La fotografía del perro de
Mauricio Macri sentado en el sillón presidencial y la decisión de utilizar
animales en los nuevos billetes parece estar comprobando que la discusión
pública ha devenido polémica zoológica. Con todo, se trata de elementos de
comunicación de la nueva administración que bien valen algunas reflexiones y
que se pueden vincular a las nuevas categorías y/o eufemismos que se están utilizando
públicamente desde las usinas de la construcción de imagen del macrismo. Ya
sabemos que aquí no hubo devaluación sino “liberación del cepo”; que no hay “ajustes”
sino “corrección”; que la utilización de DNU bastante poco republicanos y, en
algunos casos, acusados de inconstitucionales, son simplemente “gestos de
autoridad”; que todo empleado despedido es ñoqui y que los precios no aumentan
sino que “se sinceran”. Sin embargo me interesa hacer énfasis en el sentido de
la utilización de los animales pues se ha generado una interesante polémica que
ha hecho que muchos editorialistas se ocuparan del tema.
Lo primero que se le viene a uno
a la cabeza cuando Macri decide fotografiar a su perro, llamado Balcarce, en el
“Sillón de Rivadavia”, son aquellas legendarias palabras de Héctor Magnetto
cuando definía al cargo de Presidente de La Nación como un “puesto menor”, lo
cual no significaba otra cosa más que decir que los presidentes en la Argentina
no son los que tienen el poder. Que esté Macri o que esté su perro, en este
sentido, podría significar lo mismo pues ni el perro ni Macri son los que,
finalmente, toman las decisiones. Obviamente, desde el PRO, el sentido de
fotografiar al perro no era ese y quien lo explica con claridad es quien es
hombre de consulta del macrismo desde hacen mucho tiempo atrás. Me refiero a
Jaime Durán Barba cuando, en una entrevista brindada al diario La Nación, afirmó “Si ponemos a Balcarce cuando Mauricio es presidente,
estamos diciendo "no nos la creemos, no somos dioses. Balcarce viene acá y
está perfecto, somos seres humanos comunes". Es el mensaje más profundo de
la campaña de Mauricio, (…) [que es] un ser humano común. Tiene un perro, adora
a su hija, se lleva bien con su mujer, le gusta bailar, se enoja, se
entristece”.
Empezamos a ver entonces una construcción algo más compleja,
pues se trata de crear nuevas formas de liderazgos que se alejen de las clásicas,
aquellas en las que el líder era una figura completa, coherente, omniabarcadora,
infalible y omnicomprensiva. Macri es incapaz de leer de corrido un discurso
escrito, tiene muy poca afección al trabajo y pasa buena parte de su tiempo de
vacaciones, no ha hecho su fortuna levantando bolsas en el puerto, llegó a ser
Presidente estando procesado y con archivos que “lo condenan”… y sin embargo ha
logrado obtener el 51% de los votos. Cuesta decir que sea como el común de los
argentinos porque el común de los argentinos puede que tenga mayores virtudes
que las del presidente pero lo cierto es que ha logrado que una parte de la
ciudadanía se identifique, ya no con la figura de “madraza fálica” que todo lo
resuelve (“CFK´s style”), sino con la
del niño torpe que aprende gobernando. De hecho, hay en buena parte de los
votantes casi un voto de conmiseración, un voto bajo el argumento “démosle una
oportunidad”, pasión que esos mismos argentinos no profesan cuando el hijo les pide
prestado el auto o cuando el técnico del equipo de fútbol favorito decide probar
un pibe de las inferiores. Pero el “démosle una oportunidad” solo se puede
pensar a partir de la construcción de un Macri como “lo nuevo” y, para
construir un Macri como “lo nuevo”, hace falta eliminar la historia. ¿Qué
historia? La personal, la de Mauricio, el niño bien hijo de Franco, procesado y
defensor a ultranza de las políticas neoliberales de los 90, y la historia en
general porque cualquier línea de ruptura o continuidad de Macri y el macrismo
con referentes, hechos o lecturas del pasado lo comprometería. A tal punto se
intenta construir un Macri como hombre nuevo que, a pesar de tener 4 hijos solo
se lo ve con su hija más pequeña. Efectivamente, un hombre nuevo y eternamente
joven no puede tener hijos mayores de 30 años como Macri los tiene. Por ello,
Macri pasa de repente a tener una sola hija y una mujer joven y linda al lado.
Los más de 100 vetos realizados en la Ciudad de Buenos Aires,
la utilización indiscriminada de DNU y negarse
a llamar a extraordinarias no van de la mano del presidente “sensible”,
“falible” y “dialogador” que se intenta mostrar pero ese es otro asunto. Lo que
hace falta, y en esto los medios de comunicación, con el enorme aporte que
hacen a la ruptura de sentidos, son de gran ayuda, es eliminar la historia de
modo tal que, paradójicamente, quien llega al poder diciendo que hay que acabar
con los relatos fundacionales genera las condiciones de una refundación sobre
un pasado que ya no existe. Más allá de que existen otros países en los que
aparecen animales en sus billetes (Brasil, Filipinas, Bielorrusia, Sudáfrica,
Nueva Zelanda, Congo, Mongolia e Indonesia), para el nuevo gobierno argentino la
decisión de reemplazar a los próceres puede leerse, entonces, en este sentido:
la naturaleza no tiene historia. La historia es de los hombres (no de los
animales) y en tanto tal no está exenta de conflicto. Elegir a un “prócer” para
“ocupar” un billete supone dialogar y tomar posición en la historia y en el
presente, algo que el macrismo quiere evitar. Por eso pone una ballena, un
yaguareté, un hornero, un cóndor y una taruca en lugar de Roca o Evita.
(Más vale inclinarse por esta interpretación y no por la de aquellos
mal pensados que, de la utilización de animalitos, deducen que no hay una
apuesta por la naturaleza ni por la deshistorización sino simplemente la
advertencia de que en la Argentina hay que prepararse para que rija la ley de
la selva en la que, como ya sabemos, siempre ganan los más fuertes).
Excelente reflexión, profundidad y claridad van de la mano con vos Dante
ResponderEliminarSaludos de Martín de berisso
Genial Dante.Muy preciso y claro el analisis.
ResponderEliminarGustavo de Quilmes.
Excelente! Gracias por tu claridad. Quisiera agregar algo: lo que están haciendo con la niña, Antonia, Durán Barba de por medio, es un atropello a los derechos de los niños, el nivel de exposición que tiene esta pobre criatura utilizada por su padre y con la anuencia de su madre para crear un sujeto limpio, puro, familiar, ese hombre nuevo al que te referís en este artículo, es vergonzante y condenable.
ResponderEliminarEnorme aporte para los que nos problematizamos con las acciones que no son casuales. Un perro callejero, Balcarce, sentado en el lugar del amo, el primer magistrado de la nación...vaya metáfora-simbólica, a que amo obedece? pregunta que se está decvelando con las políticas asumidas. Billetes ilustrados como un libro de ciencias naturales. Obvamente escaparle el bulto a Eva, Rosas, Roca y otros controvertidos personajes hiustóricos para la sociedad,que fueron hitos para bien o mal.No pensar,hacerla fácil banalizar la vida.. los globos, en fin lo que ya sabemos, el desbarranque del % necesario para que esto funcione , para quién ?? para los de afuera .
ResponderEliminar