En mi último libro, Quinto
poder. El ocaso del periodismo, retomé, entre otras, la noción de “censura
democrática” de Ignacio Ramonet. Se trata de una categoría interesante en
varios sentidos, pero sobre todo porque muestra que en tiempos democráticos hay
una forma de censura que es mucho más sutil que la existente en procesos
dictatoriales. La censura democrática no actúa a través de recortes o
silenciamientos. No se trata de decirle a un periodista “no escribas contra tal
sujeto o tal empresa” ni tampoco quitar una imagen de una película o modificar
el estribillo de una canción. Por el contrario, la censura democrática funciona
a través de la sobreinformación irrelevante, de una inagotable cantidad de estímulos
deshistorizados y presuntamente desideologizados que son consumidos como
noticias. Si todo el tiempo se nos brinda información irrelevante es probable
que pasemos por alto la información que verdaderamente vale la pena. En este
sentido se da una situación paradojal: vivimos en la era de la comunicación, en
la era en que a través de una prótesis tecnológica podemos estar al tanto de lo
que sucede en cualquier parte del mundo y, sin embargo, nunca hemos vivido tan
desinformados. Tenemos todas las noticias pero no tenemos la comprensión ni se
nos deja el espacio y el tiempo para ir un paso más allá y examinar la
información que está oculta detrás de la sobreinformación. A esta elaboración
de Ramonet habría que agregarle que la censura democrática también ha cambiado
al sujeto que censura pues antes se trataba, generalmente, de los gobiernos,
pero hoy el principal sujeto que censura son las empresas que controlan el
comercio periodístico. Este fenómeno que se da en todo el mundo se complementa
en la Argentina con nuevas modalidades de la censura tradicional impulsada por
administraciones que, directa o indirectamente, llevan adelante campañas de
estigmatización y difamación (cuando no de censura directa) amparados en una
claque de periodistas independientes que militaron para que Macri sea
presidente.
¿De qué manera esta o cualquier
administración puede censurar directa o indirectamente? Con el manejo
discrecional de la pauta o privilegiando con ella a los más poderosos. El
manejo discrecional de la pauta no es potestad de la actual administración.
Sucedió lo mismo con el gobierno de Cristina Kirchner, el de Scioli en la
Provincia y el de Macri en la Ciudad pero ahora la estrategia del PRO en Nación
es mucho más perversa pues en nombre de la supuesta austeridad han quitado la
pauta oficial hasta nuevo aviso. Estas circunstancias solo pueden ser soportadas
por “los grandes” pues los medios “chicos” dejan automáticamente de pagar sus
sueldos y quiebran en meses. La estrategia es inteligente: los medios grandes
publicitan dulcemente las acciones del gobierno y hasta tapan sus papelones. A
cambio el gobierno finge austeridad (la que no tuvo en la administración del
Gobierno de la Ciudad) y, de paso, hace languidecer las “otras voces”.
Otra forma en que el poder político
censura a la vieja usanza es presionando a empresarios y a auspiciantes: “Si
ponés tal programa al aire no tenés pauta oficial en el resto del canal” o “si
auspiciás en tal programa no te dejo auspiciar en este otro o tu empresa va a
perder todas las licitaciones que hagas con Nación, Provincia de Buenos Aires y
CABA” ¿Les queda claro, entonces, por qué 678 hoy no está al aire y nadie ha
garantizado que alguna vez vuelva a estar? ¿Les queda claro por qué Radio
Continental decide echar a Víctor Hugo Morales a pesar de que tenía contrato
hasta fines de 2016 y va a perder un juicio millonario?
