Poco dato duro
y mucha especulación blanda parece haber arrojado el análisis de los resultados
de las elecciones legislativas en Argentina. Tal combinación no es casual pues
cuanto más se intenta revestir de reflexión sesuda una expresión de deseo, más
necesario es diluir la frialdad de los números en titulares concluyentes. De
hecho, hasta ahora, no ha habido editorialista de medio hegemónico que se haya
privado de asociar la palabra “derrota” y la sensación de “fin de ciclo” con el
kirchnerismo. No aprendieron del cachetazo que les dio lo sucedido entre 2009 y
2011 cuando el gobierno que anunciaban en retirada terminó alcanzando el 54% de
los votos; o quizás sí lo aprendieron pero el público se renueva, la memoria es
frágil y el continuo estado de emoción los vuelve casi inimputables. Por mi
parte, quiero brindar una cuota de especulación blanda e irresponsable pero
también algún dato duro. Porque el dato duro dice cosas. Dice, por ejemplo, que
el kirchnerismo es la primera minoría a nivel nacional tras 10 años de
gobierno, que va a mantener el quórum propio en ambas cámaras, que pasó de un
26% en las PASO a un 33% en las elecciones del domingo último ganando en la
mitad de las provincias, (revirtiendo resultados en San Juan, La Rioja y la
ciudad de Formosa), y realizando performances dignas en Córdoba y Santa Fe,
tanto en relación con lo sucedido en esas provincias en 2009 como en las
últimas internas abiertas y simultáneas. Sin embargo, los datos duros también
muestran que el kirchnerismo perdió en los 5 distritos más numerosos del país.
Al menos 4 de ellos (CABA, Mendoza, Córdoba y Santa Fe) generalmente le
resultaron hostiles pero el resultado de la Provincia de Buenos Aires ha sido
el más sorprendente más allá de que la diferencia de casi 12 puntos era
previsible tras las PASO, y que el propio Néstor Kirchner había perdido allí
una elección de medio término frente a De Narváez.
Expresados ya
los datos duros, permítame la especulación, aquella de la que tanto vivimos los
que tenemos la posibilidad de brindar una opinión en un medio masivo. Porque no
hay nada mejor que hacer futurología en el contexto en el que un oficialismo
pierde en los 5 distritos cuyo peso electoral alcanza, sumado, casi el 70% del padrón
y que, en tanto tal, conlleva que cada uno de los triunfadores se transforme
naturalmente en potencial candidato a presidente. Pero es ahí donde el
optimismo opositor debiera ser algo más cauteloso porque si el gobierno la
tiene difícil con una base del 33%, imagínese cómo la tiene el resto. Con esto
quiero decir que frente a un kirchnerismo más o menos abroquelado que resistió
la fuga masiva hacia el massismo tras las PASO, hay una enorme atomización de
candidatos: Cobos en Mendoza por la UCR; De la Sota en Córdoba por el Peronismo
residual (con un candidato que obtuvo apenas el 26% de los votos); Binner en
Santa Fe por el socialismo; Macri en CABA por el PRO, y Massa en la Provincia
de Buenos Aires por el todavía gelatinoso Frente Renovador. A ninguno de ellos
le alcanzaría por sí mismo para ganar en 2015, de lo cual se sigue la necesidad
de alianzas que nunca están exentas de dificultades. Quizás la relación más
natural se pueda dar entre Cobos, Binner y un UNEN con Carrió a la cabeza, para
intentar transformarse en un polo que pudiera atraer al menos a un 25% o 30%
del electorado; a su vez, por el lado de
la derecha peronista, un De la Sota que deberá dar un paso al costado tendrá
que elegir entre el apoyo a Massa o a Macri, candidatos que representan un
mismo sector del electorado y que ayer se lanzaron abiertamente a la carrera
presidencial.
