Una vez terminado el idilio de algunos medios con Néstor Kirchner, lo que resultaba un “estilo K”, esto es, una actitud aparentemente proactiva, ejecutiva y desacartonada, se transformó en reactiva, incapaz y desafortunada. En esta misma línea el ahora ex presidente pasó a ser alguien que buscaba perpetuarse y que intentaría por todos los medios realizar una construcción verticalista y hegemónica del poder y acallar a sus críticos tanto de la oposición política como de los medios. Francamente me parece que, en líneas generales, Kirchner se manejó más o menos siempre igual de lo cual se sigue que la interpretación en uno u otro sentido proviene más de nuestros humores y simpatías circunstanciales que de acciones más o menos objetivas. Un ejemplo de esto es lo ocurrido durante el conflicto del campo con la interpretación de los discursos de Cristina. Como indiqué en una nota anterior, el contenido de los dos discursos fue sustancialmente el mismo y sin embargo el primero fue interpretado como incendiario y el segundo como dialoguista.
Pero quisiera detenerme en la problemática de la libertad de prensa ya que desde hace unos días, y tras la desaparición de ese “repentino” brote de sádicos adolescentes violentos que con sus celulares filman las golpizas a sus compañeros y satisfacen además sus instintos voyeuristas, vuelve a estar en la primera plana de los diarios.
El gobierno de los Kirchner fue criticado por el manejo discrecional e inequitativo de la pauta publicitaria y por no dar conferencias de prensa. Resulta tan estúpido suponer que un gobierno es más o menos democrático porque brinda conferencias de prensa que no vale la pena hacerle perder tiempo al lector. Pero el primer punto quizás sí resulta más atendible y fue y es el principal “caballito de batalla” del señor Fontevecchia, declarado opositor al gobierno. Tampoco hace falta decir demasiado acerca de que el dinero de la publicidad es estatal y no gubernamental. Sin embargo, ya que se discute ese punto resultaría interesante pensar cuáles serían los criterios adecuados para distribuir la pauta. ¿Qué significa darle a todos lo que les corresponde? ¿Quiénes son “todos”? ¿Todos los diarios? ¿Pero debería dársele lo mismo a un diario chico como el Cronista Comercial que a Clarín? Quizás no, pero quizás sí. En otras palabras, ¿es importante la tirada del diario/ revista o el Estado debería favorecer a los más desprotegidos de manera tal que promueva las visiones minoritarias en pos de la diversidad? Y si yo armo una revistita barrial, ¿debo recibir publicidad estatal? Y si yo tengo un blog, ¿debo recibir publicidad estatal? Francamente es un tema complejísimo y si bien hay legislación al respecto resulta muy difícil ser equitativo ante esta inmensidad de variables.
Pero lo que más polémica generó estos días fue el enfrentamiento del Gobierno con el Grupo Clarín. Aparentemente el detonante fue el dibujito de Sabat en que Cristina aparece con una venda en forma de cruz que le tapa la boca. Cristina hizo mención a esto en su discurso y lo interpretó, seguramente de manera algo exagerada, como un intento de “acallarla”. Parece desmedido. Sin embargo, esto pareció detonar una escalada que fue creciendo por la forma en que el Grupo Clarín cubrió el conflicto con el campo.