La claque hablará de finalización de los
contratos o decisiones empresariales pero no explica por qué programas exitosos
comercialmente como el del periodista uruguayo y el programa más visto de la TV
Pública durante 7 años, hoy no tienen espacio como sí lo tuvieron todas las
voces opositoras durante los doce años de gestión kirchnerista y,
particularmente, desde que se sancionó la llamada “Ley de Medios”. Fíjese qué
paradoja que mientras en 2009 TN denunciaba que “podía desaparecer”, en el
primer mes de una administración macrista que modificó la Ley de Medios a
través de un DNU, los que se han quedado sin aire han sido las voces más
emblemáticas de la oposición a Macri. Esto se da, a su vez, en el marco de una
campaña en la que el actual presidente utilizó “ser panelista de 678” como un
insulto en el primer debate entre candidatos a presidente de la historia del
país, y el funcionario titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos
Públicos, el exAlianza, Hernán Lombardi, imputado el año pasado por lavado de
dinero, se pasea por distintos programas afirmando, como lo hizo al diario La Nación, que “los de 678 ganaban
cifras que no gana nadie en la Argentina”. Semejante afirmación le valió la
aclaración de una de las panelistas de 678 quien indicó que su sueldo es de
27000 al mes, cifra que me consta al igual que me consta que otro panelista de
678 (en este caso yo), cobro algunos miles menos todavía, esto es, menos dinero
que lo que recibe un camionero promedio, un motorman o un señalero, y mucho
menos que lo que recibe cualquier gerente y el propio Hernán Lombardi.
Por todo esto, la situación de la
libertad de expresión en la Argentina sufre un importante retroceso pues se
conjugan los dos tipos de censura: la democrática de la que hablaba Ramonet y
de la que son responsables particularmente las corporaciones de medios, y la
censura tradicional desde el Estado solo que ésta se realiza a través de
mecanismos más sutiles, presiones más o menos indirectas y funcionarios,
pagados por el dinero de todos, encargados de difamar e insultar al que, frente
a un micrófono, ha decidido expresar, simplemente, que no piensa como
ellos.
Gracias, Dante, por tu aporte y ser unos de los pocos que nos muestran la radiografía de la realidad.
ResponderEliminarla democracia es el sistema de las verdades , un sistema que permite (siempre con tolerancia) la grieta política. En el periodismo actual se notan las dos clases de censura, una también la imponen con la idea de terminar con la "grieta"
ResponderEliminarSaludos Dante, gran artículo como siempre
Martín de berisso
Gracias por sus comentarios, amigos!
ResponderEliminarINTERESANTE LO DE LA SOBREINFORMACIÓN, A MI SIEMPRE ME LLAMO LA ATENCIÓN LA CANTIDAD DE NOTAS PERIODÍSTICAS VINCULADAS SOBRE TODO A LAS "MUJERES Y SU IMAGEN COMO PRODUCTO SEXUAL" POR LO MENOS EN LOS DIARIOS MAS POPULARES VISUALMENTE CERCA DE ALGUNA NOTICIA QUE VINCULA A TAL O CUAL POLÍTICO HABÍA ALGUNA NOTA DE ESTE TIPO SEXUAL DE IMAGEN O DE CONSUMISMO. "ES DECIR, VISUALMENTE VEO EL TITULO ME IMPRIME UNA OPINIÓN PERSONAL PERO AL CORRER UN POCO MAS LA VISTA APARECE UNA NOTA DE UNA BELLA MUJER UN AUTO DE LUJO UN CELULAR FULL X 1000 HD O ETC. ES IMPORTANTE HACER UNA ANÁLISIS DE ESTO, QUE TIENE RELACIÓN A LOS DISEÑADORES Y PUBLICISTAS Y AL MANEJO DEL INCONSCIENTE COLECTIVO UN INCONSCIENTE QUE YA NI-SIQUIERA TIENE CREATIVIDAD PROPIA!
ResponderEliminarGracias Dante. Y gracias, también, por abrirme los ojos, reflexionar e intentar argumentar (con mis limitaciones) desde el querido 678. Gracias!!!
