domingo, 15 de diciembre de 2019

Alberto y las incógnitas de los primeros días (editorial del 14/12/19 en No estoy solo)


Tras la euforia de la asunción, los primeros días de gestión se enmarcan en lo simbólico independientemente de que el discurso de Alberto del 10 de diciembre, además de lineamientos generales, avanzó en algunas promesas más o menos concretas. El discurso fue correcto y contrasta con las intervenciones vacías y reñidas con la fluidez del expresidente. El nuevo presidente, presentado ya no como “presidente de la República” sino como “Presidente de la Unidad de los Argentinos” (en lo que puede leerse como todo un dato), conformó incluso a muchos críticos aunque, claro, se verá cómo se instrumentan y el alcance de lo que hasta ahora solo han sido declaraciones. Porque resulta claro que el poder judicial hay que reformarlo pero todavía no hay precisiones y las resistencias serán feroces; en cuanto a los medios, tampoco queda claro el alcance del anuncio de mantener la cantidad de pauta oficial para no dañar a las empresas pero no utilizarla para publicitar acciones de gobierno sino para fines educativos. Más allá de que el sentido de la pauta, como indica toda la tradición republicana es, justamente, dar a conocer las acciones de gobierno, no queda claro cómo sería este giro. Asimismo, resulta evidente lo que quiso decir el presidente cuando afirmó que no habrá más pauta para periodistas en particular, pero allí también aparece un interrogante puesto que si la pauta solo va a grandes medios o a empresas, etc., puede salir el tiro por la culata ya que el Estado estaría centralizando el dinero favoreciendo a las empresas en contra de muchos periodistas independientes que pagan espacios y sostienen sus programas gracias a esa pauta. Además, las operaciones de prensa no se hacen con plata en blanco que ponga el Estado para el blog que algún periodista sostiene solo como pantalla; se hace con plata en negro, en algunos casos de la caja chica y en otros casos de fondos reservados como pueden ser los de la AFI. Es tan delicado el panorama de los medios hoy y es tanta la dependencia de éstos hacia las pautas de los distintos niveles del Estado que un paso en falso en ese sentido podría ser determinante. Conocer cómo es el modelo de negocios actual, tomar en cuenta la experiencia fallida de los últimos años de kirchnerismo en el que los beneficiarios fueron, en algunos casos, empresarios que dejaron trabajadores en la calle, y partir del actual escenario en el que la concentración mediática se ha profundizado resulta esencial.
Se anunció la intervención de la AFI y, justamente, la eliminación de los fondos reservados pero todavía tampoco se sabe bien qué se va a hacer y anunciar una medida así sin una acción inmediata puede ser peligroso.
En lo que tiene que ver con la economía, la situación también es una incógnita: por lo que se ve, la cartera económica fue subdividida y a diferencia de otras administraciones, el ministro central es Kulfas (de producción) y no Guzmán (de Economía). Este último aparece orientado a la renegociación de la deuda. Pergaminos académicos pero falta de experiencia en gestión abren un interrogante porque un buen paper no garantiza éxito cuando en la mesa te enfrentas a unos gurkas.
También resulta incierto cuando se habla de pedirles solidaridad y un esfuerzo a los que más tienen. En todo caso, está muy bien que se declare públicamente eso pero entiendo que el nuevo gobierno debe tener alguna herramienta más para sentarse a negociar. Ojalá así sea.
En lo que respecta al gabinete hay equilibrio entre personas con experiencia y trayectoria y otras que no. En algunos casos, parecen mejores quienes secundan que quienes encabezan y está claro que con algunas designaciones tuvo que “pagar” las apoyos recibidos. Hay áreas relevantes y cargos de mucho peso en los que, a juzgar por las designaciones, pareciera que Alberto ha decidido no delegar y ser él mismo quien se encargue. No demos nombres para no ofender a nadie pero ustedes pueden imaginar.