En este sentido, en el programa A Dos Voces, Bonelli y Silvestre dieron una patética demostración de cinismo y pusilanimidad. Abrieron el programa denunciando al gobierno de coartar la libertad de prensa puesto que en un acto de Cristina en la provincia de Buenos Aires, aparecieron carteles que se despachaban contra el diario Clarín y contra el canal Todo Noticias al que con un juego de iniciales y palabras acusaban de “Todo Negativo”. Con gesto adusto de preocupación e indignación, los conductores hicieron una defensa corporativa del Grupo y del periodismo en general, victimizándose y repitiendo hasta el hartazgo, que se trataba de periodismo independiente y que estaba en peligro la libertad de prensa y de expresión. Además apoyaron su argumentación en el supuesto pluralismo del programa que se caracterizaría por invitar a los diferentes involucrados en la actualidad argentina sin distinción ni ideológica ni partidaria. Me detengo aquí un momento y recuerdo también a Grondona puesto que, siguiendo esta idea, Hora Clave también sería pluralista o, si no lo fuese, sería porque los funcionarios del Gobierno han decidido no ir al programa. Pero veamos la composición de las mesas pluralistas. De un lado los que defienden una posición y del otro lado los antagonistas. Resulta interesante observar que los debates televisivos suelen reducir a dos las opciones. Es siempre una disyunción excluyente: o se está con uno o se está con los otros. No hay grises. Es llamativo que quienes más apelan a la necesidad del diálogo construyen desde el vamos un encuentro de extremos en el que no habrá diálogo sino superposición de certezas dogmáticas. Por otra parte, generalmente, de un lado están los moderados que, en muchos casos, es el revestimiento de representantes de la derecha y del otro lado están los contrarios a los moderados, esto es, los extremistas. Se produce así un interesante corrimiento: se invita a dos extremos pero uno de ellos parece como moderado. Nótese a quién invita Grondona: de un lado cualquier representante de la moderación y del otro lado algún impresentable de esos que muchas veces dicen la verdad pero lo dice de mala forma. Así, Grondona ha sido muy pluralista: de un lado los amigos y del otro Castells, Tumini, Pérsico, Samid y Delia. Lo que aparece como pretensión de pluralismo que da voz a los sin voz es la simple estrategia de darle espacio al que está desacreditado de antemano lo cual genera, mediante la estrategia de la disyunción excluyente, que se tome partido por el otro disyunto. En A Dos Voces, imagínese hasta qué punto el maniqueísmo existe que está expresado en su título: no hay tercera ni cuarta voz. Hay dos y ayer estaban las de la nueva ubicua estrella de la Coalición Cívica, Fernando Iglesias, un hombre tan correcto como predecible, un hombre que tiene bien aprendido el manual de los moderados; y del otro lado Delía. Delía es garantía de escándalo y rating, no importa lo que diga. Los medios lo invitan para que represente al gobierno y el gobierno se equivoca al dejar que eso suceda y al premiarlo con un lugar en el palco. Mientras tanto Delia dice algunas verdades pero nos gusta más el moderado no por lo que dice sino porque es moderado. Es una cuestión estética: de un lado un periodista/diputado/escritor/intelectual vinculado a todos los organismos internacionales correctos, respetuoso de los derechos humanos, desinteresado y republicano; del otro lado un negro afeminado gritón antijudío marxista y bolivariano. No importa el debate. Todo está resuelto a priori y se pasan por alto algunas afirmaciones interesantes que pueden ser útiles para la libertad de prensa. Al fin de cuentas, lo que pocos señalan es que el mayor peligro para la libertad de prensa no es la ausencia de conferencias ni la discrecionalidad del uso del dinero de la pauta. El mayor peligro, y este es el gran error del gobierno, es seguir permitiendo la existencia del oligopolio que ejercen los multimedios.
Pero quisiera detenerme en la problemática de la libertad de prensa ya que desde hace unos días, y tras la desaparición de ese “repentino” brote de sádicos adolescentes violentos que con sus celulares filman las golpizas a sus compañeros y satisfacen además sus instintos voyeuristas, vuelve a estar en la primera plana de los diarios.
El gobierno de los Kirchner fue criticado por el manejo discrecional e inequitativo de la pauta publicitaria y por no dar conferencias de prensa. Resulta tan estúpido suponer que un gobierno es más o menos democrático porque brinda conferencias de prensa que no vale la pena hacerle perder tiempo al lector. Pero el primer punto quizás sí resulta más atendible y fue y es el principal “caballito de batalla” del señor Fontevecchia, declarado opositor al gobierno. Tampoco hace falta decir demasiado acerca de que el dinero de la publicidad es estatal y no gubernamental. Sin embargo, ya que se discute ese punto resultaría interesante pensar cuáles serían los criterios adecuados para distribuir la pauta. ¿Qué significa darle a todos lo que les corresponde? ¿Quiénes son “todos”? ¿Todos los diarios? ¿Pero debería dársele lo mismo a un diario chico como el Cronista Comercial que a Clarín? Quizás no, pero quizás sí. En otras palabras, ¿es importante la tirada del diario/ revista o el Estado debería favorecer a los más desprotegidos de manera tal que promueva las visiones minoritarias en pos de la diversidad? Y si yo armo una revistita barrial, ¿debo recibir publicidad estatal? Y si yo tengo un blog, ¿debo recibir publicidad estatal? Francamente es un tema complejísimo y si bien hay legislación al respecto resulta muy difícil ser equitativo ante esta inmensidad de variables.
