La ostensible operación política
orquestada por el Grupo Clarín, editorial Perfil, el diario La Nación y unos periodistas uruguayos
para quitarle credibilidad a Víctor Hugo Morales tuvo ayer su apogeo en el
programa de Jorge Lanata cuando éste mostró un informe en el que,
aparentemente, había pruebas de una complicidad del periodista y relator de
fútbol uruguayo con la dictadura de su país. Advertido de esta operación, el
propio Morales se anticipó y publicó hace algunas semanas una pequeña
revista/libro en la que muestra, entre otras cosas, los expedientes de los
servicios de inteligencia uruguayos donde queda en evidencia que él estaba
siendo observado por sus presuntas simpatías con los tupamaros.
Yo tengo posición tomada y la trayectoria de
Víctor Hugo ayuda a estar de su lado pues se podrá criticar alguna que otra
actitud del periodista de Continental durante el conflicto con la 125 pero
nadie en su sano juicio podría dudar del compromiso de Víctor Hugo con la
democracia. Alguno dirá que el uruguayo está recibiendo algo de “su propia
medicina” si se interpretara por tal que éste es simpatizante del gobierno y
que hay una estrategia política del oficialismo de salpicar con la dictadura a
todos los opositores actuales. Sin embargo, no creo que tal estrategia exista y
si hubiese sectores del kirchnerismo que abonasen esa idea se estarían
equivocando pues es verdad que todos aquellos individuos con simpatía con la
dictadura están en contra del kirchnerismo pero eso no significa que todo
opositor al gobierno sea pro dictadura. Es más, el propio Jorge Lanata no es
alguien al que se pueda vincular con la dictadura más allá de que su empleador actual
esté acusado de complicidad civil y los intereses que ahora defiende desde su
programa de radio y televisión sean coincidentes con los de Cecilia Pando.
Dicho esto, lo que está en juego es el hoy
y el mañana: Lanata es la carta a la que apostó el Grupo Clarín en su nueva
estrategia de disputa cultural contra el gobierno. Defendiendo la idea de
periodismo independiente, el grupo perdió y mostró que es tan militante como
cualquier otra visión del mundo. Ahora apunta a limar la credibilidad del otro
con cinismo y efectismo pero sin reivindicar para sí superioridad. Por ello
acude al ex director de Página 12, pues, sabiéndose mercenario, Lanata trata de
mostrar que todos son de su condición. Con esta idea de fondo, había que poner
en pantalla un programa político como nunca había sucedido desde que el canal
se privatizó y había que rivalizar directamente con aquellos referentes que le
ganaron la disputa comunicacional: la propia presidente, 678 y Víctor Hugo
Morales. Contra la primera, se utiliza el recurso harto trillado y ya muy bien
trabajado por Marcelo Tinelli de la imitación caricaturesca y burlona, algo que
en los últimos programas de Lanata prácticamente ocupa la mitad de la emisión.
Contra 678, el ex columnista del fugaz y extinto sensacionalista Diario Libre se despachó insólitamente en decenas
de reportajes para ganarse el lugar de principal cara visible contra la “gran
usina de comunicación K”, bautizó a su programa con las siglas de la productora
que creó el programa conducido por Luciano Galende y Carlos Barragán, y
contrapone las fotos de televidentes haciendo “fuck you” a “El club de la buena
onda” seisieteochesca. Pero hoy Víctor Hugo es una figura muy importante porque
goza de gran credibilidad en la sociedad y desde una radio opositora llega a un
público menos convencido que el habitué de la autoapodada “Tanqueta”. Contra
Víctor Hugo, Lanata salió a competir en el horario del domingo a las 23hs y
ahora agrega no sólo el informe mencionado sino el haber escrito el prólogo
para el libro de presunta investigación que contendría las supuestas pruebas
que vincularían a Víctor Hugo con la dictadura. En este contexto, es de esperar
que sobrevengan nuevos embates en esta batalla simbólica por el sentido. Frente
a ella, como diría el filósofo Gilles Deleuze, “no hay lugar para el temor ni
para la esperanza: sólo cabe buscar nuevas armas”.
"en el programa de Jorge Lanata cuando éste mostró un informe en el que, APARENTEMENTE, había pruebas de una complicidad del periodista y relator de fútbol uruguayo con la dictadura de su país."
ResponderEliminarPero si el mismo general lo confirmo. Eso sigue siendo APARENTE o es REAL?
VHM se fuma un caño y todo le chupa un hue!!
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