzó en temas clave. El escenario es tan
dramático que da lugar a rumores realizados con mala fe pero que se sostienen
ante la falta de respuesta oficial. El pimpinelismo de los últimos meses que
había tenido su último episodio con el discurso demoledor de CFK en Ensenada,
trocó en tira crismorenista con Estela de Carlotto llamando por teléfono para
que se hablen el presidente y la vice. Los observadores más benevolentes suman
razones para la indiferencia; el resto navega entre la preocupación y la
indignación. Lo cierto es que parece que hablaron pero nadie oficialmente lo
afirma. Si la política se hace con gestos, aquí tenemos el gesto de la falta,
ya sea de la falta de unidad, de gestión, de pericia, de lapicera, etc. Se
presume que el mejor escenario posible es el de una tregua. Se presume.
Más allá de alguna chicana
personal y de algunos números discutibles, las críticas realizadas por CFK al
presidente parecen sensatas o al menos, para no calificarlas, interpretan el
sentir de una amplia mayoría de los votantes del FdT molestos con la actual
gestión, solo defendible cuando se la compara con lo que hay enfrente. ¿Y ahora
qué? ¿Renunciado Guzmán se acabó la rabia? Si se presta atención al discurso de
CFK en Santa Cruz una salida aparentemente elegante parece ser cargar todo
sobre Guzmán para liberar de cargo y culpa al presidente. ¿Será ese el eje del
discurso? ¿Un Guzmán que como un llanero solitario se cortó solo y tomó por
sorpresa al presidente, a la vice y a toda la coalición? Nadie lo va a creer
pero si al menos el FdT en su totalidad lo repitiera podría ser útil. Si no hay
verdad que al menos haya unanimidad.
La voluntad de poder hoy se
esconde detrás de un falso dilema entre persuasión y lapicera, entre palabras y
hechos. La comunicación oficial está en estado confusional y se le exige a la
ciudadanía devenir exégeta de unas internas a puertas abiertas.
¿El poder lo tiene Alberto? ¿El
poder lo tiene CFK? ¿Entonces gobierna o no gobierna ella? A juzgar por su rol
de comentadora epistolar y episódica que se refiere al gobierno en tercera
persona, CFK no gobierna, ¿pero entonces el poder lo tiene Alberto quien fue
puesto allí a pesar de traer apenas algo más del 5% que supo obtener junto a
Randazzo y al Movimiento Evita? ¿El sillón de Rivadavia viene con lapicera y
lapicera mata a dueña de los votos? Si es que el Alberto de la persuasión se
empoderó con la lapicera y se cortó solo, ¿no pudo hacer nada el kirchnerismo,
socio demoledoramente mayoritario, para modificar eso? ¿Si el kirchnerismo no
gobierna, acaso cogobierna? ¿Si tampoco cogobierna entonces simplemente ocupa
espacios de poder y caja? Alberto se jacta de ser un componedor y CFK habla
hasta con Melconián pero no pueden hablar entre sí. “Gostheos de la casta”
podría decir Milei; política de tildes azules y clavadas de visto; telegram y off the record de los componedores; “hay
que memear al presidente” rezan los horadadores.
¿El diálogo entre las 3 patas de
la coalición alcanzará para solucionar una parálisis de la gestión en la que primeras,
segundas y terceras líneas de cada ministerio se traban mutuamente para que
nadie se lleve los laureles? Lo que sirvió para ganar no sirve para gobernar.
Batakis tiene experiencia e
idoneidad pero nadie sabe cuál es su plan, porque ni ella imaginaba tener que
asumir en este momento y porque tampoco se sabe quién determinará el plan
económico. A juzgar por las declaraciones televisivas, no se diferenciaría del
camino trazado por Guzmán. Entre el deseo y lo que hay. De la economía
verdadera a la economía posible. Y si se parece demasiado a Guzmán, ¿entonces
el kirchnerismo la va a apoyar? ¿Volvemos entonces a hacer las preguntas? ¿Si
es una candidata de consenso por qué no se anuncia un plan contra la inflación
con una foto que los incluya a todos? Las malas lenguas dicen que la foto sería
similar a la tapa del disco de Pink Floyd en el que dos personas se dan la mano
mientras una está prendida fuego. Lo que fuera. Al menos una selfie. Pero algo,
por favor.
Los mercados dan golpes y tienen
cierta predilección por los gobiernos con los que tienen diferencias
ideológicas pero la pérdida de referencia que supone una inflación que ya se
asoma al 80% hace inviable, ya no sostener un negocio, sino cualquier plan de
vida; una suerte de segundo tiempo de la desorganización de la vida que había
inaugurado Macri más allá de que el que dejó la bomba nunca puede tener la
misma responsabilidad que el que es incapaz de desactivarla. Pero el
comerciante que remarca está especulando aunque también está desesperado y
parece entendible. No busca que caiga el gobierno. Busca sobrevivir en un país
que en general lo cagó y lo fundió 1000 veces. Los argentinos, especialmente
los porteños, nos consideramos especiales pero no hay ninguna razón para pensar
que los empresarios y los comerciantes argentinos sean más especuladores o más
hijos de puta que los del resto del mundo.
¿Y ahora que viene? Aun con
críticas atendibles e incluso más que compartibles, ¿cuál es el sentido de la
horadación fundamentada de la figura del presidente desde el espacio y la
propia vicepresidenta? Si es una disputa personal ¿dónde termina? ¿Termina en
la renuncia del presidente para que asuma CFK? Más allá de la celebración de
los incondicionales, ¿alguien puede suponer que una salida de ese tenor es
viable y deseable ahora? Si ése no es el plan entonces ¿cuál es? ¿Que Alberto
acepte las directivas de CFK para mejorar una gestión que hasta aquí ha sido
muy pobre y más pobre aún si se la compara con las gestiones de los mandatos de
CFK? Y entonces una vez más, ¿eso quiere decir que el kirchnerismo, aun con
Alberto como presidente, se hará cargo de cara a la sociedad del costo político
de gobernar abandonando así su rol de oficialismo opositor? ¿La lapicera
abandona el sillón de Rivadavia?
Por cierto, ¿cuál sería el plan
que el kirchnerismo tiene para salir de la crisis en un país que no es el
mismo, para bien o para mal, que el del 2003?
Culminamos como empezamos: el
desconcierto pareciera ser total y a todo nivel.
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