Pero lo que más polémica generó estos días fue el enfrentamiento del Gobierno con el Grupo Clarín. Aparentemente el detonante fue el dibujito de Sabat en que Cristina aparece con una venda en forma de cruz que le tapa la boca. Cristina hizo mención a esto en su discurso y lo interpretó, seguramente de manera algo exagerada, como un intento de “acallarla”. Parece desmedido. Sin embargo, esto pareció detonar una escalada que fue creciendo por la forma en que el Grupo Clarín cubrió el conflicto con el campo.
En este sentido, en el programa A Dos Voces, Bonelli y Silvestre dieron una patética demostración de cinismo y pusilanimidad. Abrieron el programa denunciando al gobierno de coartar la libertad de prensa puesto que en un acto de Cristina en la provincia de Buenos Aires, aparecieron carteles que se despachaban contra el diario Clarín y contra el canal Todo Noticias al que con un juego de iniciales y palabras acusaban de “Todo Negativo”. Con gesto adusto de preocupación e indignación, los conductores hicieron una defensa corporativa del Grupo y del periodismo en general, victimizándose y repitiendo hasta el hartazgo, que se trataba de periodismo independiente y que estaba en peligro la libertad de prensa y de expresión. Además apoyaron su argumentación en el supuesto pluralismo del programa que se caracterizaría por invitar a los diferentes involucrados en la actualidad argentina sin distinción ni ideológica ni partidaria. Me detengo aquí un momento y recuerdo también a Grondona puesto que, siguiendo esta idea, Hora Clave también sería pluralista o, si no lo fuese, sería porque los funcionarios del Gobierno han decidido no ir al programa. Pero veamos la composición de las mesas pluralistas. De un lado los que defienden una posición y del otro lado los antagonistas. Resulta interesante observar que los debates televisivos suelen reducir a dos las opciones. Es siempre una disyunción excluyente: o se está con uno o se está con los otros. No hay grises. Es llamativo que quienes más apelan a la necesidad del diálogo construyen desde el vamos un encuentro de extremos en el que no habrá diálogo sino superposición de certezas dogmáticas. Por otra parte, generalmente, de un lado están los moderados que, en muchos casos, es el revestimiento de representantes de la derecha y del otro lado están los contrarios a los moderados, esto es, los extremistas. Se produce así un interesante corrimiento: se invita a dos extremos pero uno de ellos parece como moderado. Nótese a quién invita Grondona: de un lado cualquier representante de la moderación y del otro lado algún impresentable de esos que muchas veces dicen la verdad pero lo dice de mala forma. Así, Grondona ha sido muy pluralista: de un lado los amigos y del otro Castells, Tumini, Pérsico, Samid y Delia. Lo que aparece como pretensión de pluralismo que da voz a los sin voz es la simple estrategia de darle espacio al que está desacreditado de antemano lo cual genera, mediante la estrategia de la disyunción excluyente, que se tome partido por el otro disyunto. En A Dos Voces, imagínese hasta qué punto el maniqueísmo existe que está expresado en su título: no hay tercera ni cuarta voz. Hay dos y ayer estaban las de la nueva ubicua estrella de la Coalición Cívica, Fernando Iglesias, un hombre tan correcto como predecible, un hombre que tiene bien aprendido el manual de los moderados; y del otro lado Delía. Delía es garantía de escándalo y rating, no importa lo que diga. Los medios lo invitan para que represente al gobierno y el gobierno se equivoca al dejar que eso suceda y al premiarlo con un lugar en el palco. Mientras tanto Delia dice algunas verdades pero nos gusta más el moderado no por lo que dice sino porque es moderado. Es una cuestión estética: de un lado un periodista/diputado/escritor/intelectual vinculado a todos los organismos internacionales correctos, respetuoso de los derechos humanos, desinteresado y republicano; del otro lado un negro afeminado gritón antijudío marxista y bolivariano. No importa el debate. Todo está resuelto a priori y se pasan por alto algunas afirmaciones interesantes que pueden ser útiles para la libertad de prensa. Al fin de cuentas, lo que pocos señalan es que el mayor peligro para la libertad de prensa no es la ausencia de conferencias ni la discrecionalidad del uso del dinero de la pauta. El mayor peligro, y este es el gran error del gobierno, es seguir permitiendo la existencia del oligopolio que ejercen los multimedios.
