lunes, 15 de julio de 2013

Bestiario político argentino N° 8: Los Baldanders (publicado el 12/7/13 en Diario Registrado)

Los estudiosos afirman que el vínculo entre los Baldanders y el mito de Proteo es demasiado evidente pues, como indicaba Homero en Odisea, este hijo de Poseidón transformaba su naturaleza constantemente con el fin de no ser atrapado: podía ser león, agua, jabalí, árbol o lo que la situación requiriera. Algo similar sucedía con los Baldanders, voz alemana que puede traducirse, según Borges, por “Ya diferente” o “Ya otro” y que es entendido por el autor de El Aleph como “un monstruo sucesivo”. Según Gilles Deleuze “[la idea de monstruo sucesivo]  significa que lo que lo transforma en digna criatura de un bestiario no es el producto de sus transformaciones, pues ni un león ni un árbol tienen por qué ocupar un lugar en una clasificación teratológica. Lo que lo hace monstruoso es la acción de mutar independientemente de aquello hacia lo que mute, su nomadismo, ese no ser constante, su devenir […] ese ser otro esencial que lo convierte en pura acción, pura intensidad y línea de fuga, […] ese “ya diferente” que ahora no es y se desterritorializa”.

Como Proteo, los Baldanders son pastores de focas y una vieja leyenda afirma que éstas aprendieron a aplaudir cuando, sin notar que su guía se había transformado para seducir y liderar otras manadas, creyeron que su pastor se había perdido en la playa. En el siglo XVII los Baldanders reaparecieron en una novela picaresca de Grimmelshausen y en la actualidad “Baldanders” es el nombre del máximo villano de un video juego llamado Final Fantasy. Se dice que todos llevamos un Baldanders dormido dentro y que éste se despierta cuando se desea mucho un cargo.               

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