viernes, 26 de agosto de 2016

Lectores y periodismo en la era digital (publicado el 25/8/16 en Veintitrés)

Celebrar el día del lector, en el contexto en el que se nos invita a desplazar la palabra en pos de la imagen y la velocidad, es un gesto de resistencia a partir del cual me voy a permitir algunas reflexiones, especialmente referidas al lector de diarios pues éste parece haber cambiado mucha más radicalmente que el lector de libros. Es más, si bien desde hace años se augura el fin del libro en papel, lo cierto es que tal anuncio no se cumplió y si, en 2016, en la Argentina, ha bajado la publicación de títulos, es por la crisis económica generada por el actual gobierno y no por una avidez de los lectores hacia el soporte digital. Por supuesto que hay gente que lee libros desde su e-book, su smart phone o su tablet pero este porcentaje es insignificante al lado del masivo traslado de lectores de periódicos en papel al formato digital, lo cual explica que algunos diarios importantes del mundo hoy hayan puesto la atención exclusivamente en sus portales de Internet. En Argentina, esto no ha sucedido todavía, salvo con algunas revistas, pero está claro que la venta de diarios ha bajado dramáticamente en los últimos años y si no ha bajado más aún es por las promociones de “fidelización” del cliente que incluyen tarjetas con descuentos en consumos que no tienen relación directa con el diario.
Con todo, si bien el mundo digital ha traído novedades especialmente en la forma de hacer literatura, en general, sea para un formato u otro, un libro se sigue escribiendo más o menos igual. En cambio, la forma de hacer periodismo ha cambiado radicalmente y hoy no se hace periodismo como se hacía, ya no digo hace un siglo, sino apenas diez años atrás. Naturalmente, en una sociedad hiperconectada en la que se ha instalado que cada minuto puede estar pasando algo digno de atención, un diario deviene obsoleto pues llega siempre demasiado tarde. Ya era absurdo suponer que en el mundo pasaban cosas importantes dignas de ser publicadas todos los días pero ahora se ha instalado que lo importante puede pasar cada minuto de modo que todo papel y toda materialidad huele a pasado. 
A su vez, si creemos que constantemente están pasando cosas importantes que justifiquen ser anoticiadas, consideraremos que no podemos perder tiempo en noticias con un amplio desarrollo. En este sentido, hay quienes afirman que el diario en papel quizás no desaparezca del todo pero evidentemente irá transformándose en una publicación periódica en la que se privilegien los artículos de análisis y de opinión antes que la noticia de último momento a la cual se accederá a través de distintas prótesis tecnológicas.
Esto, claramente, será un proceso que se irá acentuando en la medida en que se vaya acrecentando el número de los “nativos digitales” que no solo no leen diarios (ni en papel ni en los sitios web) sino que tampoco miran TV ni escuchan Radio. Se trata de generaciones que actúan en la lógica on demand (a pedido) y que ya no aceptan la tiranía del horario fijo al que nos sometía la TV y la Radio. Hoy se escucha y se ve lo que se quiere en el momento que se quiere y hay contenidos que, aun siendo originales de la TV, tienen más audiencia en Internet. ¿Pero, entonces, estos nativos digitales están completamente aislados de la información? No necesariamente, lo cual puede ser incluso peor que el completo aislamiento porque se trata de lectores que llegan a las noticias a través de las redes sociales. Esto quiebra absolutamente algunos de los pilares del diario en papel pues el consumidor de la noticia ingresa al sitio del diario en cuestión de manera indirecta, lo cual en un sentido evita “la bajada de línea editorial” que el medio establece cuando jerarquiza las noticias en su sitio web (esto mismo llevado al papel sería equivalente a un lector que ingrese al diario por la página 42 o 58 salteándose la tapa). Sin embargo, esto que podría ser celebrado tiene su otra cara, esto es, la falta de una lectura global de la noticia y de su contextualización; un lector fragmentario que solo cree tener tiempo para leer títulos y que, a su vez, no elige qué leer sino que se topa con determinadas noticias simplemente porque son viralizadas por otros usuarios, e ingresa cándidamente a portales muy poco cándidos.             
Asimismo, las posibilidades que brinda Internet permitieron resolver fácilmente uno de los interrogantes clásicos de los medios gráficos, esto es, cómo saber qué noticia interesa más. Efectivamente, un editor de sitio web sabe cuánta gente ingresa a leer determinada noticia y en función de esa suerte de encuesta permanente elige destacarla o desplazarla. Pero, claro está, esto puede devenir fácilmente en un periodismo demagógico orientado exclusivamente a brindar esas noticias demandadas por los usuarios. Si bien tal periodismo existió siempre, la diferencia es que ahora es mucho más fácil testear al público y dirigirse hacia él con mayor precisión.
A su vez, como alguna vez comentamos aquí, el periódico en papel favorecía, a priori, la pluralidad de la agenda por razones técnicas: todos los diarios salían a la misma hora y no había manera de saber qué noticia privilegiaría el competidor. Con el mundo digital eso desapareció completamente porque minuto a minuto es posible estar al tanto de la noticia del competidor. La consecuencia es que los medios grandes imponen más fácilmente la agenda porque los medios chicos se ven “en la obligación” de disponer de un espacio para la noticia que instaló el medio grande. Y si hablamos de agendas, un rasgo que podría celebrarse tiene que ver con que Internet permite la existencia de portales de noticias a un costo bajísimo, incluso, en algunos casos, prácticamente unipersonales. Sin embargo, salvo honrosísimas excepciones en las que efectivamente se observa la existencia de información original (véase, por ejemplo, el sitio web de la periodista Cynthia García, por mencionar uno), la gran mayoría de esos portales son replicadores de gacetillas o, directamente, reproducen notas de otros medios sin citar la fuente. Lejos de plantear una agenda novedosa, entonces, este tipo de portales está al servicio del periodista “prensero” o de la operación política de turno. No hacen una cosa muy distinta que lo que hacen los grandes medios pero lo de estos últimos, al menos, tiene la apariencia de ser profesional.       
Esta indiferenciación, a su vez, se enmarca en otro de los cambios que se impusieron en la última década. Me refiero a la posibilidad de que cualquier usuario de redes se transforme en periodista o en, al menos, generador de noticias. Este fenómeno no solo se dio por la posibilidad de viralización que tiene Internet sino por la pérdida de credibilidad del periodismo profesional que, en muchos casos, se maneja con la misma irresponsabilidad, en lo que respecta a la investigación, a la corroboración y a las fuentes, que un usuario anónimo. Esta igualación permite que cualquiera pueda comunicar, lo cual, en principio, no está nada mal pero al venir acompañado de lectores ingenuos se produce un fenómeno peligroso; asimismo, las voces disidentes son acalladas con el fenómeno de lo que se conoce como “tormentas de mierda” dirigidas por cuentas agresivas que funcionan en Call Centers o simplemente por grupos de usuarios con tanto odio como tiempo libre. Es más, el delirio llega a tal punto que las operaciones de prensa y políticas se disputan con fiereza hasta en las biografías de Wikipedia pues se sabe que muchos jóvenes creen ingenuamente en lo que allí se dice. De este modo, quien logre editar e imponer su sesgo en Wikipedia se garantiza la replicación de su punto de vista como si fuera neutral.     