Dante, no es “tan estúpido suponer que un gobierno es más o menos democrático porque brinda conferencias de prensa”. Puede ser inocente pensarlo, quizás, habría que debatirlo mejor. Pero no hacerlo, de movida, estás quitando la posibilidad, el derecho y el deber profesional de que el periodismo pregunte y no que se enfrente a un discurso. Después, podemos incluso hablar de la calidad periodística. Ese es otro tema.
ResponderEliminarSegundo tema, los criterios para distribuir la pauta está reglamentado. Pero, es cierto, que todos los gobiernos la manejaron de manera discrecional, sobretodo, en los medios provinciales que es casi toda su torta, y no tanto en los nacionales (Clarín, La Nación).
Por ahora, los blogs no cotizan. Entre otras cosas, porque no hay ningún tipo de regulación en Internet, de ningún tipo. Aunque podrías pedirle a Albistur que te ponga una pauta en tu blog y bien podría concedértelo, por aquello del dinero discrecional.
Dicho esto, estoy de acuerdo con que el peligro de la “libertad de prensa” es, vaya paradoja, la “libertad de empresas” que manejan la información. Por eso molestan. Porque el poder que manejan no lo tienen, ni siquiera, un/a presidente/a elegido por el voto popular.
Dante, querido...
ResponderEliminarestuve charlando sobre lo ocurrido anoche en "A dos voces" con mucha gente y reflexionando, y llego a casa y leo tu articulo que refleja, casi con exactitud lo que pienso.
La mediocridad de los representantes del establishment periodistico (Sylvestre y Bonelli, por Dios!! q precariedad de pensamiendo y de expresiòn!!), las verdades que dicen los que "caen mal" en las capas medias (D`elìa, Persico, Samid, etc.), el peligro de la concentraciòn de la informaciòn en pocas manos..., en fin... lo veo tal y como lo escribis...
Tambien creo q no tiene sentido alguno debatir acerca de cuan democràtico es un gobierno segun la cantidad de conferencias de prensa que ofrezca.
En cuanto a la pauta oficial, creo es un tema bien complejo, pero tambien creo que es momento de discutir seriamente como repartirla. No existe nada legal que lo defina claramente. Pero como los beneficiados con el sistema actual son los mismos de siempre (Grupo Clarin, fundamentalmente) intuyo que pasaremos varios años mas sin que se regule. Y coincido en que el error del Gobierno es sostener este modelo.
Un ultimo comentario acerca de la caricatura. Los dibujantes salieron a defender a Sabat corporativamente. Es un gesto loable de su parte... pero resulta evidente que razonaron fuera del recipiente... la crìtica (quizas desmedida, es cierto) de Cristina no era para el caricaturista, se cae de maduro. Era para el diario que lo publica, ya que esta a las claras de cualquiera con mas de una uña de frente que los dibujos que Sabat hace, son a pedido del editor y no por mera ocurrencia propia.
Abrazo.
Ah, claro, patético lo de A Dos Voces, pero Cris cuando hizo un escándalo por la caricatura de Sábat ¿qué hizo?, ese espantito sí que fue patético.
ResponderEliminarDante y comentaristas: simplemente quería hacer llamar la atención de algunas cuestiones para las que no tengo ningún tipo de respuesta...
