Algunas semanas atrás, en este mismo espacio, les decía que,
paradójicamente, el gobierno que pregonó por un “Pacto de La Moncloa
Argentino”, había roto quizás el único acuerdo básico fundamental del último
período democrático. Me refiero a la política de Memoria, Verdad y Justicia.
Así, de repente, aparecieron negacionistas y todas las variantes de aggiornadas
versiones de los dos demonios en tribunas afines y en boca incluso de
funcionarios de alto rango a los que no se les pidió la renuncia tras esas
expresiones. Lo que estuvo saldado por la justicia está nuevamente sometido a
debate en una opinión pública que baila el ritmo de las redes sociales y del
“opinionismo radical”.
El último fallo de la Corte, otorgando el 2 por 1 a un
represor, no es obra del Poder Ejecutivo pero es un fallo que solo puede
entenderse en un clima de época, más allá de que no resulta menor indicar que
dos de los tres votos fueron de los Ministros de la Corte impulsados desde el
Ejecutivo. Esto demuestra, además, hasta qué punto el Poder Judicial es un
espacio muy poco neutral, independientemente de que se quiera presentar a
algunos de sus miembros como superhéroes, y cómo el derecho es una disciplina
en la que existen enormes márgenes de interpretación cada vez más expuestos a
las presiones mediáticas cuando de temas sensibles se trata.
El repudiable fallo ha logrado el enérgico rechazo de
sectores de izquierda, centro y centro izquierda de nuestro país, y existe una
enorme tentación a suponer que tal rechazo es prácticamente unánime. Sin
embargo, tomando en cuenta que la radicalización ideológica del macrismo quizás
no sea simplemente producto del desgaste sino también una puerta abierta por
sus estudios de focus group, cabe preguntarse
si un gobierno empeñado en dar una batalla cultural desde el primer día, no
está frente a su primer triunfo.
Lo diré de otra manera: ¿y si resultara que una porción cada
vez más grande de la población está de acuerdo en olvidar el pasado desde una
vacía noción de “reconociliación” y considera que el peronismo es el problema
de este país, que los sindicalistas son todos ladrones, que los docentes no
laburan, que hay que reprimir la protesta, tener mano dura con los delincuentes
y que todo lo que sea estatal huele a prebendas y a clientelismo? Si
efectivamente fuera así, habría que parafrasear a Alfonsín y afirmar que si la
sociedad se estuviera derechizando, más que derechizarnos, lo que habría que
hacer es prepararse para perder elecciones. Sin embargo, al menos por ahora, no
creo que existan mayorías intensas en las que ese discurso pueda penetrar como
tampoco creo que se puedan ganar elecciones con la agenda del paginadocesismo
en la que se encuentran sumergidos ciertos sectores del progresismo kirchnerista.
Con todo, como alguna vez indicara aquí, este gobierno ha sido muy eficaz para
hacer aflorar un sentido común con perfume protofascista que el kirchnerismo
había logrado aletargar pues si bien no lo había podido erradicar, al menos le
hizo sentir algo de culpa y, por las dudas, lo arrinconó con el nuevo léxico
progresista, léxico de lo políticamente correcto, de lo que podemos y de lo que
no podemos decir.
De modo que frente a este fallo cabe la indignación y cabe
el repudio pero también hace falta asomar la nariz un poquito más allá del
microclima. Porque este gobierno ha sido más exitoso en lo cultural que en lo
económico. Es más, podría decirse que en lo económico ni siquiera ha podido
cumplir con las metas de un proyecto liberal. Pero en lo cultural avanzó a
pasos agigantados. No advertir eso y seguir pescando en la pecera puede ser un
error político y comunicacional garrafal.
Por todo esto, temo que nos hayan engañado y mientras
seguimos con la atención puesta en la salida de la recesión y el crecimiento
vertiginoso de la deuda, los brotes verdes que espera el gobierno se vean más temprano
en su hegemonía cultural que en un exitoso plan económico.
Como votante de Macri pienso que la batalla cultural la ganaron los K. Recuerdo una nota de LN que decia que incluso la mayoria de los anti-K creen en algunos postulados tipicos de los K como "los medios tienen sus propios intereses" y otros.
ResponderEliminarOjala sea como vos decis y realmente se este produciendo un cambio en la sociedad, porque si es asi hay una esperanza de dejar atras al kirchnerismo y padre de todos los males, el peronismo.