Muy pocos hubieran imaginado, tras la universalización de la alfabetización, lo difícil que se está haciendo intentar ser lector y hacer periodismo en pleno siglo XXI.      

1 comentario:

  1. 1-UNA HIPOTESIS:La gente tiene derechos que estan en la CN. el plan economico va encontra de esos derechos.
    2-La justicia debe defender la CN.Entonces,el plan economico es inviable,ademas No pueden convencer a la gente con conciencia.3-que van a protestar por sus derechos,a pesar de tener a todos los medios.La unica forma de hacerlo es la dictadura que anula la CN, 4-y hace desaparecer a la gente con conciencia, y para que un porcentaje de la gente la acepte necesitan miedo 5-e indiferencia.El miedo lo puede dar la subversion,la inseguridad el terrorismo y esto justifica a la dictadura al menos 6-en una parte de la sociedad que es lo que ellos necesitan,ahora puede pasar que si matan a alguien y le echan la culpa a los k,pueden despues 7- perseguirlos como subversivos y despues con los años seguir con los otros partidos.Sobre todo ahora que con la crisis mundial,por un dolar o la geopolitica las grandes potencias son capaces de matar a la madre.Ademas,como le van a dejar gastar toda esa riqueza natural a los sudacas,salvajes e inferiores que no se la merecen?Esa riqueza debe ser en beneficio de la humanidad,y la humanidad son ellos….para nosotros circo y espejitos de colores.

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