ResponderEliminar1) Es falso que un gobierno sea más o menos democrático por brindar conferencias de prensa porque la premisa de esa suposición es que el “cuarto poder”, el periodismo, es la voz de la sociedad civil. Esto es una premisa nefasta porque se olvida que detrás de los intereses empresariales de las enormes, enormes transnacionales de medios hay intereses económicos. La sociedad civil no tendría que necesitar al periodismo para expresarse. En todo caso una sociedad es más o menos democrática no porque haya más periodistas o periódicos, sino porque es consciente de sus elecciones reales y diarias. Pongo el caso que no podemos discutir ahora por la finitud de nuestra existencia: Cuba es un país de altísimos niveles democráticos con un solo diario del partido.
2) ¿Ustedes saben cuál fue el gobierno que menor cantidad de juicios por calumnias le hizo a periodistas? Si contestaron que fue el gobierno de Menem, se equivocan, de hecho fue el que más… En la dictadura a muchos periodistas directamente los desaparecieron, con lo cual ni siquiera les hacían juicios. Entonces, si tenemos que empezar por algún lado, empecemos por ahí. Empecemos la discusión sabiendo que hay un gobierno que rompe con las tradiciones con respecto a la intimidación a los periodistas.
4) ¿Qué es la libertad de prensa? ¿Que La Nación publique que hay ruralistas armados en los piquetes y pase como si fuera un dato menor?
5) Me pregunto: ¿por qué “los kirchneristas” acusan a los medios de estar en contra de ellos y distorsionar la realidad y los “no kirchneristas” acusan a los medios de estar comprados por el gobierno?
3) ¿Ustedes se dieron cuenta lo que puede llegar a generar que la gente pueda subir indistintamente a la Internet cualquier “noticia” y la pasen por TN? Ya no estamos contra un Estado policía, ahora estamos contra medios policíacos. A mi, personalmente, me parece terrible.
Termino el punteo aca… Simplemente porque tengo que ir a estudiar… Estos debates son infinitos.
Muy buena la nota.
Un saludo a todos en general y a cada uno en particular…
Fernando
Fernando/anónimo: disiento con vos en que el periodismo es la voz de la sociedad civil o pretenda serlo. La labor del periodismo es, precisamente, que la sociedad civil se informe. Estoy de acuerdo con el poder que ejercen las empresas periodísticas, pero eso son políticas empresariales y no periodisticas. Claro, hay una injerencia. Pero, ¿porque existan las prepagas tenemos que cerrar la facultad de Medicina, porque entonces, todos los médicos son una mierda? No me parece. Tampoco me parece que esta modalida de periodismo 3.0 nos convierta en una sociedad policíaca o buchona. En tal caso, se están cambiando las reglas de informar e informarse. Y no pienso que Cuba sea tan democrática como planteás, más allá que ahora tenga 2 diarios. Pero cada pueblo tiene derecho a elegir el sistema que más le guste.
ResponderEliminarNo sé, digo.