ResponderEliminarMe parece muyinteresante y didáctio el análisis que haces. Sin embargo hay un tema que tangencialmente toca Darío Vilaroel en su "la injusticia mediática" y que tiene igual o mas graves implicancias para los ciudadanos de a pie. Y es el tema de la formación de la opinión pública. Soy abogdo y cuando la prensa lo convirtió al caso en una suerte de TT, estoy frito. He llegado a oir a camaristas decir , yo le daría la libertad pero no quiero salir en los diarios mañana. Si te pones a pensar en la gravedad de lo que estoy relatando, cuando una persona , pone su vida, su libertad y su honra en manos de periodisticas que aún violando las reglas deontológicas que le fijan sus propios medios es que estamos muy mal.En síntesis, hoy la prensa condena o absuelve. Así de sencillo, podríamos ahorrar fortunas en administración de justicia y que los periodistas con chapas amarillas se ocupen de todo, total finalmente son ellos las que van adobando a la opinión pública para aceptar o rechazar un fallo.
ResponderEliminarsaludos
Muy claro y sobre todo la nota aporta la noticia de que no hay mas pautas oficiales con la excusa de la austeridad. No conocía que se había tomado esa medida. Es la misma que utilizan los grandes grupos económicos, en especial los supermercados cuando se instalan. Al principio venden a menos del costo. Una vez eliminada la competencia por falta de capacidad económica para seguir ese ritmo, recuperan con creces lo perdido. En el periodismo por esta vía que vos menciones obtienen el mismo rédito.
ResponderEliminarDante. Te adjunto argumentos de un libro magnifico de un brillante intelectual argentino e inminente psicologo: Juan Gervasio Paz "A pesar de todo". Un libro que intenta tener una mirada critica desde la izquierda.
ResponderEliminar" Una vieja frase dice que "saber es poder". Quien tiene información tiene poder. Pero el Poder sustantivo por abstracto y lejano que sea, requiere como condición de su existencia el "no saber", el ocultamiento, el secreto. Muchas cosas oscuras se han iluminado, pero otras se crean apelando a nuevos métodos. La sobre-información es como una luz centelleante que enceguece. ¿Acaso la luz a veces no impide la visión? La sobre-información uniformiza todos los estímulos sin dar tiempo al pensar. No se trata de horas ni siquiera minutos, solo segundos: un rostro sangrante; una pelvis anhelante etc., no es solamente la TV. Sería sencillo protegerse, recuperar el tiempo para meditar; bastaría con apagarla. Se trata del vértigo de la vida misma.
Estamos ante un escenario en que los personajes se desplazan y reemplazan en medio de un juego alucinante de luces y sombras que, también, caen sobre los espectadores perplejos .
¿Podremos sostener una cierta mirada?
Excelente resumen. Sin violencia pero con mucha sangre en las tintas.-
ResponderEliminar@barbartica
Excelente análisis y resumen.
ResponderEliminar@barbartica
Querido Dante por favor no dehes de escribir. Es muy imoortante tu voz y el contenido de tus publicaciones... Unabrazo grande y no aflojes por favor!!!
ResponderEliminarGran columna Dante siempre dando claridad con los temas importantes de nuestro país,saludos desde Formosa.
ResponderEliminarGracias a todos por leerme y por opinar.
ResponderEliminarSi. Es lamentable lo que ocurre. Eso es el "dialogo" que prometia Macri en campaña, "escuchar todas las voces", "respetar a todos". Porque antes por lo menos habia dos voces. La de los medios afines al anterior Gobierno y la de los multimedios de siempre. Ahora hay solo una voz. Por otra parte no se. No entiendo mucho de medios. Pero se deberia buscar la forma de ser financiados de algun organismo estatal que fuera imparcial. Que la plata vaya a sectores de las universidades, ongs, grupos lgtb, algun instituto religioso, asociaciones de personas con capacidades diferentes, cooperativas. Que ellos se encarguen de editarlos y poner lo que piensan. Sea a favor o encontra. Si no siempre se termina alimentando de la teta del presidente de turno o de empresas multinacionales. Es lo que me parece a mi
ResponderEliminarEl Neoliberalismo es coherente con todos sus actos. los que no quieren verlo es porque son muy necios.
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