Asimismo, las urgencias son enormes pero se ha declamado muchísimo sobre la importancia de la educación y la ciencia. Es bueno el equipo que secunda a Trotta y es bueno el equipo que va a ciencia. La diferencia con lo anterior es abismal y se descuenta que habrá recursos porque hay una decisión política de que así sea. Sin embargo, resta que se conozca el plan en ambas áreas. Decir “más y mejor educación y más y mejor ciencia” es fácil pero tendrá que ser el gobierno popular quien encare debates internos incómodos para el progresismo. ¿Acaso todo pasa por más becarios y más investigadores CONICET sin que demos la discusión acerca del perfil de egresados y de para qué queremos doctores? ¿Todo el problema educativo lo vamos a reducir a un problema de salarios o vamos a aceptar que los docentes están mal pagos pero también están mal formados y tienen algunas prerrogativas que podríamos discutir? ¿Las reformas necesarias en el estatuto docente las va a hacer el gobierno nacional y popular o para no entrar en conflictos internos dejará ese frente abierto para que el próximo gobierno de derecha que alguna vez regrese al poder tome algunos datos reales y arrase con todo? Entiendo que esto no se puede encarar en el corto plazo pero en el mediano plazo debería ser una oportunidad que no hay que desaprovechar.
En cuanto a los conflictos que vienen, por lo que puedo prever, los principales ataques de la oposición, en un principio al menos, serán fuertemente ideológicos y se darán en el terreno de la moral. El tema “seguridad” estará en el eje y, de repente, los grandes medios volverán a repetirnos en loop el robo de la esquina tomado con cámara de seguridad, el asesinato del día, etc. Elegir allí a alguien como Frederic es toda una declaración de principios pero auguro enorme cantidad de conflictos para controlar las fuerzas de seguridad en un contexto en que la disputa entre garantismo y punitivismo estará a la orden del día. De hecho, casi como un aviso, en el primer día de gestión, la cuenta de Twitter de la flamante Ministro fue hackeada.
Quien parece entender que en seguridad habrá conflicto es Kicillof y justamente por ello allí designó a Berni, un hombre de las fuerzas, y no una antropóloga del CONICET. El tiempo dirá si es correcta la perspectiva de Alberto o la de Kicillof. También en el terreno de lo moral la cuestión del aborto estará en el centro tal como se sigue de las designaciones en el Gabinete. Allí el conflicto es transversal a los partidos porque es transversal a la sociedad. Macri abrió el debate pensando que cualquier resultado sería ganancia para él y en parte se equivocó. Aquí también el final es abierto. La línea de Alberto es la de profundizar la variante progresista que es muy potente en grandes centros urbanos con presencia de clases medias ilustradas. Pero Alberto también ha recibido el apoyo de la otra mitad del país, especialmente vinculada a provincias del norte y al peronismo más clásico, que a pesar de no tener peso en la agenda mediática, es cuantitativamente relevante. El gobierno parece decidido a avanzar y allí habrá conflicto. 
Antes de terminar, y habiendo mencionado a la Provincia de Buenos Aires, hay que decir que en sectores del Frente de Todos hay quienes se sienten destratados y, por lo bajo, acusan a Kicillof de cortarse solo o armar un gabinete que, salvo honrosas excepciones, está armado con “los propios”. También hay sectores del Frente de Todos que indican que a nivel nacional, más allá de que se ha tratado de contentar a todos y cargos nunca sobran pero hay suficientes, las principales cajas han sido para un sector en detrimento de los otros, repitiendo viejos errores. Una vez más, estos enconos iniciales hoy se reducen a mucha gente enojada que putea por lo bajo. Si esa mucha gente enojada en un tiempo acaba generando un cisma es imposible saberlo.
Como venimos advirtiendo, vivimos en un mundo en el que los tiempos de los procesos se acortan. Si a esto le sumamos el caso específico de Argentina, el nuevo gobierno se enfrenta a una sociedad que mayoritariamente lo apoya pero que tiene poco margen y, por ende, poca paciencia. Además, en frente hay una oposición agazapada y esa oposición es Laura Alonso twitteando que si el peronismo refugió nazis es normal que ahora le abra las puertas a dictadores y asesinos del siglo XXI como Evo Morales. Es decir, la oposición al gobierno nacional y popular está y será encabezada por referentes cuyo posicionamiento está lejos de la búsqueda de consensos y el respeto por las tradiciones e identidades que constituyeron este país. La oposición serán los Laura Alonso y no los Lipovetzky, esto es, aquellos que votaron todos los ajustes de Macri, pero que tenemos que quererlos porque son pañuelo verde. Sería bueno que esto estuviera claro y no equivocar el diagnóstico.
Por todo lo dicho, en este contexto hay que ser muy preciso porque no habrá espacio para el error, ni para las divisiones ni para la improvisación.

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