Voy a tratar de no monopolizar el debate. Pero ya que me han contestado voy a tratar de convences a alguien de mis argumentos o, liza y llanamente, de las cosas que dije…
ResponderEliminar1) Nadie puede ser la voz de la sociedad civil porque la sociedad civil en realidad no existe, es un concepto que inventó el liberalismo económico y político para ocultar los diferentes intereses que en una sociedad están en pugna. Lo que puedo llegar a aceptar es que haya diferentes medios para diferentes intereses en este conjunto sumamente heterogéneo que hemos dado en llamar “sociedad civil”. Ahora bien, que no me digan que Clarín es la voz de los que no tienen voz. Que no me digan que Clarín o La Nación son los multimedios de los ignorados. Ellos simplemente representan a una parte, a unos intereses específicos de la sociedad entre bambalinas y nos hacen creer que en realidad nos representan a todos. Últimamente han pasado por el canal TN una propaganda muy linda cuyo spot publicitario (o no sé cómo llamarlo) es “Todos fuimos tal cosa…”, “Todos hicimos tal cosa…”, “Todos algo…” pretendiendo hacernos creer que la realidad es algo objetivo y que ellos son los abanderados de la objetividad. ¿Ese “todos”, quiénes son? Yo, personalmente no les creo. No les creo que sean objetivos simplemente porque, como dije antes, defienden ciertos intereses y no a la sociedad civil. Además me gustaría saber cómo se diferencian en las empresas periodísticas las políticas empresariales y las políticas periodísticas…
2) Hay técnicas de control llamadas panópticas en las que el vigilado es observado virtualmente, él no sabe cuándo lo están controlando, por lo tanto, se cuida siempre de estar en la ley. Es decir, el sujeto es culpable antes de cometer cualquier delito. Esto lo desarrolla mucho más ampliamente y detalladamente Foucault en un librito que se llama “Vigilar y Castigar”. Yo creo que lo que esta pasando con la Internet asociada con los medios o es un panóptico o va en vías de ser eso. Con lo cuál, a mi me parece nefasto. Me gustaría saber quién o quiénes son los que cambian las reglas de informarse. Quién regula al que cambia las reglas. Y no nos olvidemos, las reglas, las normas, son para favorecer a algunos y para reprimir a otros. ¿Aquí no hay intereses políticos y económicos de por medio? ¿A quién le interesa que “cambien las reglas de informar y de informarse”?
3) Y si, es verdad, cada pueblo tiene el derecho de elegirse el pueblo, no que más le guste, sino el que lo defienda mejor, porque el objetivo de toda sociedad y de todo poder es defenderse. A mi Cuba me parece la sociedad más democrática del mundo, entre muchas otras razones, porque TODOS tienen nivel universitario asegurado en la isla y eso se combina con elecciones democráticas que suceden asambleariamente en todas las esquinas de los barrios anualmente.
Finalmente, Theresa Neelem no entendí el tema de los médicos. Sinceramente te lo digo.
Espero una respuesta así continuamos en este ejercicio de los debates que tanto le hacen falta a nuestra sociedad…
Fernando
Fernando, creo que estamos de acuerdo en el planteo. Yo simplemente hablo de la profesión periodística, no de las empresas periodísticas. Está claro que los llamados "grandes medios" monopolizan la información y ese es el verdadero atentado contra la libertad de prensa. Lo del panóptico está bueno como idea de debate, deberíamos actualizar un poco más el concepto, seguir tirando de la cuerda. Pero es una realidad que las nuevas tecnologías están cambiando la forma de informarSE e informar. Este blog forma parte de esa transformación. POr algo entramos, leemos y debatimos, posteamos y hacemos comentarios.
ResponderEliminarPero ademas, en los medios de todo el mundo ahora hay una sinergia que convierte al periodista gráfico, tradicional, en un "periodista multimedia". Te informo que Clarín está en eso justamente en este momento. Ya vas a ver a periodistas saliendo con una handycam: con el mismo material escribirá para el diario de papel y para la versión digital.
Nada, te cuento. Es un debate que se deben los periodistas.
En cuanto a los "médicos" fue un ejemplo grosero de decir: porque exista Clarín o La Nación o cualquier medio que quieras nombrar, no caigamos en decir que el periodismo o los periodistas es la misma mierda por solo el hecho de ejercer su profesión acaso en alguno de esos medios.
Creo que la intolerancia es el enemigo de cualquier libertad. Y si quieren refrescar la memoria sobre D`Elía, devenido en vocero del oficialismo y defensor de la libertad de expresión (¿cuál?) los invito a mi blog.
ResponderEliminarDante maestro, Dante amigo!
ResponderEliminaraún no salimos del shock que nos produjo haberlo visto en un blog amigote!!!!
Ahora, te equivocás, nos no paramos hasta el Nobel de la Paz!
Saludos y ...ya era hora!...que es la vida sin un rato de relax y pavadas.(Ahora que lo pensamos, anónimo se confundió y nos escuchó a nosotros).
Saludos!
p/d:Nos resistimos a pensar el día de hoy.Estamos de franco.Asi que no hay acotaciones para tu nota por el momento.
Más saludos!
Los muy sinceros PyZ