Son días decisivos para la
conformación de las alianzas y las candidaturas. Como indicábamos la semana
pasada, finalmente se confirmó que la fórmula de Unidad Ciudadana y PJ en la
Provincia será Axel Kicillof y Verónica Magario. Resta saber quién encabezará
la lista de diputados y el rumor de que el elegido es Felipe Solá va cobrando
cuerpo, abonando el criterio que esgrimí aquí el último domingo cuando les
comenté que la lista debía incluir un “hombre del interior” de la provincia y
que posicionar allí a Máximo podía ser una mala decisión para atraer al voto
moderado. En este sentido, puede que el referente de La Cámpora ocupe el tercer
lugar, detrás del ex gobernador y una mujer. Sin embargo, la última semana la
política giró en torno a la figura de Sergio Massa. En un principio se
avizoraba que participaría de una interna en Alternativa Federal contra Juan
Urtubey y que Miguel Pichetto buscaría renovar su banca como senador por Río
Negro. En un mano a mano con el Gobernador de Salta sería más que factible que
el exintendente de Tigre se impusiera aunque, entre ambos, la expectativa de
máxima estará en alcanzar el 15% de los votos.
Pero el comunicado del último
congreso del FR en Parque Norte mostró a Massa dispuesto, como nunca, a avanzar
en un acuerdo con el espacio de Unidad Ciudadana. Desconozco si éste finalmente
se llevará a cabo pero es la decisión más conveniente que Massa podría tomar.
Si ha surgido de él o de la presión de sus dirigentes, conscientes que jugando
la interna de Alternativa Federal perderían espacios y poder, también lo
desconozco, pero resulta verosímil.
¿Qué formato tendría este
acercamiento con Unidad Ciudadana/PJ? No parece haber espacio para modificar las
candidaturas. Además, que Massa o alguien de su cercanía pudiera ser parte de
una fórmula relevante tendría un costo ante la opinión pública. En este sentido
me atrevo a decir que el formato más digno para el FR sería el de participar en
una gran PASO con acuerdo en el armado de las listas. Es decir, Massa sería el
que se inmola presentándose como candidato y sabiendo que va a ser derrotado,
pero como contrapartida logra que su espacio ocupe lugares expectantes en las
listas. En caso de que ese gran acuerdo opositor se alzase con el triunfo, a su
vez, Massa podría liderar el Frente Renovador desde afuera o negociar algún
cargo de peso en el Gabinete y/o áreas importantes del gobierno para su
espacio.
Si finalmente esto sucediese, habrá
que adjudicarlo a la interesante estrategia electoral que, a priori, ha
diseñado CFK al ofrecerle a AF encabezar la fórmula. De hecho la semana pasada
les comentaba que AF no resta votos y que, en todo caso, lo que no sabemos es
cuántos votos suma. Pero su figura ha minado fuertemente los intentos de
“peronismos alternativos”, especialmente de Massa. Todo puede pasar y todo se
puede decir, pero a Massa le costaría afirmar que no puede sentarse a dialogar
y a pensar algo en común con AF. Digamos, entonces, que si AF no trae votos
directos puede que los acerque indirectamente a través de diálogos, acuerdos y,
sobre todo, haciendo que se desdibuje el espacio peronista no K.
Por todo lo dicho, el eventual
acercamiento de Massa a la fórmula de AF y CFK preocupa al gobierno más allá de
que, naturalmente, intentarán presentar que todo aquello que se acerca a CFK
suma cero al ser consumido por la imagen negativa de ella que funcionaría como
un imán de destrucción masiva. Pero todos sabemos que eso no es cierto. En todo
caso, es probable que un votante de Massa no K se vuelque a Lavagna o a Urtubey
pero hay un porcentaje del voto de Massa que apoyará a Unidad Ciudadana PJ en
la primera y/o en la segunda vuelta. En las últimas elecciones ese porcentaje fue
minoritario pero los tiempos han cambiado y seguramente ese porcentaje será hoy
mayor. Si tomamos en cuenta que la elección se resolverá por pocos puntos, no
es un detalle para desestimar.
Frente a ello, sigo sosteniendo que
el gobierno está obligado a dar un golpe de efecto. Quizás por ausencia de
inventiva no se me ocurre otro que ofrecerle la vicepresidencia a Martín
Lousteau, esto es, alguien que aparece como referente del radicalismo, tiene
buena imagen en medios y que puede llegar a cierta clase media joven y cool de
gran centro urbano, aquella que hoy le está dando la espalda al gobierno. No encuentro
lugar para alternativas porque el espacio de Lavagna ni el de Alternativa
Federal podrían cerrar un acuerdo con el oficialismo, porque Macri no se va a
bajar y porque Vidal ya tiene un vice radical. Si mi análisis está en lo cierto
o carece de imaginación se podrá comprobar en unas semanas.
Para concluir, quiero volver a la
figura de Massa y a los análisis que se hacen del escenario opositor porque
intuyo que puede estar dándose una paradoja que está siendo pasada por alto y
que la decisión de Massa podría abonar. Me refiero a que si se confirmara que Massa
se aleja de Alternativa Federal, el escenario de fragmentación de la oposición,
más que nunca y como se comentó aquí la semana pasada, podría terminar
favoreciendo a la oposición mayoritaria porque los fragmentos opositores no
kirchneristas son alternativa al gobierno antes que a los Fernández. En otras
palabras, Urtubey y Lavagna le sacan votos al gobierno y no al principal espacio
de la oposición. Así, si Urtubey y Lavagna son las otras opciones, curiosamente,
lo que parece fragmentarse es el espacio oficialista aun cuando ni el gobernador
de Salta ni el exministro de Economía hayan sido parte alguna vez de Cambiemos.
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