Pero aquí empiezan los problemas: ¿acaso la
UCR, el socialismo y UNEN se animarán a dirimir su interna en las PASO del
2015? ¿Binner y la UCR aceptarían, eventualmente, apoyar a Carrió como
candidata a presidenta? ¿Carrió aceptaría apoyar a alguien que no sea ella
misma, o, al menos, a algunas de las múltiples personalidades que conviven en
ella misma? Por otra parte: ¿Macri se bajará de la carrera presidencial una vez
comprendido que el candidato del establishment que ha picado en punta ya no es
él? ¿Un Massa envalentonado y nueva esperanza blanca de las corporaciones le
cederá en bandeja el liderazgo a Macri para dedicarse al “premio consuelo” de
intentar ser gobernador de la provincia de Buenos Aires? La situación es
difícil porque Macri no tiene otra alternativa que presentarse como candidato a
presidente pues, de no hacerlo, será el fin de su intentona en la política y la
inmediata disolución del PRO; asimismo Massa están en condiciones óptimas para
intentar pegar el gran salto y esas oportunidades no pueden desaprovecharse. Pero
ser favorito durante dos años es demasiado desgaste y la sobre-expectación
puede generar un efecto contrario especialmente en muchos de los votantes que a
juzgar por los titulares de los diarios creen que Massa asumirá como presidente
la semana que viene.
Ahora bien, si
sucediera que ninguno diese el brazo a torcer y Carrió, Cobos, Binner, Massa y
Macri se presentaran como candidatos con fuerzas propias, el principal
beneficiado sería el kirchnerismo. De aquí que los años venideros serán de un
claro intento por liderar la carrera no tanto para ganar adhesión entre la
ciudadanía sino para ser los ungidos en el ámbito donde se resuelven las
candidaturas, esto es, aquel manejado por lo que algunos llaman “círculo rojo”.
Serán, entonces, los poderes fácticos los que intentarán que estas potenciales
ofertas se reduzcan a una o, en su defecto, a no más de dos. Si esta reducción
no sucede no será por diferencias ideológicas con aquellos poderes sino por
ambiciones personales de los candidatos.
Del lado del
kirchnerismo, el dilema que parece plantearse es el de “entregarse” a Scioli o
el de erigir un candidato “del riñón” aun cuando esto conlleve un riesgo alto
de salir perdidoso. El gobernador de la Provincia de Buenos Aires especula con
que CFK no tenga otra alternativa que depositar la sucesión en él pero todos
sabemos que hay grandes sectores del kirchnerismo que verían en esa acción un gesto
desesperado que podría generar una victoria pírrica a cambio de una
desfiguración identitaria irrecuperable cuyo costo se pagará en los años venideros.
Pero
independientemente de cuál sea el elegido para disputar el 2015 bajo el espacio
kirchnerista, lo cierto es que quedan dos años de gobierno en el que se pueden
generar grandes transformaciones como ya quedó demostrado tras el resultado de
2009. La clave, en este sentido, parece ser la generación de un cordón de
protección hasta el fin del mandato de la presidenta en el que intervengan los
diputados y senadores que aseguran, al menos formalmente, el quórum propio, los
gobernadores afines y el partido justicialista. Esas tres patas institucionales
buscando una fuente, son las que, juntas, deberán tolerar la andanada furiosa
que se avecina por obra, boca y pluma de los que han visto tocados sus
intereses con las políticas desarrolladas en los últimos diez años e
interpretan que están ante la gran oportunidad de regresar a un tiempo en los
que las disputas se daban entre candidaturas pero nunca entre modelos de país.
Coincido con tu realista y equilibrado analisis.
ResponderEliminarLa oposicion la tiene mucho mas dificil,ya que no solo alberga apetencias tan legitimas como miserables,a la presidencia ,si no que carece de proyecto politico que no sea el de las corporaciones mediaticas.
El kirchnerismo dara la discusion,a riesgo como vos bien señalas de que le cueste la derrota,en ningun anlisis entra que el tibio de Scioli sea el candidato! Y digo que esta bien que asi sea,no se pueden entrgar 10 años de conquistas!
Saludos Cordiales Dante!!
Coincido con vos en el analisis brillante que haces,la oposicion la tiene mas dificil,no tiene proyecto politico que no sea el de las corporaciones mediaticas,ha entregado todas sus banderas y no da ninguna discusion,ademas tiene que lidiar con apetencias personales miserables que se ven dificl de negociar.
ResponderEliminarEl Kirchnerismo dara su discusion y debera elegir fuera de Scioli,el sucesor,a riesgo como bien señalas de perder.Pero tambien perder significaria elegir a Scioli,que no dudaria en pactar al otro dia con las corporaciones.
Un saludo cordial Dante!!
¿Cuándo en la historia un ex gobernador de Bs As fue elegido luego presidente. El resto de la Argentina les desconfía. Cristina siendo de La Plata está porque es la señora de Néstor.
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